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—Que bueno que ya despertaste, niña— una voz la recibió mientras ella abría lentamente los ojos.

—Estuviste inconsciente dos horas por deshidratación— pudo divisar quien le hablaba, Recovery Gril, la enfermera de la U.A.

—"Dos horas"— se sentó en la camilla mientras llevaba una mano a su cabeza.

—Tuve que hidratarte por suero— apuntó la aguja que estaba en el brazo de la chica.

—Creo que excedí mucho mi particularidad, ¿Podría darme una botella de agua por favor?

—Claro, jovencita, en un momento vuelvo— abandono el lugar.

—Mierda— sobo su cabeza —Supongo que es normal tener dolores de cabeza.

A su lado se encontraba su mochila, así que se estiró para alcanzarla y sacar su libreta. Agarro un lápiz y comenzó a escribir, de vez en cuando hacía una pausa para pensar y volvía a anotar.

—¡Kasumi-chan!— abrieron la puerta de golpe —Me cruce a Recovery Girl por los pasillos, me dijo que ya estabas despierta ¿Cómo te sientes?— con una sonrisa la pelirosa se acercó a la camilla.

—Mejor, por suerte, gracias por preocuparte Ashido— le sonrío mientras cerraba su cuaderno y lo dejaba sobre la mesita.

—Cuando Bakugo llegó contigo inconsciente me asuste mucho, por eso me quede esperando a que despiertes.

—No hacía falta— la miro con preocupación —Deberías ir a tu casa, mañana tenemos clases.

—No te preocupes por eso, con el desastre que hubo suspendieron las clases de mañana.

—Ya veo.

—Aquí está tu agua, niña, por favor no te quites el suero y toma todo el líquido posible— le indico la enfermera.

—Si, muchas gracias— le sonrío mientras la anciana dejaba el lugar.

—Ashido— miró a la rosada.

—¡Dime Mina!— hablo con una sonrisa.

—Está bien, Mina— sonrío de igual manera —¿Podrías contarme que sucedió?

—¡Claro!— la oji ámbar se acomodó en una silla cercana.

• • •

—Ya no lo vas a necesitar más— Recovery Girl le quitó la aguja —Pero sigue hidratándote y trata de no utilizar tu don hasta que estés recuperada del todo.

—Si, gracias— asintió y tomó su mochila.

—Puedes quedarte todo el tiempo que quieras en la enfermería.

—Gracias, igualmente ya me iba— le sonrío a la anciana mientras salía de la habitación.

—"Debería de llamar a papá"— pensó e inmediatamente marcó su número.

—¡Hola Sumi! Estaba preocupado, la escuela me aviso lo que sucedió, dijeron que no era nada grave.

—Hola papá, si no fue nada, ya estoy muy bien— hablo para despreocuparlo.

NUBES   |   Bakugo KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora