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¡Famosos y contendientes, bienvenidos a las tierras y a las playas del exatlón! Están por emprender una de las grandes aventuras de su vida. Yo soy Antonio Rosique, seré su guía, seré su conductor, seré el juez, y sobre todo, máxima autoridad de todas las competencias; mi objetivo primordial, mi misión, es velar por los valores del exatlón.

Ustedes han sido elegidos, son veinte: diez hombres, diez mujeres, famosos y contendientes, y de entrada los recibo con respeto. Con respeto por sus trayectorias, por sus carreras, por sus medallas, por sus títulos. Los recibo con admiración, porque de entrada han sido seleccionados de entre miles de aspirantes, pero el reto apenas comienza. Se van a enfrentar a la competencia deportiva más difícil del mundo, por la duración, por la diversidad de pruebas, por las privaciones que van a tener, por los sacrificios que tendrán que realizar.

Veinte de ustedes, van a tratar de probar quién es el atleta más completo del exatlón; algunos durarán solamente unos días, algunos soportarán algunas semanas, y unos cuantos, unos pocos, lograrán quedarse en estas tierras y en estas playas algunos meses. Uno se llevara la bolsa de dos millones de pesos, pero sobre todo, el honor y la gloria, el respeto y el prestigio que supone convertirse en el primer gran campeón o campeona del exatlón México.

Les deseo mucha suerte. El exatlón pondrá a prueba no sólo su capacidad físico-atlética, sino también, su inteligencia, su capacidad de liderazgo, su habilidad para desarrollar estrategias, y también sus posibilidades y su capacidad para trabajar en equipo.

𝘾𝙝𝙖𝙣𝙜𝙚 𝙢𝙮 𝙢𝙞𝙣𝙙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora