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Ian 7
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-Deja de llorar, por amor de Dios ya cállate mocoso-

Sharon lo zarandeó del brazo en un intento histérico por hacer que se callara pero solo logró que Ian llorase aún más asustado.

Desde que llegaran al laboratorio de Zemo Ian no había dejado de llorar, asustado al darse cuenta que no

El pequeño nunca había convivido con alguien más que no fuese su papá y estas nuevas personas solo le gritaban y le hablaban de cosas que no entendía.

-Qui... quiero a mi papá-

Le pidió entre llantos una vez más a la rubia quien prefirió arrastrarle hasta una de los cuartos más cercanos para poder encerrarle ahí.

De verdad no entendía como era que ese mocoso llorón se suponía que sería uno de sus mejores agentes.

-Cállate, no te quiero escuchar más. Steve no va a venir porque Steve no es tu papá, no eres más que un vil experimento de laboratorio y así y ahora has regresado a donde perteneces... así que ya vete haciendo a la idea de que este lugar es tu nuevo hogar-

Le gritoneo antes de azotar la puerta y dejar al niño en medio de la oscura y húmeda habitación.

Ian era muy pequeño para entender todo lo que ella había dicho pero lo único que sabía era que mentía. Ella mentía porque su papá jamás le abandonaría, papá había prometido que estarían juntos siempre y papá nunca rompía sus promesas.

Con las mejillas húmedas de tanto llorar se fue a acurrucar a una esquina, no tenía miedo a la oscuridad o a estar solito pues su papá le había enseñado que no debía tener miedo a esas cosas. Pero a lo que sí que le tenía miedo era a las personas, las personas era malas y lo acaba de descubrir... Ian sabía que los monstruos que habitaban allá afuera eran peligrosos pero siempre había pensado que las personas como él o como papá eran buenas...

Era una mentira, y ahora lo sabía.

*****

-Steve tranquilízate-

-No, no puedo necesito encontrarlo-

-¿Encontrar a quien? -

-Ian, estoy buscando a Ian-

-¿Quien diablos es Ian Steve?-

Tony estaba comenzando a desesperarse, lo único que quería era salir de ese lugar y llevarse a Steve con él, pero este último había pasado los últimos minutos actuando como si de pronto hubiera perdido un tornillo.

Revoloteaba por todo el lugar y llamaba a gritos a alguien y ahora lucia completamente desesperado.

-Ian es mi hijo-

Ni siquiera lo dudo, Steve obviamente nunca se lo había dicho a alguien pero sus palabras habían salido sin duda.

-¿Tu hijo?-

El rostro de Tony de pronto había perdido color y su gesto era algo desencajado.

Steve de nuevo quiso tirar de sus cabellos en desesperación, no se suponía que tuviese que decírselo de esta forma.

-Si, mi hijo, nuestro si tú lo deseas, y te lo explicaría todo pero Justo ahora no lo encuentro y sería maravilloso que me ayudaras-

Tony quería preguntarle más, quería preguntarle exactamente de donde había salido ese hijo suyo y por supuesto donde estaba la madre... ¿Quien era la mujer con la que Steve había tenido un hijo?

Estaba celoso, muy celoso pero Steve lucia desesperado y Tony aún en contra de sus necesidades decidió primero ayudarle.

-Bien dime como luce ese hijo tuyo, no tendrás alguna muestra de ADN por aquí, no?-

Steve ignoró el mohín en el rostro de Tony para de inmediato sumergirse en la descripción de Ian y en buscar algo que pudiese servir para alimentar el rastreador de Tony.

-Bien usare el mismo método que me trajo a mi hasta ti... solo unos minutos y esto deberías darnos un rastro... si aquí está-

Frente a ellos e iluminado por un holograma se desplegó un rastro color verde brillante, como un rastro aromático que indicaba el camino ur había tomado el pequeño.

Era algo disperso pues prácticamente todo el bodegón estaba lleno del rastro de Ian pero solo tomaba un camino fuera de los límites.

Solo uno y de inmediato Steve supo que algo había sucedido pues Ian jamás saldría.

Ian era un Niño muy inteligente y muy obediente también, jamás saldría...

-Se lo llevaron, Tony se llevaron a mi niño-

El corazón de Steve palpitaba lleno de terror, porque los únicos que podían llevarse a Ian eran los monstruos de Zola.

Toda la felicidad que había sentido al ver a Tony de nuevo ahora había sido empañada por la ausencia de Ian.

Y Tony a pesar de sus celos y todas la a preguntas que tenía centró su total atención sen seguir el rastro de Ian, ¿Quien se atrevería secuestrar a un Niño de cinco años?

Aún no podía definir sus sentimientos respecto al tema de Ian pero lo que sí sabía era que no dudaría en patear el trasero de quien fuera que se lo hubiera llevado.

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Ian RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora