5.

14 2 0
                                    

Íbamos de regreso a la ciudad a toda velocidad.

April me llevaba en su moto, Sophie iba con David y Chloe con Abraham.

No volví a ver a Lía desde que se fue del refugio y por alguna razón no podía dejar de pensar en ella y en lo que había pasado.

Trataba de ponerlo así: Chloe había preguntado sobre los padres de los chicos, Lía se había molestado por eso, pero también me había dicho que era adoptada por los padres de Abraham, entonces... ¿Lía sabía que era huérfana pero al parecer se molestaba cuando se lo recordaban?

Es que ni siquiera tenía sentido ¿por qué se molestaba por eso? Estaba seguro de que había algo más detrás de todo su mal humor, solo que no sabía que, y dudaba que fuera a saberlo, no sabía si iba a volver a verla.

Y la verdad una pequeña parte de mi quería volver a ver a Lía, no sabía exactamente para qué, pero al menos ver su cara de me importa una mierda el mundo y saber que estaba bien.

¿Por qué te preocupas tanto por ella?, ni siquiera la conoces, Me preguntó mi lado racional, el que sabía que era absurdo pensar tanto en ella.

No lo sé, Respondió mi otro lado, el lado estúpido, el que hacía que no pudiera sacar a Lía de mi cabeza.

—te dejaremos en la casa de las chicas, no podemos arriesgarnos a ir hasta tu casa, puede que hayan más policías en esa zona— gritó April para que pudiera oírla por debajo de su casco.

Le mostré el pulgar arriba indicandole que estaba bien pero en realidad no me agradaba mucho la idea, la casa de Nathan no quedaba lejos, pero tampoco cerca, además de que era bastante tarde para andar solo.

Aún así no dije nada, los chicos ya se habían tomado muchas molestias por nosotros.

Por fortuna no vimos ninguna patrulla cerca, así que pudimos llegar tranquilamente a la casa de las gemelas.

—¿tu y yo nos volveremos a ver?— le preguntó Chloe a Abraham en voz baja cuando estuvimos frente a su casa.

—claro, linda— escuché que le respondió él cerca del oído haciendo que Chloe soltara una risita nerviosa.

Sophie se puso detrás de su hermana, miró a la pareja con una mueca de asco y se metió el dedo en la boca haciendo la mímica de que vomitaba, April, David y yo reímos por lo bajo. Chloe al darse cuenta apretó los labios y le sacó el dedo del medio a Sophie.

—de hecho ¿por qué no salimos todos de nuevo?— propuso Abraham, girándose hacia nosotros emocionado.

—¿todos? ¿De nuevo? ¿En esas motos?— repitió Sophie alzando una ceja señalando las motos, luego soltó un resoplido sacudiendo la cabeza en negacion—. Que va, yo paso. Ustedes están locos y yo quiero seguir viviendo.

—ay, vamos Sophie— dijo una insistente Chloe, halándola del brazo—. No seas aguafiestas.

—Abraham— todos volteamos a ver a David que estaba alerta, tenía el ceño fruncido y parecía tenso—, me parece escuchar las sirenas de la policía, creo que deberíamos...

—irnos, si, lo sé— termina la frase el rubio, suspirando, se veía cansado.

Sin siquiera dar tiempo de despedirnos los tres se subieron en sus motos y desaparecieron de nuestras vistas en menos de un segundo.

Chloe se gira hacia mi guardando las manos en sus bolsillos.

—¿tienes que ir caminando hacia la casa de Nat, cierto?— preguntó poco convencida, sabía que no le agradaba la idea pero no tenía otra opción, así que asentí sin ganas. —lo siento, te diríamos que te quedarás pero... ya tenemos suficientes problemas por escaparnos de casa y que se llevaran el auto de mamá— Chloe tomó una gran bocanada de aire mirando hacia la casa—. Si salimos vivas de esta será un milagro.

El Juego Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora