La Mujer que Amo

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---- La palabra de seguridad de esta noche es: "Mantequilla" ---- El teléfono de Natalia sonó cuando cayó la noche, era un mensaje del Príncipe, el que quizás era el mensaje más importante desde que habían comenzado a textearse, aquello era una prueba de que estaban avanzando y aunque siempre antes de cualquier prueba Natalia, sintió que aquel mensaje era de vital relevancia para la noche. Lo memorizo y se dio un largo baño para prepararse.

Durante las semanas siguientes al incidente en casa de Dalia, Natalia había optado por tener una actitud más desenfadada y ligera, tan coqueta y divertida como ella quería, pero a pesar de los constantes mensajes, conversaciones casuales e invitaciones a salir, Natalia aún tenía ojos para un solo hombre. Así era ella, era una mujer más tradicional y menos dada al libertinaje, sin embargo, cuando estaba con el Príncipe, su lado más salvaje, divertido y atrevido salía y aquello era algo que le comenzaba a gustar y le gustaba imaginar cómo sería tener una relación con el Príncipe, como sería salir con él, fuera de su trabajo, en un ambiente distinto y en una combinación distinta, aquellos pensamientos cruzaron por su mente mientras se bañaba colocando un poco de música y aprovechando la ducha para masturbarse, con una sonrisa enérgica y muy llamativa, mirando como su vida había cambiado en un par de meses y sintiéndose por primera vez dueña de sí misma.

Salió de bañarse con la música que aún inundaba la habitación y limpió su cuerpo con brillante esmero, poniendo crema y agarrando una linda lencería que le ayudaría a lucir una figura que ella quería mostrar y mientras se calzaba el vestido se preguntó si aquella noche haría frío. El vestido tenía una caída muy artística y hermosa por encima de las rodillas, mientras usaba unas zapatillas que se amarraban alrededor de la pantorrilla y un escote muy pronunciado sin sujetador luciendo sus ya no tan jóvenes curvas, pero aún conservadas y con una sonrisa coqueta se maquillo a gusto de sí misma. Se puso una gabardina a juego con su vestido blanco y bajó por las escaleras de su edificio, mientras los hombres, en su mayoría los vecinos la miraban desde la distancia y algunos de ellos lanzaron piropos al cielo, mientras las mujeres de su espacio de vivienda, la miraban y sabía que estaría en los rumores por las siguientes noches. En la mente de Natalia, sólo había espacio para algo y aquello era, ser digna del Príncipe.

Se subió a su auto, bajó ligeramente la ventanilla y manejó en dirección a la Stanza. La ciudad estaba tranquila a pesar de la hora y disfruto de su trayecto, deteniéndose en el mismo semáforo que lo había empezado todo, aquel que con un mensaje la había hecho chocar y coincidir con un el hombre que la llevaría a conocer los extremos del amor, la lujuria y el sexo. Con eso en mente manejó más tranquilamente y se dirigió a su destino. Café Romance tenía poca gente en domingo, pero parecía ser un lugar agradable para estar cualquier día, abrían las 24 horas y siempre, siempre había una historia nueva en sus sillas. Natalia se bajó de su auto y subió al piso que la habían citado, se sentía nerviosa, el corazón le palpitaba con prisa y cuando el ascensor abrió sus puertas ella se dirigió al espacio designado.

---- Bienvenida Natalia---- Le recibió Amanda junto con su esposo Gustavo, ambos portaban máscaras y a miraban con amistad---- El Príncipe te espera en la habitación siguiente, te recuerdo que está es tu última prueba antes de ser una reina de la Stanza, posterior a tu coronación, recibirás una habitación exclusiva dentro de nuestras instalaciones, podrás sugerir los cambios que consideres necesarios y ocuparas una mesa privilegiada en las áreas del placer---- Le dijo con elegancia

---- Tú pasaste por esto---- Le dijo Natalia con inseguridad en la voz---- ¿Realmente te re encontraste contigo misma después de esto? ---- Preguntó con honestidad

---- Las pruebas las diseña el Príncipe y son distintas para cada una de nosotras, algunas lo creen un pervertido que sólo quiere coger con todas, pero a mí me ayudó a redescubrir el amor que le tengo a mi marido y a mi familia. ---- Continuó Amanda sujetando a su marido amorosamente de la mano---- Recuerda por qué llegaste aquí, qué te ha traído esta noche y sobre todo recuerda quién eres y lo que realmente quieres para ti y para tu vida---- Le recomendó Amanda con una sonrisa.

La Amante del Príncipe 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora