Capitulo 01

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El estómago de Saint Suppapong gruñó cuando hojeaba su libro de texto. Concentrarse en el texto era difícil cuando hacía el máximo esfuerzo contra su hambre. Él estaría sin dinero hasta más tarde durante la semana cuando los fondos de su préstamo estudiantil llegaran. Los veinte en su bolsillo tenían que durar hasta el jueves, cuando él obtuviese su cheque.

—¿Vas a hacer algo con eso, hombre? Suena como si fueras a escapar y comerme, — Ángel preguntó, riéndose.

—Muy gracioso —Saint dijo a su compañero de cuarto.

Él no quería que llegara el mañana. Odiaba los lunes. Eran simplemente el inicio de una semana larga, dura; alistarse para ir a la Escuela de Medicina. Al menos este era su último año.

Si él sobrevivía a los residentes.

Algunos médicos no aprecian pasar el tiempo con estudiantes mientras otros iban demasiado lejos buscando ser su nuevo mentor.

Afortunadamente no tenía nada el domingo; era el único tiempo en que no tenía residentes. Ocasionalmente, él estaba de guardia con su interno, pero era raro.

Otro gruñido de su estómago le hizo hacer una mueca.

Una manzana pasó fácilmente por el aire encaminándose hacia él. Él la atrapó con una mano, metiendo los dientes en su carne gruesa. El jugo se derramaba por su barbilla, haciéndole hacer una pausa para limpiarse con el dorso de la mano.

—¿En serio, amigo, aún no encuentras un trabajo? —Saint sacudió la cabeza a su compañero de cuarto, sin dejar de mirar su computadora.

— Es muy difícil encontrar uno que se acomode a mi horario. —El último trabajo de Saint en una compañía de catering se vio afectado por la crisis económica por lo que tuvieron que dejarle ir. En las últimas tres semanas estuvo buscando, pero había sido imposible encontrar algo—. Es difícil convencer a las personas de dejarte trabajar en un horario inusual cuando pueden contratar otras diez que trabajen en el horario que quieren.

—¿Por qué no le pides dinero a tus padres?

Saint reía, aun podía escuchar las tristes noticias.

—No todos los padres nadan en dinero, como lo tuyos. Mi papá es un granjero. Infiernos.

Intentó no dejar que la idea lo deprimiese. Después de saber cuánto costaba la universidad y la Escuela de Medicina, Saint casi se dio por vencido, excepto que había estado soñando con ser doctor desde que tuvo cinco años de edad y obtuvo un estetoscopio de juguete por Navidad. Sus padres le apoyaron emocionalmente, pero apenas les alcanzaba el dinero para pagar por la granja, mucho menos la escuela de medicina. La relación con su padre siempre fue estrecha ya que él era un tipo rudo. Cuando Saint salió del closet su relación no cambió ni un poco.

Cuando se fue a la universidad, el padre de Saint le dio una caja de condones y le dijo que regresará a casa sin enfermedades. Fue casi conmovedor, su madre había sacudido la cabeza y deslizó un billete de cien dólares. Desafortunadamente, ese dinero se había ido hace tiempo en otros gastos. La universidad era jodidamente cara.

—Tengo que hacer algo pronto o si no voy a morir de hambre. —Sería un avaro, pero sus préstamos para la escuela de medicina no cubrían tanto como su préstamo para no graduados.

Había muchos gastos extras en la escuela de medicina que se comían el dinero para la comida. Nadie te decía que necesitabas treinta dólares para un paquete de copias, eso sin contar los libros.

Ángel le mostró a Saint una sonrisa que, si él no supiera que el hombre era tan recto como una tabla, podría haberlo tomado como una invitación.

Sonne und BlutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora