diez

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—Entonces van a quedarse en los dormitorios de la U.A— el castaño llevo su mano al mentón.

—No te hagas el hermano responsable ahora— la chica rio por su acción —Aizawa-sensei tengo los papeles hechos que indican, no necesito la autorización de un adulto para cualquier movimiento que sea dentro de la escuela.

—Bien, entonces creo que sería todo, muchas gracias— hizo una reverencia para que luego la chica lo acompañara a la salida.

—¿Qué haces?— observó como su hermana agarraba un abrigo y su mochila.

—Voy a ir a visitar a Izuku y quizá pasó por la casa de Bakugo, por lo que se no puede salir.

—Ah, si, tus "amigos"— hizo comillas con los dedos.

—Exacto— rodó los ojos —Adiós Sora— acarició a su perrito para salir del departamento —¡Adiós vago!

• • •

En el camino compro una botella de agua y algunas golosinas. Cuando estaba por llegar a la casa del rubio dudo en llamar a la puerta. Quizá no tenía ganas de hablar con nadie. Así que prefirió seguir su camino hacia la casa de su amigo.

—¡Oi, chica nube!— dio un pequeño salto en el lugar cuando escucho ese apodo.

—Hola Bakugo— sonrió y se dio vuelta para volver sus pasos atrás.

—Tu y yo tenemos que hablar— se acercó a la chica y tomó su brazo para hacerla pasar a su patio —Me gustaría que sea más en privado pero no puedo salir de mi puta casa— entró abriendo la puerta de un golpe y llevando a rastras a la chica que observaba el lugar.

—¡Katsuki! ¡No abras la puerta así!— una rubia idéntica al chico se asomó por la puerta —Oye, no me dijiste que venían visitas— le sonrió a la chica —Soy Mitsuki Bakugo, es un gusto.

—Si, porque no te importa vieja bruja.

—Soy Shiroi Kasumi— el rubio la arrastró para que suba las escaleras —¡El gusto es mío señora Bakugo!— grito ya en el segundo piso antes de ser encerrada en la habitación del chico.

—¿Por qué no me dejaste presentarme?— se quejó con el ceño fruncido.

—Tsk, ni que fuera la señora del mundo.

—No deberías de tratarla así, es tu mamá.

—Si, lo que mierda sea, escucha— se acercó a la chica —Lo que te dije la otra vez, olvídalo ¿Okey?

—Si, no dire nada— se cruzó de brazos.

—Bien, más te vale, porque si llegas a decir algo-

—¿Qué vas a hacer? ¿Explotarme la cara?— lo miro con burla.

—¡¿Te burlas de mi, nubecita?!— los dos estaban muy pendientes en molestarse mutuamente que no se dieron cuenta en la situación que se encontraban.

—Ja ¿Recién te das cuenta?— cerro los ojos con egocentrismo.

—Ahora si estas muerta— la chica abrió sus ojos encontrándose con el rubio a punto de atacarla, en ese momento se percataron de lo cerca que estaban del otro, en silencio se alejaron.

—Creo que debería irme, hoy iba a ver cómo estaba Midoriya.

—¿Qué? No— tomo su brazo —Te quedas aquí— la tironeo para que se siente en la cama.

Un silencio un tanto incómodo invadió la habitación, los dos chicos miraban el suelo.

—Fue mi culpa— la chica lo miro sorprendida, el Katsuki egocéntrico que había conocido se estaba abriendo a ella. —Si hubiera sido más fuerte All Might no estaría en la posición que está ahora, mierda— sus ojos se aguaron, pero no era capaz de llorar frente a ella así que corrió la cabeza para otro lado.

—Ey Bakugo— lo llamó —Mírame— le dio un pequeño golpe en el brazo pero este no se movió —Katsuki— frunció el ceño y tomó el rostro del chico para que la mirara pero este de inmediato corrió la mirada hacia otro lado.

—Escúchame— suspiro —No fue tu culpa— sus ojos también se aguaron —No tienes porque cargar con eso, eres fuerte, al igual que todos y-

—¿Cómo es que con tu simple presencia haces que todo no parezca tan mierda?— susurró y se zafó de su agarre —Realmente eres molesta, tsk— una pequeña sonrisa se formó en su rostro.

—Yo-

—Escucha— todavía miraba al suelo —Ni se te ocurra decirle a alguien lo que acaba de pasar, ni nada de lo que te haya dicho ¿Me oíste?— miro a la chica y esta asintió soltando una leve risa.

—A veces está bien hablar de tus sentimientos, Katsuki— abrió su mochila —¿Quieres golosinas?— le ofreció, él en silencio tomó algunas.

—Se dice gracias— soltó una risita mientras se levantaba —Ahora si, me voy— se acercó al chico y dejó un rápido beso en su mejilla.

—Nos vemos luego, Bakugo— con gracia abrió la puerta para salir de la habitación dejando al rubio con una rara sensación en su pecho.

—¡¿Señora Bakugo?!— dio un pequeño salto del susto.

—Shh— le hizo una seña para que bajara las escaleras sin hacer ruido —Katsuki no debe saber que escuche su conversación.

—¿N-nos escuchaste?— hablo con nerviosismo.

—Si— le sonrió —Gracias por lo que le dijiste, él nunca se abrió tanto a una persona.

—No me agradezca, eso hacen los amigos— le sonrío de igual manera —Con su permiso, debo de irme— hizo una pequeña reverencia.

—Claro, déjame te acompaño a la puerta— las dos caminaron a la salida.

—Espero verte seguido en casa.

—Espero lo mismo— sonrió mientras salía de la casa.

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— バイ• 海

NUBES   |   Bakugo KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora