ʟᴏᴠᴇ - sᴛʀᴜᴄᴋ

El espejo de los sentimientos

— Bien hecho

Me estaba felicitando Mike quien después de mucho tiempo, finalmente podía verlo otra vez.

Lo miraba y él a mí.
Traté de tocarlo pero mi mano lo atravesó, en eso, su mirada se volvió melancólica.

— Pero aún no es tiempo

Se alejó lentamente de mí, perdiéndose en la inmensa oscuridad.

Desperté atada a una silla: jadeando y algo sudorosa pero no podía moverme en lo absoluto.
Cuando miré mi brazo, ya no tenía las viseras colgando ni la sangre cayendo increíblemente rápido: su remplazo era bastante curioso, era ¿Porcelana? Me pregunté mentalmente aún mirando dicha obra en mi cuerpo.

Con algo de lógica, la porcelana se quebraría increíblemente rápido por lo que tendría que tener mucho cuidado.

Por otro lado, aún no estaba acostumbrada a usar algún tipo de prótesis, así que tendría que tratar de acostumbrarme rápidamente si es que no quería morir como todos los demás.

Ahora, al mirar todo a mi alrededor: había sangre por todas partes, objetos cubiertos por sábanas blancas, destacaban cristales y cuerdas en el techo.

Traté de formular una oración pero solo me salieron balbuceos ridículos, así que opté por guardar silencio.

— Descuida, es la perdida de sangre

Ese llamado era nuevo, provenientes de una niña a la cual traté de mirar, pero no estaba la responsable de dichas palabras.

— ¿Lastimas a los niños?

Ahora, esa pregunta se oyó molesta. Estaba segura que se refería porque asesiné a Nicolás para ganar su patético juego.

Pero de nuevo no pude responder nada, así que simplemente negué continuamente con la cabeza para tratar de darle una respuesta.

De ahí no sé que es lo que sucedió y simplemente se cayó por unos minutos, unos largos y silenciosos minutos que parecieron ser los más eternos de toda mi vida; eso hasta que la escuché decir un "Está bien, confío en ti"

Estaba tan cansada que apenas y podía mantener el ojo abierto por lo que toda mi visión era terrible, la mayor parte de mi glóbulo ocular estaba borroso pero un poco logrando distinguir la silueta de los objetos.

Mi brazo: le volví a mirar y traté de mover los dedos mas no pasó nada, seguía siendo un pedazo de porcelana pegado a mi brazo, o a lo que aún quedaba de éste.

No podía pensar en nada más que la forma tan brutal con la que había terminado la vida de las personas a las cuales asesiné, no sintiéndome como el ser humano que soy, dándome a entender que lo que había hecho estaba mal; pero para conseguir una libertad debía exterminar a todos mis oponentes sin importar fueran Ancianos, Adultos o Niños.

¿Qué era lo que seguía? Ya había terminado de jugar su estúpido juego de niños, se que hay algo que me estaban escondiendo porque se que no iba a salir de ese lugar tan fácilmente por lo que ellos estaban o están esperando algo más de mí sin mi consentimiento.

En ése momento lo único que podría hacer durante un muy buen rato en la oscuridad era intentar mover ese nuevo brazo proteico hecho únicamente con el material de la porcelana.

Ahora que detenidamente me ponía a pensar, sobre en esta ocasión después de mucho tiempo, "¿Desde cuándo me he vuelto tan débil?".
Hacia tiempo que yo misma en la guerra me consideré una poderosa arma letal capaz de matar a la gente con una sola mirada. Aunque ahora claramente hablamos de seres totalmente diferente a la raza humana, ellos no eran del todo humanos, más bien, eran monstruos casi imposibles de matar.
"¿Por qué incluso, si aplico toda mi fuerza no puedo hacerles daño?, ¿Qué los diferencia de alguien poseedora de la marca a cualquiera de ellos?" Si había algo que aún no me quedaba claro es como es que habían evadido la mayoría de mis ataques en su patético juego; Inclusive, habiendo perdido el parche de Mike y con el hecho de tratar de proteger ese objeto tan preciado no fue suficiente para acabar con esas dos asesinas de antes.
Tal vez era la practica, ellos parecían ser asesinos profesionales e incluso ya muertos deben llevar algunos una muy buena temporada como lo es aquél chico: que por cierto, no lo había visto después del encuentro en el bosque tratando de asesinarme con una maldita serpiente.