Ellas

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*Basado en un supuesto lore de Xiao, no se llegó a mencionar nada. Es una teoría que se hizo popular hace 2 años cuando aún no sabíamos nada sobre Xiao :3*

— ¡Alatus! — Frenéticamente, una joven con un largo vestido, saludaba al Yaksha.

Alatus sonrió levemente al ver como ella estaba allí, esperándolo como siempre. Acercándose a la joven dama, acunó el rostro de la chica y apoyó su frente. La chica imitó su gesto y cerró los ojos sonriente.

— Te he echado de menos, me da tanta rabia no ir contigo...— dijo triste.

El Yaksha la miró con cariño, admiró cada detalle de su blanca piel, sus largas pestañas y sus hermosos ojos. Le gustaba todo de ella. El destino los había entrelazado, la vida del inmortal estaba llena de felicidad. Ambos eran el uno para el otro. Acercándose más, Alatus rozó los labios de la chica, era su sensación favorita. La joven río suavemente, el Yaksha se separó de ella y la miró extrañado.

— Me parece tan extraño que me des estas muestras de cariño.— dijo sonriente— Alatus, ¿me has extrañado?— preguntó curiosa.

Las mejillas del inmortal se colorearon de un pálido rosa, un efecto que solo ella podía lograr. Desde su existencia, Alatus siempre había sido un ser frío y callado, no le gustaba hablar de más y prefería mantenerse alejado, solo. Sin embargo, su encuentro con esta joven dama ablandó al joven Yaksha. Él quería hacerla feliz, vivir junto a ella y no pensar en nada más. Alatus simplemente quería ser feliz.

[...]

El sol lentamente descendía, la luna ascendía. Las casas de la antigua región de Liyue reflejaban el color oro del atardecer. Lágrimas. Ella nunca antes le había visto llorar. Los brillantes y dorados ojos del Guardian Yaksha estaban rojos y empañados. Él agarraba fuertemente la débil mano de la joven dama acostada en una cama. Su sonrisa permanecía, quería darle al inmortal un último momento de felicidad.

— Alatus, no llores por mi.— dijo débilmente— Tú eres fuerte, tarde o temprano esto iba a suceder— El guardián Yaksha hizo el amago de responder, pero ella negó con su cabeza— Alatus, no te culpes, por favor.

Con su otra mano, la joven acarició la mejilla salpicada con lágrimas. La cara del inmortal era sería, fría, pero sus ojos le traicionaron. Aun era demasiado pronto para el adiós.

— Alatus... gracias por hacerme feliz, te amé, te amo y te amaré. No lo olvides, esa es la gran verdad.

La joven murió, su sonrisa seguía intacta, ella murió amándolo hasta el final.

[...]

Sentado en el techo de la Posada Wangshu, el solitario Adeptus disfrutaba de la cálida brisa de verano. Los recuerdos inundaban su mente. Su vida había caído en picado desde que ella le dejó. Obligado a asesinar a miles de personas e incluso a sus compañeros Yakshas. Solo. Su felicidad se esfumó de la mañana a la noche. Todo era sufrimiento hasta que Rex Lapis le salvó junto a Guizhong para darle una segunda oportunidad. Y ahora... ¿Ahora qué le quedaba? La dulce Guizong murió. El arconte Geo estaba desaparecido. Los habitantes de Liyue habían decidido valerse por si mismo. Lo único que le quedaba era velar por la seguridad de la región del rey Geo. Aceptar su solitaria vida era lo más fácil.

El olor a flores inundó su mente, apartándolo de sus pensamientos. A su lado la viajera observaba el paisaje de la llanura Guili. Sintiendo el peso de una mirada, la joven observó al Yaksha y sonrió. Estar junto a ella le da paz y tranquilidad, a veces, nostalgia. Su sonrisa, sus gestos, sus actos. Ella era única en el universo. Una traicionera lágrima se deslizó por la mejilla del Yaksha. La joven se preocupó y alzó su mano para acariciar la mejilla mojada.

— Xiao... — susurró.

El Adeptus cerró los ojos acurrucándose en la palma de la joven, sorprendiendo a la viajera. Xiao se encontraba vulnerable, pues hasta él, el temido Conquistador de Demonios, podía flaquear y ceder a la tristeza.

— Gracias — dijo ella, consiguiendo que Xiao abriera los ojos. — Gracias por considerarme alguien con quien poder estar a tu lado... Xiao, eres fuerte y tu naturaleza te impide expresarte como deberías. Por eso, yo... me siento afortunada de compartir sentimientos contigo. De que seas tú mismo cuando estás conmigo.

La viajera sonrió al Adeptus, que sorprendido la miraba sin apenas parpadear. Le recordaba tanto a su pasado sin sufrimiento. Esta joven aquí presente era su nueva oportunidad, su nueva felicidad. La viajera desplazó su mano para entrelazarla con las del Yaksha, ambos miraron el gesto.

— ¿Por qué?— preguntó él. — ¿Por qué te acercas a mí?

Intentando encontrar su mirada, la viajera se agachó para quedar a la altura de los dorados ojos del Adeptus. Él evitaba su mirada, esos ojos que le daban calidez a su fría vida.

— A veces, no existe un porqué para explicar nuestros actos.— dijo pensativa.— A veces... es el corazón que actúa antes que la mente. Y el mío me dice tantas cosas estando a tu lado— dijo avergonzada.

Xiao la miró serio. Una ráfaga de viento llegó del oeste, las anaranjadas hojas del gran árbol comenzaron a caer. La mente del Adeptus era un caos.

— Viajera — dijo con una potente voz. — La vida de los Adeptus es complicada, no conviene implicarse tanto. Es mejor que dejes de lado todas esas ideas.

Los brillantes ojos de la joven se apagaron, su expresión cambió a una de tristeza y amenazando con salir. Con un gran suspiro la chica separó la unión manos y llevó las suyas al pecho. Un dolor le invadió de repente. Él tenía toda la razón. Sus piernas temblaban al intentar levantarse. Agarrándola del brazo, Xiao la acercó hasta abrazarla.

— Sin embargo, no puedo...— hizo una pausa— no puedo alejarte de mi. Viajera. ¿Acaso no entiendes la gravedad del asunto?— la joven que estaba acurrucada en el pecho del chico, oía como el corazón de él latía con fuerza— Si decides quedarte por mi... ¿estarías dispuesta a dejar todo lo demás?

Envolviendo en sus brazos al Adeptus, la viajera asintió entre ligeras lágrimas. Con una mano, el Adeptus levantó su cara y con su pulgar acarició la suave mejilla. Se acercó y depositó un pequeño beso en su nariz.

— Entonces, no me dejes, nunca. — susurró.



*Feliz Navidad y Año Nuevo atrasados*

Alatus, the Golden-Winged King (Oneshots de Xiao) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora