—espero verte en la fiesta hoy, si no vendré aquí yo mismo y te llevaré mientras te pateo el trasero por ser un aguafiestas— me advirtió Lucas cuando me estaba bajando de su camioneta frente a la casa de Nathan.
Apreté los labios rodando los ojos, cerré la puerta y salí corriendo hasta el porche de la casa, busqué en mi bolso las llaves que Nat me había dado en la mañana y entré.
Subí directamente a mi habitación para hacer los deberes, si quería quedarme en el equipo tenía que mejorar mis notas sí o sí.
De repente mi teléfono empezó a llenarse de mensajes de chicos felicitándome por volver al equipo y hablándome de la fiesta. Estaba por apagar el teléfono para que no me molestaran cuando me entró una llamada de Chloe.
—¿te uniste al equipo y no me lo dijiste?— me reclamó a penas contesté.
Ah, genial, ahora hará un drama, pensé apretándome el puente de la nariz.
—Chloe, no empieces…
—no, no empieces nada, renuncié a la animadoras porque a ti te expulsaron del equipo y ahora de un día para otro decides volver ¿y no eres capaz de decirme? Sabes que las animadoras siempre fueron parte de mí, iba a convertirme en capitana de no haber sido por ti. Y para colmo harás una fiesta por eso y ni siquiera nos invitas.
Entrecerré los ojos, ¿Se ofendió por lo del equipo o por no haberla invitado a la fiesta?
—A ver, primero que nada nunca estuvo en mis planes volver al equipo, fue una decisión de último momento ¿si? Iba a platicártelo un día de estos. Y sobre las animadoras puedes hablar con las chicas, seguro que te aceptaran de nuevo, además yo nunca te pedí que las abandonaras por mí— espeté resoplando.
Hubo una pequeña pausa del otro lado de la línea.
—no sé qué es lo que te sucede últimamente, Mateo, ¿está todo bien? Tú no eres así.
Tomé aire profundamente y lo retuve, me eché para atrás en la silla del escritorio soltando todo el aire lentamente.
—es por lo de Instagram, y también por Anne, sé que ella no te agrada pero…
—no, está bien— me interrumpió suspirando—. Si a ti te gusta yo no me interpondré, eres mi mejor amigo y tengo que apoyarte en lo que decidas, aun así si a mí no me agrada mucho tu decisión. Ahora, ¿Qué sucede con ella?
Bueno, al menos ya no se había relajado.
—En realidad no sé exactamente lo que sucede, todo esto me tiene en otro mundo ya que Anne no quiere hablarme y toda la escuela habla mal de mí, además de que ahora que volví al equipo siento que tendré esa presión sobre mis hombros, toda esta situación con Nathan... siento que me va a estallar la cabeza.
Un trueno estremeció todo, anunciando que la tormenta no acabaría pronto.
—Mira, no te voy a decir que todos tus problemas se van a resolver pero al menos voy a estar a tu lado, no estarás solo, nos tienes a mi y a Sophie, y también al idiota de Lucas que ni quiera me escribió para ir a la fiesta, en verdad me molesté por eso ¿eh?
Solté una pequeña risa, solo Chloe se molestaba por algo así.
—gracias Chloe— sonreí aunque no pudiera verme—, en serio…
Un ruido extraño del otro lado de la línea hizo que dejara de hablar.
—lo siento, Mat— dijo susurrando—, tengo que dejarte, se supone que no debo tener el teléfono. Nos vemos en la fiesta.
Y colgó.
Me quedé mirando la pantalla del teléfono por un momento mientras se ponía en negro. Suspiré y me propuse a hacer la tarea hasta que llegara la hora de la dichosa reunión.
—hey— gritó Lucas al verme cruzar la puerta de su casa—, ven, sígueme.
Lo había dicho como si fuese la primera vez que iba a su hogar cuando en realidad conocía esa casa mejor que la palma de mi mano.
Desde niños nos reuníamos en la casa de Lucas para jugar, hacer tareas y, eventualmente, en donde solíamos hacer todas las fiestas.
Aún así caminé detrás de él por la gran sala pasando luego por un pasillo que conducía a una sala aún más grande para llegar a la cocina. La casa de los padres de Lucas era una de las más grandes y lujosas del lugar, trabajaban en asuntos políticos, y tenían algunos empresas, por eso casi nunca estaban en casa y Lucas solía aprovecharse de eso.
En toda la casa había gente, aunque no mucha ya que aún era temprano y seguía lloviendo. Varias personas se me acercaron y me felicitaron por volver al equipo, algunas chicas se me lanzaban encima para abrazarme, y otras me miraban con recelo desde el otro extremo de la habitación (suponía que por lo de las fotos).
Aunque realmente esa noche no me importaba ninguna chica que no fuera Anne, quería hablar con ella y asegurarme de que no la había perdido sin siquiera tenerla.
—sí, definitivamente el equipo te necesita— decía un chico del cual no recordaba el nombre, solo sabía que compartíamos la clase de química—, hemos ganado solo un partido desde que te fuiste. Todos tenemos la fe de que en el siguiente juego la escuela ganará a gracias a ti.
—hmm… si— respondí sin prestarle mucha atención.
Paseaba la mirada por toda la casa, atento. Había llegado más gente ya que la lluvia había parado un poco aunque los truenos aún seguían estremeciendo el cielo.
Trataba de encontrar a Anne pero no la veía en ningún lado. El chico siguió hablándome de algo relacionado a la clase de química mientras yo seguía bebiendo del vaso en mis manos sin interés hasta que mi mirada se posó en la espalda de una chica, en su chaqueta, para ser más preciso.
Me le quedé mirando con la cabeza ladeada, como si tratara de descubrir algo en ella. La chica bailaba y bebía frente a mí, era rubia y la mitad de su cabeza la tenía rapada, era un peinado bastante osado, también me di cuenta de que en su cuello tenía un tatuaje que se escabullía por debajo de su chaqueta de cuero.
Mi corazón empezó a acelerarse cuando volví a mirar a la chaqueta con más detenimiento y darme cuenta de que decía Demonios de las Ruedas en letras rojas y tenía el dibujo de la cara de un diablo sonriendo con una motocicleta detrás.
Entonces mi mente empezó a maquinar todo.
Chaqueta de cuero…
Demonios de las ruedas…
Motocicleta…
Motociclistas…
Lía…
Mi mente conectó todo.
"Demonios de las ruedas" ese es el nombre del club de motociclistas y si una de ellos está aquí entonces ella también vino, ¿no? Ellos suelen estar en grupo.
Mierda.
—¿sabes en dónde está Lucas?— le pregunté rápidamente al chico que me hablaba sin parar.
—¿eh? No lo sé, la última vez que lo vi creo que fue en la entrada, estaba recibiendo a todos los que llegaban.
Me dirigí a la puerta escuchando que aquel chico me gritaba algo pero no me importó. Busqué a Lucas en toda la casa pero no lo conseguía, apreté el vaso de plástico que aún tenía en la mano. Estaba exasperado, quería encontrar a Lucas pero parecía como si hubiera desaparecido.
Sin percatarme de quien estaba detrás de mí, me di la vuelta bruscamente y accidentalmente choqué con una persona derramándole la bebida encima.
Cerré los ojos ante el impacto quizá pensando que había chocado con alguien de mi tamaño, pero al darme cuenta que la otra persona era más baja que yo, volví a abrir los ojos y el corazón casi se me salió del pecho: acababa de encontrarme con la persona que menos quería ver esa noche.
Lía se tambaleó un poco y miró su ropa manchada de refresco.
—¿qué te pasa, idiota? ¿Por qué no te fijas por dónd…?— se interrumpió al alzar la mirada y sus ojos se encontraran con los míos—. Ah, Mateo, eras tú, te estaba buscando.
—¿sí?— pregunté inquieto, algunos chicos empezaban a voltear a vernos y susurraban.
Ella asintió y me pasó un pequeño bulto de tela enrollado. Recibí el bulto frunciendo el ceño, al extenderlo me di cuenta de que era mi sudadera, Lía la había lavado y la había cosido donde antes estaba rota.
—¿tú… la arreglaste?— la miré arqueando las cejas, ella apartó la mirada asintiendo de nuevo—. No tenías que hacerlo, Lía, gracias.
—yo…— apretó los labios y sacudió la cabeza, como si hubiese querido decir algo y luego se hubiese arrepentido— no fue nada— dijo al final.
Iba a responder pero ella se dio media vuelta y se perdió entre la gente.
¿Qué fue eso?, pensé extrañado siguiéndola con la mirada.
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El Juego Del Amor
Teen FictionEse día. Lo recuerdo bastante bien, lo recuerdo tan bien como si hubiese sido ayer, cuando todo comenzó, un día como cualquier otro, tan simple y ordinario que nunca se me ocurrió pensar que conocería a una de las personas más importantes de mi vida...