𝐒𝐈𝐑𝐄𝐍, twilight.

x. it's my birthday

• ( 🧜🏻‍♀️. . . Siren ) •

—Entonces haz decidido que mañana es tu cumpleaños. —asentí a lo que me dijo Emily, quien miraba la invitación que recientemente le había dado.

—Así es, y están invitados. —afirmé mirando a Embry, Quil, Leah y Sean.

— ¿Y por qué no lo celebras el día en que naciste? —preguntó Embry.

—Porque los hijos del mar no tenemos una fecha exacta de nacimiento. No sabemos ni en dónde o cuándo nacimos. —le explicó Sean.

—Ni siquiera sabemos quiénes son nuestros verdaderos padres. Sobrevivimos por si solos.

— ¿Y cómo nacen?

—Excelente pregunta, Emily. Pero tampoco lo sabemos, aparecemos en el océano por arte de magia y con diez años de edad. —responde Sean.

—Los de mi aquelarre dicen que nacemos cuando un humano se suicida tirándose al mar. Su alma rápidamente se vuelve inmediatamente parte de este. —le dije.

—Los míos dicen que nacemos cuando un humano se folla a un pez. —Me dice Sean para después asentir.

—Eso ni lógica tiene. —le digo al tritón

—Por supuesto que sí. —Y así comenzó una pelea entre lo que tiene lógica y lo que no.

{🧜🏻‍♀️}

— ¿Y cuántos años vas cumplir? —me pregunta Alice mientras terminaba de colgar el "Feliz cumpleaños".

Lo pensé por unos momentos.

—Tengo cara de tener como veinte. Así que cumpliré veinte años. —dije emocionada a lo que los Cullen rieron.

—Okey, veinteañera. Es hora de arreglarte porque en unas horas vendrán los invitados. —me dice Rosalie arrastrándome hacia mi habitación.

Alice sacó la ropa que me habían comprado para esta ocasión mientras que Rosalie me arreglaba el cabello.

— ¿Sigues sin recordar nada? —me pregunta Rosalie acerca de mi "amnesia". Negué ante su pregunta —. Bueno, no importa. Ya eres parte de la familia.

Decidimos cambiar el tema mientras ellas me arreglaban. Estoy segura que nuestras carcajadas se escuchaban hasta en la casa de los Bishop.

Una vez que estuve lista ellas se fueron arreglar. Bajé corriendo al escuchar las voces de mis amigos.

— ¡Chicos! —grité tirándome a los brazos de ellos.

— ¡Paulette, feliz cumpleaños, pequeña! —me dice Quil mientras me desordenaba el cabello.

— ¡No toques el cabello! ¡Me costó arreglárselo! —le dice furiosa Rosalie mientras bajaba las escaleras. Quil alzó los brazos mostrando señal de paz.

Cada uno me entregó un regalo, que coloqué en la mesa. Vaya, recibir regalos se siente bien.

Tiempo después llegó el momento de cantar el feliz cumpleaños, Carlisle prendió las velas y las personas presentes comenzaron a cantar el feliz cumpleaños.

Llegaron al número veinte y soplé las velas seguido de los aplausos.

— ¿Pediste un deseo? —me preguntó Luke.

— ¿Había que pedir un deseo? —Él asintió. Carlisle volvió a prender las velas.

—Que siempre pueda estar con ustedes y podamos vivir felices por siempre. —dije para después volver soplar las velas.

—No tenías que decírselo a nadie. Debes de decirlo en tu mente o no se te cumplirá. —me explicó Alice.

—Ouh, entonces vuelvan a prender las velas. —Y las volvieron a prender y ahora sí pedí mi deseo como se debía.

{🧜🏻‍♀️}

— ¿Segura qué lo quieres hacer? —asentí. Sean colocó su mano sobre mi hombro —. Entonces ve con fé, hermana.

Volví asentir y me dirigí al balcón, dónde se encontraba Jasper observando el oscuro bosque.

—Jasper. —le llamé este me miró y sonrió.

—Hola, Pau —me saludó —. ¿Por qué me citaste aquí?

Mis nervios aumentaron el doble. Tomé una gran bocado de aire pero sobre todo de valor.

—Me gustas, ¿te gusto? —pregunté de la misma manera que vi en un dorama.

Al parecer, Jasper no se esperaba esa declaración. Noté un poco de tristeza entre sus ojos.

—Paulette, lo siento mucho pero no puedo corresponder a tus sentimientos—mis ojos se cristalizaron ante eso — no sé si esté listo para estar contigo, temo llegar a lastimarte...Necesito que me dé tiempo para sanarme completamente.

Asentí con un poco de tristeza, para después retirarme del balcón. Sintiendo como un nudo se hacía presente en mi garganta y como las lágrimas bajaban a toda carrera por mis mejillas. Sentía como mi corazón se estrujaba poco a poco y la respiración me comenzaba a faltar.