¿Sin Ti? No, Gracias// TLC

Cap 8

El cielo había oscurecido cuando pudieron por fin eliminar a todos los espectros. Al ser inmortales era muy difícil acabar con ellos, pero se las ingeniaron. El Cid cortó las extremidades de muchos y Cianita los golpeó en ciertos puntos nerviosos para que no se pudieran mover (con una técnica oriental que manejaba a la perfección, que le había enseñado Mine). Cuando tuvieron la oportunidad, los llevaron hasta un pozo lejano, escondido y abandonado, ahí los tiraron y del Santuario llegaron unos sellos de Athena, los cuales cerraron el pozo. No son eternos, pero Athena tiene la esperanza que para cuando los espectros se liberen ya se habrá solucionado el tema de su inmortalidad. Habían sido enviados por los dioses gemelos para probar la fuerza del Santo de Capricornio, quien era considerado por el dios Hypnos como una amenaza.

Cuando regresaron todo era silencio. Los familiares de la chica habían arreglado todo en la noche y daban comienzo al velatorio. La noticia llegó a toda Barcelona y fue mucha gente a dar el pésame, su padre había sido un hombre realmente bueno y querido. Fueron tres días y tres noches solitarias, a pesar que la casa estaba repleta de personas. Cianita no habló nada y no había expresión en su rostro. No dejaba de pensar... pensaba en todo... ¿La muerte será como le explicó el Patriarca? Su familia era cristiana ¿Para ellos era lo mismo? ¿Tras morir pasarían al infierno y no al paraíso eterno? Realmente nunca le aclararon esa duda. Para el funeral asistieron el Patriarca, Athena y también los acompañó Sísifo. El que hubiesen ido, a pesar de la ocupada agenda de todos, fue un lindo gesto. Fue enterrado en un lugar especial en el cementerio de Barcelona, al lado de su esposa.

"No hubo nunca mejor padre, esposo, herrero, guerrero y hombre como el que yace en este lugar. Dios le dio al mundo un ser nacido de su benevolencia y el mundo se lo agradeció dándole sus mejores tierras e hijos. Hoy descansas junto a tu amada, mas vuestro recuerdo quedará vivo en nuestras memorias y vuestra descendencia será la encargada de transmitir vuestros valores a las próximas generaciones.

Q.D.E.P. Javier Acuña"

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Regresaron tarde en la noche, el cielo se despejó y las estrellas brillaban más que nunca. La familia de Cianita se quedó en la casa y Athena con los demás regresarían al día siguiente, mientras que a los dos amigos les dio unos días para que descansaran de todo lo que había ocurrido. Pasado un rato El Cid no vio a Cianita dentro de la casa, así que salió a buscarla. La encontró arriba de la bajada hacia la granja, mirando hacia el horizonte con el rostro serio y los ojos perdidos. Se puso a su lado y observó junto a ella. Luego de unos minutos por fin abrió la boca.

- ¿Me acompañarías al viejo roble? - Dijo comenzando a bajar. Él la siguió y se encontraron pronto en la cima del cerro donde jugaban de niños, bajo el enorme árbol. Se dio cuenta que desde ahí se podían apreciar mejor las estrellas.

- ¿Cómo estás? - Preguntó casi en un susurro. Ella bajó la mirada y suspiró.

- A decir verdad, ahora estoy más tranquila. Por lo menos ya no hay gente a la que tenga que saludar.- Respondió con una pequeña sonrisa.- Estuve pensando mucho... y hubo un momento en que me angustié. Pensaba en que si realmente todos van al infierno por culpa del dios Hades, entonces mi padre no podría descansar. Es realmente decepcionante. Esperaba que luego de estar todos estos años sufriendo por lo que pasó hace años por fin viviría feliz en la eternidad, sin embargo, no es así... - Se giró y le sonrió.- pero luego me acordé que nosotros luchamos para que eso termine. No importa cuánto nos demoremos, sé que algún día venceremos y mi padre podrá descansar y me reuniré con él nuevamente.- El Cid la miró sorprendido, mas luego le devolvió las sonrisa. Cianita tenía razón. Desde ahora se esforzaría aún más en afilar su espada y lograr alcanzar a Excalibur.