8. Girls

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En la Casa Búho, las cosas habían sido algo tormentosas. Para hacer esa poción de trance mágico, necesitaban de un ingrediente difícil de conseguir que solo se podía encontrar en La Rodilla. Lilith inmediatamente se ofreció para buscarlo y se puso en marcha, Eda trató de detenerla cómo pudo, pero tanto su hermana mayor como los mellizos Blight razonaron con ella, inclusive King y Hooty hablaron con la menor de las Clawthorne.

Al final, la bruja pelinegra se fue en su bastón, con el riesgo de ser capturada o caer fácilmente debido a sus poderes debilitados, eso no le importaba, lo importante era saber cómo y en dónde estaban las niñas. Afortunadamente, la maldición no sería un problema por el momento, pues las hermanas tomaron algo de elíxir poco antes.

Cómo igualmente querían ver a las niñas, los peliverdes decidieron regresar a su mansión para tomar una de las esferas de oráculos de su madre. Los progenitores de la familia Blight estaban de viaje de negocios con los padres de Boscha y Skara, por lo que la ausencia de su hermana en la fría mansión no sería un problema por el momento, pero sabían que la tendrían que encubrir cuando lleguen, o tal vez inclusive para la escuela.

El único problema con la esfera es que solo podía hacer predicciones o visualizaciones de las Islas Hirvientes, y todos los metidos en este plan querían cubrir todas las posibilidades, desde universos alternos, otro planeta, el futuro, el pasado, bajo el mar, el recto del Titán o en dónde sea que estén esas mocosas.

Edalyn descubrió que, vertiendo algo de la poción del trance mágico en la esfera, se podría ver la posición exacta del receptor en el cristal. Oh sí, magia salvaje, como en los viejos tiempos, como practicaba su antigua mentora.

Al final, Lilith volvió sana y salva con ese ingrediente necesario para hacer la maldita mezcla. Las hermanas eran expertas en pociones, no por nada eran las dos mejores de su clase.

Entonces, cuando ya tenían todo listo, se dió la primera comunicación entre los desesperados amigos y familiares de las desaparecidas. Fue un alivio saber que se encontraban en el Reino Humano, ahí no corrían peligros constantes como lo estarían pérdidas en las Islas Hirvientes, tampoco Luz tenía un precio por su cabeza en su mundo natal, pero Eda sabía perfectamente que no todo en La Tierra eran dulces y pasteles, también tenía sus cosas malas. Les pidió a las chicas que tuvieran mucho cuidado.

Hubo otro intercambio de palabras, incómodo y agrio. Los hermanos decidieron guardar silencio, la Clawthorne menor hizo lo mismo, y la mayor solo escuchaba atentamente lo que tenía su ex-protegida para decirle, como perrito regañado. Estaba herida y arrepentida. Al final, solo les pidió cuidado a las niñas.

Y aquí estaban las hermanas. Una dentro del baño, llorando en silencio para sí misma, con una botella de sangre de manzana pura en su mano derecha. El maquillaje corría por sus mejillas por las lágrimas. Lilith era un desastre.
La otra estaba fuera del baño, apoyada de espaldas contra la puerta, triste y con la mirada gacha, buscando las palabras adecuadas. Edalyn quería ayudar a su desastre.

-Lily, por favor sal... No podemos estar así ahora, hermana- dijo la de cabellos blancos.

-Edalyn, es que tiene razón... Nosotras no... Nunca tuvimos lo que tú y esa humana- respondió la mayor entre lágrimas.

-Se llama Luz- contestó en un tono apenas más severo, para volver a usar uno inusualmente suave- Has cometido errores, tu relación con esa niña puede no ser la mejor, pero sabes que la quieres y puede que ella algún día sienta tu afecto.

-No, hermana, no lo va a sentir y me lo merezco...

Se formó un pequeño silencio de unos cuantos segundos. Eda dió la vuelta para estar frente a frente con la puerta, giró la perilla y entró al baño. La menor vio a su hermana sentada en el piso a los pies del retrete, sus mejillas manchadas del negro de su maquillaje corrido y con el cabello despeinado. La Dama Búho había visto a Lilith en sus peores momentos, pero nunca se había visto tan destrozada.

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