seis

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—¡Shiroi Kasumi! ¡Arriba que es tarde!— la despertaron con ruidos y ladridos de su mascota.

—¡Gogo! Que molesto— tapó su oídos con la almohada.

—¡Vamos, vamos!— tiro de la sabana.

—Ya voy— habló sin ganas —Realmente era mejor despertarse cuando no estabas— se sentó en la mesa.

—Que mala, encima que te preparo el desayuno me tartas así— fingió estar ofendido.

—Gracias, vago.

• • •

—¡Adiós!— acaricio a su perrito y le dio un abrazo al chico.

—Suerte, Sumi.

—¡Cuida a Sora!— salió del departamento directo a la escuela.

Hoy iba más tarde de lo normal así que apresuró el paso. Entro al edificio y corrió hacia su aula.  Abrió lentamente la puerta y para su suerte el profesor todavía no llegaba.

—Buenos días— se sentó rápidamente al lado de su compañero.

—Buenos días Shiroi-san ¿Estás bien?— el peli verde miro a la chica que estaba bastante agitada.

—Si, todo bien— lo miro —Solo que salí un poco tarde de casa.

—Ya veo— llevo su mirada al frente.

—Buenos días alumnos— entro el profesor al aula —Quiero felicitar a los que pasaron su entrenamiento con pro héroes y a los que no, deberán de seguir entrenando, pero igualmente todos iremos al campamento de verano.

—¡Si!— sus compañeros festejaron y ella soltó un suspiro, su hermano había llegado ayer y con todo esto no iba a tener tiempo para compartir con él.

• • •

Por alguna razón Aoi no estaba en el almuerzo, supuso que se quedó en el taller, así que se fue a su lugar de siempre, cerca de la ventana.

—Oi niña nube— la llamaron —Ayer te olvidaste esto en el campo de entrenamiento— le extendió su libro de notas.

—¡Ah! Gracias— lo recibió y rápidamente guardo en su mochila.

—Si quieres mejorar en el combate cuerpo a cuerpo solo dime— miro para otro lado —Para algo me pediste entrenar— retomó su postura.

—¿Lo leíste?— hablo apenada.

—¡¿Que?! ¡No! Bueno si ¡Ahg!— se dio vuelta para irse —¡Hoy no llegues tarde!

Un poco confundida comenzó a comer su almuerzo mientras rogaba que el chico no haya visto todo el libro.

• • •

—Permiso— tocó la puerta para pasar al taller.

—¡Sumi!— su amiga levantó la cabeza de su trabajo y le regaló una gran sonrisa.

—¿Qué te paso en el pelo?— soltó algunas risitas.

—Alguna que otra explosión por parte de Mei, mi compañera— apuntó con la cabeza donde estaba la chica de pelo rosa bastante concentrada en su trabajo.

—Ya veo— se acercó a su amiga —Así que tu sabías que Gogo vendría y no me dijiste nada— sonó como un regaño.

—Pues si— se agachó para buscar una herramienta —Pero era sorpresa.

—¡Shiroi Kasumi! Eres la del don de húmedad— la peli rosa se acercó peligrosamente.

—Si, soy yo— asintió levemente.

—Aoi-chan me dijo que había hecho un traje increíble para ti, pero ¿No te gustaría probar uno de mis bebés?— mostró un gran aparato.

—Lo siento, pero estoy apurada— sonrió nerviosamente —Pero si quieres otro día puedo venir a probármelos— se acercó a la puerta.

—¡Claro! Mis bebés y yo te estaremos esperando— le sonrío.

—Adiós chicas— cerró rápidamente la puerta.

—¿Kasumi-san?

—Hola Midoriya— miro al chico que venía en dirección al taller.

—¿También venías por algunas remodelaciones a tu traje?

—Realmente no, mi amiga trabaja aquí y pase a saludarla.

—Ya veo, Kasumi-san, digo Shiroi-san, te gustaría— jugo con sus dedos —Algún día de estos, salir juntos por un helado y-

—Claro, me encantaría— sonrió —Puedes decirme Kasumi, Izuku.

—¡Si! Lo s-iento.

—Luego arreglamos que día nos juntamos ¿Si?

—Si. — asintió repetidas veces.

—Nos vemos mañana en clase, entonces— movió su mano en forma de saludo mientras se alejaba.

• • •

—¿Cuándo va ser el día que no llegues tarde?— el rubio estaba recostado en el marco de la puerta esperando a la chica.

—No se— dejó su mochila a un lado —¿Podemos entrenar afuera?— miró por la ventana.

—Tsk— salió por las grandes puertas mientras la castaña lo seguía.

—Genial— sonrío, el día estaba húmedo una gran ventaja para la chica.

• • •

—¡Que agotador!— se acosto en el suelo con la vista en el cielo.

—No aguantas nada— soltó una pequeña risa y se sentó al lado de la castaña con el peso sobre sus brazos.

—Bakugo— lo miro —Estuvimos toda la tarde y no tomé agua en ningún momento— sonrió entusiasmada —Estoy avanzando muy rápido— se alago a sí misma.

—Si, si, lo que digas, chica nube— el también llevo la mirada al cielo.

—¿No son hermosas?

—¿Qué cosa?— frunció el ceño con confusión sin sacar la mirada de la azul atmósfera.

—Las nubes que acompañan al cielo— sonrió con nostalgia.

—Hmp.

—Mi madre decía eso— el chico llevó la mirada a ella.

—¿Estás bien?— no sabía cómo actuar en estas situaciones.

—Si, es lindo recordarla de esa manera— lo miro y sonrió, este rápidamente volvió la mirada arriba.

—¡Oye, enana!— un castaño de ojos azules la llamo desde la entrada.

—¡Gogo!— se paró rápidamente con una sonrisa de oreja a oreja para ir con el chico.

—Vamos que ya es tarde— miro disimuladamente al rubio que se encontraba todavía sentado en el suelo.

—Bueno señor— rio y entro al salón para buscar su mochila —Adiós Bakugo— lo saludo a lo lejos con la mano, él solo se limitó a correr la cabeza para otro lado.

—¡Apúrate!

—¡Voy!— corrió donde estaba el chico, para caminar juntos hacia su departamento.

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— バイ• 海

NUBES   |   Bakugo KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora