Final es Inicio

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ADVERTENCIA: LOS PERSONAJES AQUÍ EXPUESTOS PERTENECEN A MASAMI KURUMADA Y TOEI ANIMATION. MI INTENCIÓN ES MERAMENTE DE ENTRETENIMIENTO Y NO PERSIGUE FINES DE LUCRO.

Capítulo I

Final es Inicio

La herida fue mortal. Ni siquiera el guerrero más poderoso hubiese podido soportarlo, ni siquiera un guerrero tan fuerte como Seiya. Hades había clavado su espada en su cuerpo y con ello lo había condenado a morir en cuestión de horas.

Saori Kido, quien en su compartía su cuerpo con la poderosa deidad griega Athena, había sufrido igual o más que Seiya tras ese ataque letal. Durante tanto tiempo lo había ocultado, pero ahora, después de tantas desgracias, no podía negarlo, amaba a ese Santo más que ninguna otra persona en el mundo. Sabía que ese sentimiento estaba prohibido para una Diosa y más sentirlo hacia un mortal, pero el destino a veces jugaba malas pasadas.

Ella se sentía en parte culpable del actual estado del Caballero de Pegaso, quien ahora permanecía inerte en una silla de ruedas, con la vista fija en la nada y sin poder percibir ni demostrar emoción alguna; siempre era por ella, Seiya se arriesgaba a toda clase de peligros con tal de rescatarla en esa obsesión de proteger a su diosa... ¿o acaso a Saori Kido (la mujer)?. Ella ya nunca lo sabría, jamás podría preguntarle a su amado.

-Mira Seiya- le dijo como si él pudiera escucharlo- Llegamos al Santuario- le anunció mientras empujaba su silla de ruedas- Aquí es donde libraste tantas batallas y siempre salías bien librado.

Detuvo su andar y lo miró. Aún sin poder creer que en poco tiempo lo perdería para siempre. A Saori de nada le sirvió haber derrotado a Hades, a Poseidón y liberar al Santuario del poder de Saga, si al final no logró tener lo único que deseaba: estar con Seiya y compartir con él como dos jóvenes comunes que están enamorados, dar un largo paseo por el parque, ir al cine, comer juntos, abrazarse y besarse sin que nadie los juzgara; porque eso hacían los chicos y chicas de su edad, pero ellos no, sus destinos habían sido predeterminados para estar en una batalla tras otra.

Pero ahora que Seiya no "estaba" con ella, se sintió más sola que nunca. Ni siquiera sus otros Caballeros de Bronce podrían entenderla y acompañarla. Shiryu, Hyoga, Shun e Ikki estaban teniendo un merecido descanso después de casi morir en la batalla contra Hades, ellos también tenían varios asuntos que aclarar en sus vidas; pero invariablemente pronto los buscaría para nombrarlos Caballeros Dorados de Libra, Acuario, Virgo y Leo, respectivamente; ellos se lo habían ganado. Aunque Saori sabía que el que más se merecía ser el Caballero Dorado de Sagitario era su adorado Pegaso.

-Seiya ... -le dijo poniéndose frente a él - Tengo que decirte algo importante. Sé una parte de ti puede entenderme y escucharme ... -hizo una breve pausa y añadió con una sonrisa- Te amo ... - pronunció por fin y unas lágrimas se le escaparon- Siempre lo he hecho, pero había tantas cosas que nos separaban que no podía decírtelo. Aunque ahora nada me importa, y no quiero que te vayas sin que lo sepas.

Tomando valor, acercó sus labios a los fríos e insensibles labios de Seiya en ese contacto que había anhelado desde que tanto tiempo. Sin embargo, de pronto notó que el joven tuvo un leve estremecimiento, como por fin pudiera sentir algo.

-¿Seiya? - le dijo Saori sin obtener respuesta, pero ella estaba segura que Seiya sintió algo. Tal vez aún no era tarde, tal vez todavía había una oportunidad- ¿Seiya me escuchas?

-El hombre está más que acabado- dijo de pronto una voz tras ella- No puedo creer lo bajo que puede caer Athena al amar tanto a este hombre.

-¿Quién eres tú? – preguntó mirando al extraño- Yo soy Ícaro, un ángel. Mi señora Artemisa me ha enviado para darle muerte a este mortal que se ha burlado de los Dioses al vencerlos y más, por ser objeto de un interés anormal en usted.

Un Caballero para una DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora