once

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—Te voy a extrañar hermana— se separó del abrazo.

—Yo también ¡Pero te iré a visitar todos los fines de semana!— tomó su mochila —Prométeme que vas a cuidar de Sora.

—No prometo nada— hablo con gracia —Ahora ve, se te hace tarde.

—Está bien, está bien— camino hacia el edificio con habitaciones.

—¡Adiós, enana!— la saludo con un ademán.

—¡Kasumi-chan~!— la rosada la abrazó apenas entro al lugar.

—¡Mina!— la recibió.

—¡Es increíble que ahora podamos dormir en la escuela!— caminaron hacia la sala principal.

—Si, es muy emocionante— observó el lugar —¿Sabes dónde está mi habitación?— miró a su amiga.

—¡Claro! Déjame te muestro— tomo el brazo de la chica para llevarla hacia el lugar.

• • •

Por la noche la castaña se dio un baño en su nueva habitación y se quedó hasta tarde escribiendo en su cuaderno de notas. Mientras, tomaba un café y observaba por la ventana las hermosas nubes que adornaban el oscuro cielo.

De repente, un estruendo hizo que su bebida se cayera encima de su remera.

—¡Mierda, esta caliente!— se limpió lo más rápido posible y observó por la ventana. Era tarde y no debía estar despierta pero la curiosidad mato al gato y en silencio salió de su habitación, dispuesta a saber que pasaba.

Antes de entrar al lugar de donde provenían las voces, se detuvo a escuchar lo que pasaba.

Sus dos compañeros habían luchado entre sí, en una batalla cuerpo a cuerpo. El enojo le ganó y abrió la puerta de un golpe.

—¿Cómo se les ocurre hacer semejante teatro?— entro enojada al salón observando a los dos chicos.

—Shiroi Kasumi, ellos ya están castigados por favor vayan a dormir— les ordenó el profesor.

Pero antes de que pudieran reaccionar el ruido de su puño impactando contra el brazo del rubio retumbó en el lugar, él había alcanzado a esquivar el golpe. Pero los cuatro presentes quedaron impactados por tal acción,
sobre todo el rubio viniendo de la chica.

—Vayan a dormir, niños— pidió por segunda vez el profesor.

—Si, disculpen las molestias, Aizawa-sensei, All Might— la castaña salió.

—¿Me van a explicar qué pasó?— se cruzó de brazos viendo como los dos salían detrás de ella.

—Nada, Kasumi-san, tuvimos una pequeña discusión— hablo con nerviosismo el peli verde.

—¡¿Pequeña discusión?! ¡Por sus ruidos me asusté y tiré todo mi café! ¡Además! Se podrían haber lastimado.

—Lo siento, debimos arreglar las cosas antes con Kacchan.

—Si, voy a disfrutar de su castigo— miró a ambos —Buenas noches— camino nuevamente a su habitación.

• • •

—¡Kasumi-san! ¿Qué es de lo que hablan todos, acerca de lo que le dijeron hoy en clase?— el peli verde se le acercó preocupado.

—Nos prohibieron decirle cualquier cosa que tenga que ver con las clases, igualmente no te contaría, sigo enojada— lo miro con el ceño fruncido —Y contigo por dos motivos distintos.

—Pensé que ya habíamos arreglando el tema del rescate de Bakugo— susurró para que el rubio no lo escuchara.

—¡Ni siquiera contestaste mis mensajes!— se cruzó de brazos.

—¡Lo siento! ¡Lo siento!— hizo repetidas reverencias para disculparse.

—¡Oigan extras! ¡Tráiganme toda su basura!— grito el rubio a sus compañeros.

—Kacchan, ya todos se fueron y me dieron la basura a mi— aviso el peli verde mientras se iba del lugar con un moton de bolsas.

—¡Bakugo!— se acercó al chico —Aquí tienes— con burla le dio su bolsa de residuos.

—¡¿De qué te ríes maldita chica nube?!

—De nada, de nada— aguanto su risa —Solo que te vez lindo limpiando.

—¿Eh?

—¡Que te ves gracioso limpiando!— corrigió con cierto nerviosismo.

—¿Segura que dijiste eso?— se acercó peligrosamente a su rostro.

—Ajam— asintió con la cabeza y tragó seco.

—¿Ahora quien se ve gracioso?— soltó una pequeña risa en modo de burla viendo la cara colorada de la castaña al tenerlo tan cerca.

—Ya, aléjate— lo empujo levemente.

—Oi, con respecto a lo de ayer, no lo vuelvas a hacer— la miro enojado.

—¿Qué? Lo esquivaste. — se cursó de brazos.

—Y por eso te voy a superar en el entrenamiento— hablo con egocentrismo.

—¿Ósea que vamos a seguir entrenando juntos?— lo miro con entusiasmo.

—¿Ah? ¡Si! ¡Ahora vete a hacer tus tareas, nubecita!— salió del lugar con los objetos de limpieza en sus manos.

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— バイ• 海

NUBES   |   Bakugo KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora