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Ian 11
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Dos dias después Ian había despertado y aunque sus signos vitales eran estables y ya ni siquiera quedaba cicatriz alguna del disparo, el pequeño había permanecido en completo silencio.

Steve entró a la habitación donde le mantenían bajo observación con un tazoncito de sopa.

Le partía el alma ver al pequeño así, cualquier rastro de luz e inocencia parecía haber sido arrancado del pequeño y ahora solo quedaba un cascarón que parecía irse marchitando con el paso de los días y Steve cada día intentaba rescatar a su bebé... cada día luchaba pero cada día parecía que perdía un poco más.

Ian la mayoría del tiempo permanecía callado y únicamente parecía querer hablar con Steve, lo cual los médicos habían encontrado perfectamente normal pues Steve está la única persona que él niño conocia.

-Hola cariño, es hora de comer.-

Con un suspiro se sentó sobre la cama al lado del pequeño para darle la sopa.

-No...-

Susurro bajito arrebujandose aún más entre las sábanas de barquitos. La habitación aunque era una habitación de la base había sido adornada con un montón de motivos infantiles, todos traídos por sus amigos e incluso por algunos de los agentes que habían estado involucrados en su rescate.

Steve no se había despegado ni un momento del pequeño intentando animarle.

Tony había sido quien se había hecho cargo de todo asegurándose de que el rubio pudiera tener todo el tiempo libre necesario para poder estar junto a Ian.

Steve suspiró dejando el tazón en la mesa junto a la cama para acercarse y recostarse junto a la pequeña bolita de mantas que era Ian ahora.

-Tienes que comer bebé... necesito que comas para que te repongas y poder llevarte a casa...-

-¿Volveremos al angar? -

La voz de Ian salió amortiguada pero en su tono Steve reconoció la ilusión de su tierna edad.

-No mi vida, jamás volveremos ahí... ahora todo estará bien-

Steve besó su cabecita pero Ian se movió hasta lograr girarse en la cama y poder ver al rubio con esos enormes ojos aceitunados.

-pero esa es nuestra casa... ¿por que no vamos a volver a casa nunca?-

Ian le miraba lleno de confusión y Steve sintió su pecho apretarse en angustia, Ian solo conocía el angar y algunos pocos lugares de la otra dimensión, todos ellos horribles ... Eso se resumía en que Ian no conocía nada del mundo real y aunque Steve le había contado mil y un historias sobre su hogar, el rubio ahora comenzaba a entender que aquellas historias no habían sido más que cuentos en la mente infantil de Ian.

Steve se acurrucó junto al nene acercándose lo suficiente para quedar frente a frente con él y poder susurrar bajito.

-Porque.... a veces la gente tiene que mudarse cariño, cambiamos de casa para poder tener una vida mejor. ¿Recuerdas que te conté de los vengadores? ¿Recuerdas que te dije que algún día conocerías a un montón de personas amables que te querrían mucho? -

Mientras hablaba Steve había comenzado a acariciar los suaves cabellos lacios del pequeño quien le escuchaba con total atención.

-ahora nos vamos a mudar más cerquita de ellos y podrás conocerlos, vamos a poder pasar tiempo juntos y podrás ir a la escuela también, nuestra vida va a cambiar un poco de ahora en adelante pero te prometo que será para bien, papá te va a cuidar aquí también bebé-

Le prometió con una sonrisa suave acariciando la sonrosada mejilla del pequeño.

-¿aquí también está papá Tony? -

Le pregunto lleno de curiosidad e ilusión, en esos días no había visto a muchas personas y las pocas que venían no solían hablar con él.

Steve en cambio solo pudo desviar la mirada a la cámara en la esquina de la habitación, sabía que probablemente Tony estaría escuchando y el rubio a estas alturas ya no sabía cómo tratar el tema con el moreno.

Era obvio que para Tony no era fácil lo que estaba sucediendo pues de la noche a la mañana habían perdido años de estar juntos y ahora también resultaba que Steve tenía un hijo... A Tony todo aquello lo sobrepasaba y había preferido tomar distancia y mantenerse en las sombras asegurándose de que Steve tuviera todo a su disposición pero manteniendo distancia con el rubio y El Niño.

-No lo se amor... no se si papá Tony esta aquí... por ahora solo seremos tú y yo... pero te prometo que será genial... tú y yo como siempre.-

Le prometió intentando evadir el sentimiento doloroso del nudo en su garganta. Porque Steve sabía que si Tony decidía dar un paso atrás entonces esta vez el rubio tendría que dejarle ir... porque ahora no estaba solo... ahora Steve tenía un hijo y debía velar por él.

Las cosas esos días habían estado demasiado tensas y Steve no había querido presionar a Tony quien después del rescate parecía haberse sumergido por completo bajo toneladas de trabajo dejando al rubio solo.

Toda la euforia de su reencuentro parecía haberse disuelto en un suspiro al volver a la realidad.

-Papi... está bien si no regresamos a la otra casa-

Le sonrió Ian y finalmente después de varios días Steve pudo ver algo de luz al final del túnel.

-Y cuando encontramos a Papá Tony quizá quiera venir a vivir con nosotros también, verdad?-

Le pregunto el nene con ese deje de ilusión infantil que hacía días no mostraba.

-Si... quizá quiera venir con nosotros...-

Ian asintió conforme girándose en la cama para poder quedar boca arriba y ver el techo con atención.

-Pa... ¿tú crees que si le hacemos un dibujo quiera quedarse? -

Steve sonrió rodeando en un abrazo a Ian para atraerlo a él y poder besar sus mejillas.

-seguro que si cariño-

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He estado trabajando para poder terminar esta historia! 🥺

Poppy 🌻

Ian RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora