3.

20 2 0
                                    

Observé con indiferencia a Lía, quien estaba dentro de la bañera vacía con un cigarrillo casi terminado entre los dedos y mirándome con diversion.

-¿y tú que haces aquí?- pregunté cansado, no tenía tiempo para sus comentarios sarcásticos en ese momento.

-yo estoy aquí desde que me fui de la cocina- respondió saliendo de la bañera y arreglandose el cabello castaño- ¿que haces tú aquí?

-hubo un problema- dije suspirando y mirando hacia la ventana, ella alzó una ceja queriendo saber más, pero entonces recordé sus palabras antes de irse de la mesa. Sonreí de lado,me agaché un poco para quedar a su altura y mirándola a los ojos dije en un susurro- uno que tiene que ver con "que te"

Ella apretó los labios y levanto la comisura derecha de su labio, soltó un poco de aire por la nariz en una risa seca y se acercó amenazadoramente a mi.

-bien- contestó también en un susurro, arrojandome la colilla del cigarro al pecho.

Junté las cejas sin entender su actitud tan fría e indiferente.

-¿cuál es tu problema conmigo? ¿acaso crees que esa faceta de "chica mala" te hace más interesante?

Y la verdad es que si lo hacía, pero no quería admitir que había empezad a sentir un poco de cursiosidad por ella ¿por qué? no lo sabía, pero si sabía que había algo más dentro de ella, algo más que ese aire rudo que transmitía, y una pequeña parte de mi quería descubrir ese "algo más" pero ¿que pasaría si lo hacía? y lo mas importante ¿ella me dejaría hacerlo?

No lo sabía, pero estaba seguro de que lo iba a descubrir.

Lía cruzó los brazos sobre su pecho y arqueó una ceja.

-¿qué? ¿acaso no estás acostumbrado a que una chica no caiga rendida a tus pies?

Iba a responder, pero entones recordé que la policía estaba ahí y que nosotros teníamos que salir o seguro nos meteríamos en problemas.

Además no quería responder esa pregunta.

-como sea, no hay tiempo para esto, tenemos que irnos.

-cierto- dijo suspirando con un aire divertido-. Buena estrategia para cambiar de tema, por cierto. Ya descubrí que al niño bonito no le gusta que no se fijen en él.

Torcí la boca y ella sonrió con suficiencia, como si hubiese ganado nuestra pequeña discusión. Entonces se giró y se dirigió a la salida, por acto reflejo la seguí.

Antes de salir, tres chicos pasaron corriendo velozmente frente a nosotros hasta el final del pasillo, en donde habia una ventana por la que todos se escapaban bajando por una escalera.

Pensé que bajaríamos por ahí pero Lía caminó hacia el lado contrario, hacia las escaleras.

Yo me quedé parado en medio del pasillo observando a Lía. No sabía si ir con ella, salir por la ventana o quedarme allí donde estaba, entonces ella se giró para mirarme con el entrecejo arrugado al darse cuenta de que no la seguía.

-¿vas a venir o piensas pasar la noche en la cárcel?

Sin persarlo dos veces fui con ella.

Bajamos rápidamente las escaleras, ya no había nadie en la casa excepto por un policía que estaba parado en la puerta hablando por su radio, nos escondimos detrás de una pared y Lía me hizo señas para que la siguiera en silencio hacia la cocina.

Lía tomó uno de los vasos que estaban en el piso y lo arrojó hacia el otro lado para distraer al policía, él al escuchar el ruido se fue a ver que era mientras nosotros nos escabulliamos hacia la cocina y saliamos por la puerta trasera que daba al patio.

El Juego Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora