VI.-Atrapados

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 —No, no, no, sea lo que sea que planeas no y por favor detente, no conseguirás nada con mirarme así —Decía al momento que se alejaba de donde me encontraba.

—No tardaré mucho, volveré pronto, esta vez lo digo en serio.

—Como las otras tantas veces, ¿no? ¿cuántas han sido? deje de contar después en la cuarta —volvió a mirarle provocando que se inquietara.

—Jajaja que bajo has caído reprochandome ¿Cuanto más crees soportar así, un año, 6 semanas?

—Resistiré lo que sea necesario, esperar no es una molestia para mi, crei que eso ya era obvio —Su tono era condescendiente— No todo es tan malo como parece ahora pero ten en mente esto, todo puede ponerse peor.

El frío poco a poco le hizo caer en un cuadro de fiebre provocando ardor sobre su cuerpo a los minutos su inconsciente comenzó a proyectar rostros inexpresivos que lo sumieron en un ambiente funesto, como si estuviese consciente frente a un rito de despedida para sus restos, de la impresión intentó levantarse y correr pero sus sus movimientos eran lentos sus extremidades pesadas y la perturbación de su mente era abrumadora, las figuras que le rodeaban andaban sin dificultad acentuando lo fantasmal de sus presencia, le miraban de forma desaprobatoria, no debía estar ahí.

Despertó por el crujir de pasos ajenos que a diferencia de las visiones se sentían más reales— Ya no tienes motivos para seguir con esto.

—Tampoco para detenerme, pero esa mirada que suplica me lo pone fácil.

—¿Cómo terminamos así? porque te esfuerzas en mantenerte distante y al mismo tiempo me quieres cerca, además ¿de que maldita mirada hablas siempre?

—Bueno esa de molestia, confusión y tristeza que hace lucir a tu cara contrariamente inexpresiva.

—¿Hacia dónde nos llevará esto?

—¿Acaso importa? seguimos juntos ya está —intentó sonreír para aliviar mis tensiones, pero su inutil gesto de tierno no sirvió de mucho.

Relatos de un aficionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora