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Desperté primero que todos, noté que el sol ya estaba saliendo y probablemente no podría volver a dormir, por lo que me dirigí a la playa y armé una pequeña estructura con cocos para practicar mi tiro, lo más seguro es que hoy tampoco podría competir pero tampoco quería perder el tiempo. Después de un rato me senté en la arena, comencé a pensar en mi familia, en mis amigos, en todo.

Estaba triste por no poder aportar nada a mi equipo, tampoco era una persona problemática y no me gustaban las actitudes que ciertos de mis compañeros tenían conmigo; sin embargo, no sabía qué podía hacer para cambiar la situación. Por un momento pensé que era mejor no haber aceptado la invitación para venir, quizá estaría mejor afuera. Pero le había prometido a Gloria hacer mi máximo esfuerzo. Sabía que pronto uno de los viente participantes tendría que abandonar esta aventura y no quería ser yo, quería recuperarme de mi tobillo y salir a competir, demostrar de lo que soy capaz.

¿Pero cómo sería la dinámica para sacar a uno de nosotros? No tenía idea, realmente no tenía idea de nada. Al firmar el contrato prácticamente nos dijeron que las reglas de exatlón podían cambiar en cualquier momento y era nuestro deber adaptarnos. ¿Qué tal si la decisión se tomaba en equipo? Seguro votarían por mí porque no estoy compitiendo.

—¿Qué haces, niña? —Escuché la voz de Pascal y di un pequeño brinquito.

—Estaba pensando, ¿tú? —Respondí mientras él se sentaba a mi lado.

—¿En qué?

—En que estar aquí es una locura.

—¿Te arrepientes? —Me preguntó directo.

—No... No sé —Respondí y él negó.

—Es el tercer día y esto va para largo, no te puedes arrepentir aún. Ya verás que pronto vas a volver a competir.

—No es sólo eso, siento que no me termino de adaptar.

—Obviamente es difícil pero no te preocupes, hoy competimos por la fortaleza y esta vez será nuestra. Cuando todos descansemos habrá un mejor ambiente, además, prácticamente somos desconocidos, con el tiempo nos uniremos, tú tranquila.

—Eso espero —Respondí y me atreví a mirarlo. Traía un short deportivo puesto y no traía camisa, miré su abdomen bien definido y finalmente me dirigí hacia su rostro. La verdad es que Pascal era un hombre muy atractivo. Volví mi mirada hacia el mar, pero escuchamos que alguien se dirigía a nosotros.

—¡Aquí están! —Dijo Manoly acercándose a nosotros, vi de reojo que Pascal rodó los ojos —Llevamos un buen rato buscándolos, pensamos que algo les había pasado. Ya vamos a hacer el desayuno.

Me tendió su mano para ayudarme a levantarme y Pascal se levantó por sí mismo. En el camino Manoly nos contaba que estaban buscando cómo hacer fuego pero no lo conseguían. Finalmente llegamos al campamento, donde parkour intentaba hacer una especie de fogata con varios palitos de madera, pero fue inútil.

Después de varios intentos nos rendimos, dejamos los huevos y las papas en una esquina de la pequeña cabaña para alistarnos, ya que no tardaríamos en irnos al circuito. Cuando llegaron por nosotros me senté al lado de Ernesto, platicamos de cosas triviales hasta llegar al circuito, donde el doctor me dijo que nuevamente estaría fuera de la competencia.

Una vez que todos estábamos preparados en nuestros lugares, Rosique explicó el circuito, y que, efectivamente competiríamos por la fortaleza. Por la lesión de Pikolín y la mía, dos competidores quedarían fuera para igualar las condiciones, los cuales fueron Zoraida de famosos y Alberto de contendientes. Los enfrentamientos quedaron así:

𝘾𝙝𝙖𝙣𝙜𝙚 𝙢𝙮 𝙢𝙞𝙣𝙙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora