A solo segundos - Vkook

29

4 meses para la boda...

Era lunes por la tarde, más específico la hora de salida de la universidad del azabache, el cual iba platicando con Jin rumbo a la salida del lugar, pero en cuanto sus miradas se cruzaron y Jungkook lo logró divisar correctamente al castaño al pie de las escaleras abandonó la conversación.

"¡TaeTae!" El azabache gritó mientras bajó corriendo las escaleras y se lanzó a sus brazos, el castaño con ternura le rodeo la cintura y le levantó del suelo, él totalmente emocionado enredó sus piernas en las caderas ajenas logrando un abrazo mucho más apretado, en realidad a ninguno le importó si los compañeros de clase del azabache veían a este aferrado de piernas y brazos al chico de los cabellos tintados, Jungkook realmente extrañaba a Taehyung y decir que se sentía sumamente culpable por dejar plantado al otro, era poco, no sabía exactamente en qué momento sus ojitos comenzaron a picar y a lagrimear.

"TaeTae... lo siento mucho, yo de verdad quería ir, perdón" El azabache murmuró sobre la piel del cuello ajeno aún aferrado a él, escuchó un airado suspirar del castaño para después comenzar a arrullarle como si fuese un chiquillo.

"Olvida eso ya amor... ya estamos juntos otra vez" Con total dulzura, Taehyung besó los oscuros cabellos haciendo que Jungkook se sintiera totalmente en paz, el azabache sintió como podía respirar sin esa opresión en el pecho que anteriormente le molestaba, se acurrucó más contra el castaño, sin embargo, este le hizo bajar lentamente.

No habían notado que atrajeron tanto la atención hasta que Jungkook vio a algunos de sus compañeros susurrar entre ellos.

"Estúpidos fisgones" Murmuró tan bajito que ni siquiera fue escuchado por el castaño, Jungkook abandonó en totalidad sus pensamientos sobre sus compañeros cuando frente a su rostro fue colocada una hermosa flor naranja acompañada de una cálida sonrisa de parte de Taehyung, una de esas sonrisas que desarmaban por completo al azabache, aquella deslumbrante sonrisa cuadrara donde los ojitos avellana se achicaban ligeramente.

"Tae..." Susurró totalmente sonrojado, ante los ojos del azabache aquella flor era hermosa, a pesar de verse un poco maltratada, maltrato que evidenciaba que el castaño la había traído toda la mañana consigo, acto que derritió por completo el corazón del menor.

"Espero te guste Kookie..." Le fue entregada la flor al nombrado junto con una pequeña caricia en su rostro de parte de la diestra del castaño, Jungkook nuevamente soltó un chillido emocionado y se aventuró en un nuevo abrazo, pasó sus brazos por encima de los hombros del castaño e inhaló profundo una vez que escondió su rostro en el cuello ajeno.

"Ay que cariñoso bebé ¿Deberíamos dejar de vernos más seguido?" Taehyung susurró suavemente en su oído, recibiendo como respuesta un pequeño manotazo en la espalda de parte del azabache.

"Demasiada miel para mi gusto niños, se nos hace tarde para la película" Jin interrumpió aquel acalorado momento, la pareja se separó y después de mucho tiempo Jungkook apenas notó que Namjoon se encontraba a unos cuantos pasos de ellos recargado en su moto, lo saludó amistosamente, después de todo su relación era un poco más cordial, Jungkook ni siquiera podía pensar en algún motivo para ser grosero con el moreno, cuando antes juraba tener mil para no dejar de serlo, definitivamente Taehyung le ponía mal.

"Bien, ustedes adelántense y compren todo Kookie y yo iremos caminando" Taehyung habló, saco su billetera y extendió un par de billetes a Namjoon los cuales aceptó, Jin y su novio se montaron en la moto y marcharon rumbo al cine, el cual no quedaba más que a un par de cuadras de donde se encontraban.

El camino al cine fue de ensueño, Jungkook se sentía alegre; durante todo el rato Taehyung sostuvo su mano, ambos notaron que sus manos entrelazadas calzaban a la perfección, un detalle que Jungkook amaba, aquellas firmes y delgadas manos que lo sostuvieron aquella noche evitando que cayera, ahora sabía con certeza que eran sumamente suaves, algunas personas se les quedaban mirando porque ambos iban riendo sin parar de cualquier tontería que se les ocurría.