Capítulo 6: Su Obi-Wan

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No había encontrado nada, nada que pudiera pensar que su esposo había encontrado viejos recuerdos. Obi-Wan estaba diciendo la verdad, solo quería tranquilizar a Vader, solo quería apaciguar la ira de su aprendiz. Pero Sidious siempre había alentado su enojo, si su propio esposo lo impedía, estaría en contra de sus enseñanzas.


El Emperador había llevado a su Consorte a su habitación, lo había acostado, esperando su despertar. Se había visto obligado, todavía temía que la memoria de Obi-Wan volviera, incluso su mente estaba completamente controlada por el Lado Oscuro. El antiguo Jedi no tenía oscuridad en él, por lo que Sidious se había visto obligado a imbuir algo de la Fuerza Oscura en su mente para mantenerla tan fielmente. Sabía que su esposo nunca lo desobedecería por eso y que se sometería a él. Era la única forma de atrapar a Obi-Wan por completo.

























Sentado en el sofá del dormitorio, Obi-Wan había presenciado la autoproclamación de Palpatine ante el Senado de su condición de Emperador, gracias a un holograma grabado que ya tenía varias semanas. Se había quedado atónito. La República se había ido y la Orden Jedi había sido destruida, desmantelada en el proceso. A su lado, detrás de él, Darth Sidious lo miró fijamente, esperando una reacción.

- Eres Sith… luego Emperador.

Lo hice por ti, para que podamos vivir en un mundo a nuestra imagen, es por ti que lo hice.

No… detente… ¡No te pedí que destruyeras la democracia, ni a los Jedis! - Obi-Wan exclamó, levantándose abruptamente.

El nuevo Emperador siguió su ejemplo, colocándose frente a él, imponente en tamaño, pero el Jedi no pareció intimidado.

- Tú... mataste... por... por trivia... - Obi-Wan tembló entre lágrimas.

- ¡Los Jedis te hicieron sufrir, solo quería protegerte, defenderte, darte lo que te mereces!

Yo no...

Mira profundamente dentro de ti, mi amor y mira tu sufrimiento, te recuperé mientras estabas hecha jirones, débil, herido, magullado! - Sidious se enojó cuando la habitación pareció oscurecerse de repente.

Obi-Wan instintivamente dio un paso atrás y profundizó en lo que quedaba de su memoria y resultó que Palpatine tenía razón. Solo había dolor, tristeza, muerte y desesperación. Lo recordaba bien: su decepción por ser enviado a Agricorp, rechazado por Qui-Gon, la misión en Melida / Daan, su tensa relación con su amo, su muerte, la llegada de Anakin, la guerra de los Clones... Obi-Wan había pensado varias veces que la muerte sería un alivio para él. Y hoy alguien se preocupaba por él, alguien pensaba en él, pensaba en todo lo que había pasado, entendía su trauma.

- Te ofrezco, mi tierno amor, un Imperio, un lugar donde puedes estar en paz, ¿por qué lo rechazas? ¿Por qué no puedes ver mis sentimientos por ti?

No quiero la muerte... Tu Imperio fue creado con la muerte de mis hermanos mayores...

No tenía elección… Querían hacerte daño… Por favor, Obi-Wan… Entiéndelo. 

El Jedi estaba perdido. El Emperador Sith frente a él parecía tan sincero, nunca había oído hablar de un Sith que fuera leal en el amor, que estuviera enamorado de un Jedi. Fue la primera vez, tal vez los Sith no eran todos como Maul o Dooku.

Demasiado perturbado por sus propios pensamientos, no notó que Sheev se le acercaba y le tomaba las manos con suavidad. Fue cuando sintió unos dedos levantar su barbilla que vio lo cerca que estaban. Se encontró con los ojos dorados de quien lo amaba, contuvo la respiración, incapaz de evitar encontrar atractivas sus pupilas.

1. Emperador Consorte (SheevWan) [Traducción] <Hal>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora