El niño querido

21.- Mascarón de proa de la muerte

"¡Hayden!"

Hayden se encogió un poco cuando escuchó la voz de Caius, que no estaba del todo enojada, pero definitivamente no feliz, sonar por los pasillos de piedra del castillo de los Volturi. Habían regresado por tres días, y por mucho que Hayden fue negligente en admitir, había extrañado por completo la antigua fortaleza y todos sus habitantes no muertos. Sin embargo, lo que hizo que su regreso fuera aún mejor fue el hecho de que regresaron con muchos más cuerpos de los que se habían ido. Hayden tuvo un gran placer al ver a su pareja dentro de las paredes en las que había crecido.

Jasper no fue el único que regresó con ellos; Victoria, Alice y Bree también habían acordado regresar, aunque Alice y Bree estaban aquí simplemente como visitantes, aún no habían acordado unirse a Aro y la guardia del rey. Sin embargo, estaba bien, Hayden sabía que los reyes estaban convencidos de que podían convencer al vidente de que se quedara (por supuesto, si no podían, Hayden había activado demasiado el hechizo que le impedía decir el futuro de forma permanente ... después de todo, sería de ningún beneficio para Aro y sus hermanos si ella llevó sus talentos a otra parte. Los reyes siempre habían sido unos cabrones posesivos; realmente vivían según el adagio de que si no podían tener algo, nadie podría. Quizás era una actitud egoísta, pero en el a largo plazo fue inteligente).

Hayden deseaba infantilmente que los demás no estuvieran cazando (era su turno de encontrar y asegurar un grupo de turistas) para poder usar a su pareja o al menos a los gemelos como una fuerza de distracción entre él y las preguntas / enojo de su padre adoptivo. Ni siquiera estaba seguro de lo que había hecho para darle ese tono a la voz de Caius, pero en realidad, podría haber sido muchas cosas. Por otra parte, normalmente era bastante meticuloso al ocultar sus huellas y culpar a los demás ... todavía se rió entre dientes recordando el momento en que Félix y Corin intentaron explicar por qué habían decidido cambiar todos los contactos del i-phone de Caius a Puff the Magic Dragon junto con su tono de llamada. Asumieron la culpa simplemente porque Hayden había difundido el rumor de que ambos eran admiradores secretos del narco dragón.

Armando sus nervios, y enyesando su mejor '¿quién yo? Soy la cara de un angelito inocente, Hayden caminó hacia donde sabía que Caius y los otros dos reyes estaban sentados revisando papeles de alguna importancia. "¿Si?" Preguntó Hayden con dulzura, simplemente evitando pestañear (ya que estaba bastante seguro de que sería un poco exagerado y no apreciado en este momento).

"¿Le gustaría explicar por qué ahora hay una habitación llena de colmillos de plástico que se rompen a cualquiera que intente levantarlos?" Caius preguntó arqueando una ceja rubia.

"¡¿Qué ?! ¿De verdad? Eh, eso es bastante extraño ...". Hayden se mostró sorprendido y terminó indignado. Aparentemente, necesitaba trabajar en sus habilidades de actuación si las miradas que estaba recibiendo lo decían.

"Hayden, acabo de recibir la copia notariada del contrato ..." declaró Aro con severidad, aunque Hayden podía decir que este hermano al menos estaba levemente divertido, probablemente simplemente porque Caius no lo estaba.

"... er, ¿estaba deteniendo la representación falsa?" Hayden ofreció débilmente.

"¿Representación falsa?" Cayo preguntó con voz teñida de incredulidad.

"Bueno, sí ... no le hace ningún bien a tu imagen tener un montón de niños inmaduros corriendo por ahí pretendiendo ser uno de los tuyos ... además, la versión mágica del colmillo de Halloween es peligrosa, solo piensa en las demandas de la ley. ¡Te estoy ayudando a evitar! ¡Todo lo que se necesitaría es un colmillo de plástico para ir a por una arteria carótida y BAM! ... tienes padres enojados y magos que de alguna manera culpan a los vampiros ... Sé cómo funcionan sus mentes ", explicó Hayden muy serio.