Lágrimas

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*Pensamientos negativos y momentos algo tristes*

Llueve, hace frío. Hace unos días la viajera dejó de sonreír. Su estado de ánimo había caído en picado. Sin embargo, no entendía el origen de dicha angustia. A veces se pasaba el día encerrada en la habitación de la posada Wangshu tapada en mantas y sin ganas de realizar nada. Paimon intentaba hacer cualquier cosa para ver feliz a su compañera de aventuras.
— Paimon, estoy bien. Esto me pasa a veces, de verdad— dijo tristemente.
— Pero no entiendo. ¿Ha sido mi culpa? Paimon te promete que dejará de poner menos motes e intentará pensar menos en las recompensas— dijo preocupada la niña flotante.
La joven, con ojos aguados la miró. Intentó forzar una sonrisa, pero fue en vano. Limpió las lágrimas que amenazaban con salir y soltó un pesado suspiro. Ante tal acto, Paimon abrazó a la viajera y restregó su cabecita contra su pecho. La viajera la abrazó de vuelta, mientras pequeñas lágrimas salían de sus ojos.
En aquel día sin sol, pronto llegó la noche. La lluvia seguía, ahora parecía una tormenta. Paimon se quedó dormida en los brazos de su amiga. La joven no consiguió pegar ojo. Con cuidado de no despertarla, acostó a la niña flotante y la cubrió con las mantas de lana. Apagó la única vela que daba luz a la habitación. La viajera colocó sus manos en el pecho, cerró los ojos y se teletransportó.
La región de Liyue estaba triste. Las negras nubes cubrían el cielo estrellado. Los rayos eran la única luz de la noche. Frío, hacía frío. Piel helada y mojada. La ropa pegada al cuerpo. Su corazón estaba dolorido. Quería gritar, llorar alto, quería estar sola. Echaba de menos a Aether. Quería verle, abrazarle, llorar con él. Quería volver a admirar su precioso pelo y pedirle disculpas por todos los berrinches. La viajera echaba de menos a su hermano y el dolor de su pecho era cada vez mayor. Ella no era tan valiente. Ella era valiente junto a él. Si tan solo hubiera sido más fuerte.
— Te vas a resfriar— una voz grave la sacó de sus pensamientos.
La joven miró hacia atrás. Sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas. El joven la miraba serio, de brazos cruzados. Un rayo cayó cerca de ellos iluminando sus rostros. La lluvia no tenía intención de parar. La viajera agachó la cabeza, su respiración empezó a acelerar y las lágrimas fueron a más. La escena produjo un dolor indescriptible en el pecho del Yaksha. Se acercó a ella y como si fuera un acto reflejo la abrazó. El llanto de la viajera era una melodía triste y desgarradora.
— Soy estúpida. Por mi culpa Aether...— dijo entre sollozos.
Xiao arqueó una ceja. La viajera agarró con fuerza la camiseta del Adeptus.
— Eres estúpida— repitió él provocando un sollozo más fuerte por parte de la chica.
Xiao se deshizo del agarré de la chica dejándola desprotegida. En reacción, la viajera cayó de rodillas frente al inmortal. Xiao afiló su mirada, inspeccionándola, su semblante estaba serio.
— Lo siento, lo siento, lo siento...— decía cada vez más flojo.
El Adeptus se agachó para quedar a su altura.
— Mírame— pidió.
La viajera negó con su cabeza.
— Mírame— dijo frunciendo el ceño esta vez.
Los brillantes y enrojecidos ojos de la viajera miraron con desgana los ojos dorados. La mano del Yaksha se acercó a la mejilla de chica. Estaba fría, demasiado fría. El tacto hizo estremecer a la joven que cerró los ojos.
— ¿Por que actúas así?—dijo el chico susurrando.— ¿Estúpida? ¿Tú?— soltó una pequeña carcajada— Has salvado Mondstadt , eres su caballera Honoraria. Has ayudado a proteger Liyue. Te has parado en cada pueblo, hablado con la gente y les has ayudado con sus problemas.—hizo una pausa y suspiró— ¡No digas eso de ti misma!— Alzó la voz enfadado, asustando a la joven que siguió llorando en silencio.
La fuerza de la lluvia comenzaba a disminuir, el viento comenzaba a llevarse las nubes de tormenta. El frío viento erizaba la piel de los jóvenes. El Yaksha deslizó su mano hasta colocarse bajo la barbilla de ella, acercó su rostro para quedar a escasos centímetros de la unión. Los ojos del Adeptus parecían brillar por su color oro. Sus respiraciones se mezclaron, sus corazones latían en sintonía.
— Alguien como tú no puede decir eso. Eres admirable, la gente te aprecia.— Xiao cerró los ojos.— Yo te aprecio—dijo débilmente.
Las gotas de la lluvia eran casi invisibles, el característico olor a mojado rodeo el ambiente. Xiao abrió lentamente los ojos y miró a la viajera. Los rayos del amanecer se asomaban en el horizonte. El muchacho se levantó y extendió la mano. Temblorosa aceptó la ayuda. Sin soltar el agarre la empujo contra él y la abrazó. Un escalofrío envolvió a la viajera, que todavía temblando abrazó fuertemente el cuerpo del chico. Xiao sonrió internamente. El joven Yaksha cazador de demonios, se había enamorado profundamente de la viajera sin darse cuenta.
El sol del amanecer iluminó el lugar. Los animalillos comenzaron a salir de sus escondites y los pájaros empezaban una nueva canción. El Yaksha levantó la cabeza y miró a la viajera. Con la mano derecha intento limpiar en vano el rostro mojado de lágrimas y lluvia. La viajera cerró los ojos por el contacto con el frio guante. Al percatarse Xiao se acercó a la mejilla algo dudoso de sus actos y colocó un rápido y cálido beso. Las mejillas de la muchacha comenzaron a arder, de repente el frío que sentía desapareció.
— Tus palabras me molestaron.— dijo mirándola serio. — Lamento haberte empujado.— desvió su mirada arrepentido.
La viajera sonrió tímidamente. Alzando su mano derecha tocó la mejilla del Adeptus y le obligó a mirarla. Acercándose y poniéndose de puntillas deposito un suave beso en la mejilla izquierda del chico. Al terminar la caricia, la joven se acurrucó en el pecho del inmortal.
— Gracias por preocuparte por mi... y lamento la escena que he montado.
Xiao soltó un suspiro.
— Es mi deber proteger a la gente del lugar.— Se excusó mientras la viajera sonreía.
El abrazo se deshizo por parte de ambos. Sus miradas se entrelazaron. Las lágrimas desaparecieron por completo. Ya no hacía frío. El sol brillaba ofreciendo calor a la región del Rey Geo y sus habitantes.

Alatus, the Golden-Winged King (Oneshots de Xiao) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora