Ian Rogers

14

Ian 14
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Tony murmuro una maldición viendo a la rubia correr por uno de los angares de la base.

-ah no, ni lo pienses!-

Susurro furibundo activando sus propulsores para ganar mayor velocidad.

En menos de cinco minutos ya la tenía contra el suelo, quizá Tony fuera malo en la batalla cuerpo a cuerpo pero Steve le había entrenado bien y la estupida de cárter no era rival para él.

-Suéltame Stark, yo no he hecho nada.-

Se quejó ella tiroteando de las ataduras hechas con la propia armadura que acaba de ponerle el moreno.

-¿Entonces por que corriste? Yo creo que si has hecho y mucho, tú no sabes pero yo realmente estoy deseando encontrar un culpable... perdí cinco malditos años junto a Steve y no sabes lo bien que me vendría un poco de justicia! -

-Pues te estás equivocando, yo no he hecho nada más que ayudarte...-

Pero Tony ya no le dejó seguir hablando, sin más la amordazó desplegando algunos nanobots de su armadura hacia ella.

-Deberías estar feliz de que sea yo quien te haya atrapado... ¿tienes idea de lo furioso que estará Steve? -

Nada más mencionar el nombre del rubio fue suficiente para que ella perdiera el color en el rostro, pero ya no tuvo tiempo de pensar más pues de inmediato Tony volvió a despegar llevándosela con él.

Dos horas después Steve se paseaba como leon enjaulado detrás del espejo doble en la sala de interrogatorios donde tenían a Sharon.

Aquello tenía que ser una maldita pesadilla.

Todo este tiempo había sido ella, ella había sido quien había ayudado a Zola a planear todo aquello!

"El mundo necesita reglas, orden! Y SHIELD solo se ha convertido en un nido de depravacion y desviación!"

Había gritado ella con rabia cuando le habían cuestionado sus motivos. Y Steve solo había podido apretar los puños con el mismo coraje de la frustración.

Porque todo el daño que le pudieran haber hecho a él habría podido perdonarlo, habría incluso pedido compasión por ella, habría sido él mismo quien le otorgase el perdón de ser necesario... pero el infierno al que ahora entendía habían sometido a Ian no podía perdonarlo.

Por primera vez en su vida Steve quería venganza, quería cobrarle con creces lo que había hecho.

Quería matarla.

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-¿Que quieres hacer con ella? -

Después de algunas horas ahora estaban en la oficina de Nick donde el silencio de Steve se había convertido en un témpano difícil de romper.

Había escuchado todo el informe y había sido Tony quien se había encargado de ha er todas las preguntas, de rellenar los espacios vacías que habían en todo ese enredo.

Sharon llevaba años trabajando para Zola, siendo una infiltrada dentro de shield y eso solo había confirmado lo que Nick había venido sospechando por hace algún tiempo.

Hydra tenía sus tentáculos metidos en shield y al parecer llegaban hasta el último rincón de aquella organización.

Y aquello aunque no le sorprendía del todo ciertamente si que lamentaba que esta hubiese sido la forma en que descubrieran la verdad.

Porque Sharon había confesado todo lo que habían planeado hacer, el plan de Zola de apropiarse del cuerpo de Steve y luego al no conseguirlo, su posterior venganza al llevarse a Ian y torturarlo hasta lavarle la mente.

Había confesado todo lo que habían hecho con el pequeño y Nick había sentido tanta repulsión por la mujer que había querido callarla de un solo disparo entre ceja y ceja.

Nick era un hombre curtido y era consciente de la maldad en el mundo, era consciente que eran ellos quienes tenían que enfrentar ese tipo de personas y detenerlas. Pero el hecho de que hubiese un Niño tan pequeño involucrado simplemente le revolvía las tripas.

Y no podía ni imaginarse lo que seguramente estaría sintiendo El Capitan.

Tony suspiro acercándose a donde estaba Steve, el rubio se había retirado hacia la ventana de la oficina y había permanecido ahí con la mirada fija en la nada y el ceño fruncido en notoria molestia.

Cada músculo en su cuerpo permanecía tenso y la mano de Tony sobre su hombro pareció como un bálsamo que le alivió algo del estrés acumulado.

-Steve...-

-La usaremos para llegar a Zola y después será sentenciada a muerte-

Su voz resonó con frialdad en el despacho y tanto Nick como Tony se quedaron perplejos.

Y entonces Tony pudo ver con perfecta claridad el paso de aquellos años en el rubio.

Su esposo había cambiado y de nuevo Tony sintió aquella cruza impotencia que llevaba acechándolo desde hacía varios días sin piedad.

Porque de cierta forma Steve ya no era el mismo... está persona que acababa de hablar con frialdad era otra... y eso le daba miedo.

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Tengo un nuevo ff llamado chocolate pero no subiré ningún capítulo aquí hasta haber terminado alguno de los ff que tengo pendientes aquí! 😅

Muchas gracias por leer! 💕