Heaven Knows I'm Miserable Now (ZoSan)(CrocoSan)

The Little Things Give You Away

Nota de la autora: Hoy es mi cumpleaños , soy una anciana de 26 años legalmente, este sera el primer cumple que pasare lejos de mi casa y family...y trabajando (Maldi-Bendito Dinero)o.o Así que para este año prometo no irme a hiatus nuevamente ajajajajaja Dicho eso...Disfruten el capitulo que ya tengo dos mas para ser publicados la próxima semana <3 

Zoro no la estaba pasando bien desde hace mucho, y sentía que cada vez iba perdiendo más la razón. Pedro seguía acechando para mitigar la soledad que sentía el joven, pero no lo ayudaba en nada.

Mihawk no veía más allá de su nariz, no le ponía atención a Zoro y aunque pareciera increíble, jamás lo veía a los ojos, como si no fuera ni siquiera capaz de mostrarle ese poco de humanidad a su hijo. Raras veces le preguntaba cómo le había ido en el colegio, pero solo por costumbre pues sabía que el peliverde le diría que estaba yéndole bien y ahí moriría el tema, lo hacía porque no pensaba en indagar mas allá, no le interesaba lo suficiente como para preguntar de manera genuina.

El menor se encontraba tumbado de lado en su cama, había subido a su cuarto para evitar las típicas discusiones entre sus padres, sabía que siempre terminaban con su madre siendo agredida ya sea verbal o físicamente por su progenitor.

Pedro le servía como distracción en momentos como estos, así no tenía que oírlos. Esta vez, sin embargo, ni siquiera se esforzaba por responderle al felino, se estaba limitando a escucharlo solamente.

—¿Estas escuchando o te dormiste? No me digas que ahora sufres de narcolepsia como ese compañero tuyo, Ace jajaja—Se burló su amigo imaginario.

Zoro solo negó en silencio. Ocupaba de almohada uno de sus brazos y estaba dándole la espalda al felino.

—¿Piensas ir al médico algún día? —Preguntó Pedro—¿Tus padres saben que has estado vomitando sangre? —

Zoro solo negó con la cabeza sin decir una palabra, no valía la pena ni siquiera mencionarlo. Estaba cansado de todo, además sentía que desde que vio a Sanji por ultima vez, se había vuelto más difícil la vida.

A lo lejos se escucharon los pasos de su padre subiendo la escalera, avanzando hasta su habitación hasta que se detuvo en la entrada de la puerta. Tocó y habló con su siempre tono brusco y sin afecto.

—Zoro, en 20 minutos más empieza tu practica de fútbol...Te iré a dejar—Avisó.

El joven estaba de espaldas así que Mihawk no pudo notar que el peliverde estaba llorando silenciosamente, es mas, ni Zoro había notado que las lágrimas estaban recorriendo sus mejillas.

—No quiero ir hoy—susurró débilmente.

El mayor ni siquiera alcanzó a analizar aquella frase, en vez de preguntar ¿Por qué no quieres ir? ¿Qué sucede? ¿te siente mal? Solo volvió a ocupar ese frío tono de voz.

—No es tiempo de bromear...Anda, levántate. En 20 minutos más nos vamos—Afirmó.

—Está bien—Acató Zoro en un susurro, ni siquiera hizo el intento de convencer a su padre de quedarse en casa, en su cama llorando hasta que el mundo deje de verse tan nublado.