El niño querido

8.- Corrientes subterráneas de confusión

Bella se sentía bastante cascarrabias. Todo había ido mucho mejor después de que ella, Edward y Alice regresaran a Forks… era casi como si los meses de abandono nunca hubieran sucedido entre ella y Edward.

De acuerdo, tal vez ella estaba mirando todo el asunto con lentes de color rosa, pero Edward todavía era cariñoso con ella, merodeando alrededor y asegurándose de que estuviera segura y protegida. Eso no había cambiado… seguro, quizás él estaba un poco más distante de lo que había estado cuando empezaron a salir, pero en realidad no era nada lo que le preocupaba. Edward siempre había sido un poco temperamental e introspectivo.

Ella lo había atribuido al hecho de que probablemente se sentía culpable por dejarla sola y luego arriesgar su vida con los Volturi. Honestamente, además del hecho de que había tenido miedo de que no pudieran salir de Italia, en realidad estaba bastante agradecida por toda la reunión de los Volturi. Ahora no habría más excusas de Edward para convertirla.

No era como si hubiera estado obsesionada con la inmortalidad antes de conocer a los Cullen o algo así ... en realidad, la idea ni siquiera había ocurrido como algo plausible hasta Edward. Pero después de conocer a los Cullen en su congelada perfección, al ver lo indestructibles que eran ... tenía que admitir que era algo que deseaba mucho.

Odiaba estar tan débil y llana junto a la hermosa familia (a pesar de que Edward la había tranquilizado una y otra vez diciéndole que no era simple y aburrida sino especial). Ella había tratado de creerle, pero siempre existía esa duda persistente.

Antes de Forks nunca había sido 'esa' chica, la chica que atraía la atención y la admiración de todos. De regreso a casa en Phoenix, había sido una mosca en la pared, fue solo después de su llegada a Forks que alguien la había notado (fuera de su familia inmediata y realmente no contaban).

Seguro que ella hizo como si no quisiera o disfrutara la atención, pero no podía negar que había una cierta satisfacción por ser tan deseada. Debería sentirse mal por los sentimientos de Mike y Jake, pero en realidad todo era bastante halagador, no pudo evitar animarlos un poco. Todo fue inofensivo.

Cuando Edward comenzó a prestarle atención, ella estaba encantada ... ¡Había un chico verdaderamente hermoso e inalcanzable que la deseaba! Se había deleitado al descubrir su secreto y convertirse en parte de la distante familia. Por una vez, realmente se había sentido satisfecha con su lugar.

Fue solo después del encontronazo con James que comenzó a ver cuán patéticamente fácil era lastimarla.

Hizo que sus pensamientos se volvieran hacia su envejecimiento constante y el hecho de que Edward permanecería estancado para siempre, siempre el hermoso chico de diecisiete años ... y lo odiaba. El miedo y la inseguridad habían venido después ... la única razón por la que había sido popular en Forks era porque era una nueva comodidad, cuanto más tiempo permaneciera, menos sería cierto. Cuanto más tiempo pasaba, más vieja y fea se volvía, ¿cómo se suponía que iba a mantener la atención de Edward si ella era vieja y estaba arrugada?

Cuanto más tiempo pasaba, le resultaba obvio cómo llegaría a perderlo todo ... su popularidad, Edward ...

Se había obsesionado con ser convertida, honestamente no entendía la renuencia de Edward a todo el asunto… ser un vampiro era como ser perfecto en su mente. Incluso si ella y Edward no estuvieran destinados a durar para siempre una vez que ella se convirtiera, tendría una eternidad para resolverlo. Sin mencionar que sería hermosa e indestructible.

Entonces, ella estaba realmente feliz con el ultimátum de los Volturi ... seguro que su padre la extrañaría y todo eso, pero lo había hecho bien solo antes de que ella llegara a Forks y estaría bien una vez que ella se fuera. En cuanto a su madre, bueno, tenía a Phil y Bella siempre se había sentido como una tercera rueda a su alrededor ... algo que secretamente le molestaba.