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Ya era seis de Marzo y un nuevo año escolar empezaba.

Y era de esperarse de que Atsumu Miya lo empezara como el orto.

— ¡Apúrate, hijo de puta!— gritó el menor de los gemelos desde fuera del baño.— ¡Vamos a llegar tarde y todavía tenemos que pasar a buscar a Suna!

— ¡Yo te dije que me levantaras! ¡Sos un forro!— bufó el rubio mientras se peinaba frente al espejo.— ¡¿Encima lo tenemos que pasar a buscar a tu wacho?!

El contrario solo susurró unas puteadas más y se fue a la sala para esperarlo.
Obviamente lo había hablado a las siete de la mañana para que se despertara, pero Atsumu se había pasado toda la noche viendo videos que encontraba en YouTube. Se terminó levantando cincuenta minutos tarde.

Después de unos minutos, el Miya rubio apareció con una cara de culo mientras puteaba a quién sabe. Ambos hermanos salieron hacia la casa de Rintarou.

— No entiendo por qué tenemos que pasarlo a buscar al gil ese.— habló enojado Atsumu mientras se comía un sanguche de miga, que había sobrado de la noche anterior, debido a que no pudo desayunar.

— Porque quiero y porque puedo.— respondió Osamu sin mirarle.— Si no te gusta toca pa' allá. Andate solo en el bondi.

— Inditi sili in il bindi ñiñiñi.— le hizo burla.

Cuando llegaron a la casa del castaño, que solo quedaba a unas cuadras, Osamu saludó con un piquito a su novio.

Ellos habían empezado a salir en Noviembre del año pasado, cuando iban a cuarto año de la secundaria. Ahora en quinto, ya estaban por cumplir los cuatro meses.

— Me tienen los huevos al plato.— murmuró Atsumu mientras esperaban que llegara el colectivo para ir al colegio.— Se vieron todas las vacaciones, ¡hasta en navidad y año nuevo estuvo con nosotros!

— Y te voy a romper las bolas por mucho tiempo más.— se burló Suna.

Luego de unos minutos —donde la parejita se la pasó chapando, solo para molestar al que sobraba— llegó el transporte público y se fueron a la escuela.

El viaje fue pesado para Atsumu, principalmente porque Rintarou se la pasó jodiendo con sus bromas mientras que Osamu descansaba a su lado, apoyado en su hombro.

— ¡Basta, boludo!— le gritó Atsumu a Suna mientras se bajaban del colectivo.— ¡Me re chupa un huevo el choripan que te clavaste el fin de semana!

— Bueno, no sé,— rió leve el contrario.— quizás te interesaba, que sé yo.

— Cierren el orto, son re infumables.— habló Osamu.

Una vez entraron al colegio, fueron a las aulas que les correspondía.

En parte, el rubio agradecía que ya no tenía que aguantar a Samu y a Suna dándose besos, debido a que iban a cursos distintos. Lo malo es que el castaño iba con él.

Por otra parte, se quería pegar un tiro por sus otros compañeros, que también eran sus amigos.

— ¡NO PUEDE HACER TANTO CALOOR!— gritó alto Bokuto, dándose aire a sí mismo con su carpeta que solo tenía tres hojas.

— ¡La puta que te parió, dejá de gritar!— le respondió Oikawa, luego dirigió su mirada a otro compañero.— Kuroo prendé el ventilador, me estoy calcinando acá.

— ¿Me viste cara de sirviente?— rió el pelinegro que también estaba ventilando a Bokuto, su mejor amigo.

— Yo lo prendo.— dijo Ushijima, se levantó de su lugar y fue hacia donde estaba el ventilador, era en una esquina de la habitación.

Movió la perilla varias veces, apagó y encendió el objeto, poniéndolo en intensidad alta y baja; pero las aspas no se movían. Estaba completamente roto.

— Seguro ya lo rompiste, boludo.— se quejó Tooru, o como sus amigos lo llamaban: Toto. — A ver, rajá de acá.— empujó a Wakatoshi y volvió a repetir las acciones que hizo el antes nombrado, obviamente sin conseguir éxito alguno.

Se quejaron otro rato más y luego cada uno fue a su lugar, que tampoco eran tan lejanos.

Digo esto porque todos se sentaban al fondo. A algunos les iba bastante bien con los estudios pero otros no prestaban tanta atención, de todas maneras les divertía hablar de boludeces todos juntos o comer sin que los profesores se den cuenta.

Ah esperen, me falta alguien.

— ¡Adelante la torta, por favor!— gritó Suna riendo mientras aplaudía, después los otros se fueron sumando.— ¡Que ingrese la tortaa!

Yachi entró al curso y se fue al fondo con sus amigos.— Cada año venís más boludo me parece.

— ¿Qué hicieron en las vacaciones?— preguntó Toto mientras sacaba su carpeta y la cartuchera.

— Yo fui al campo con mi familia.— respondió Ushijima, que estaba sentado delante de él.

— A vos no te pregunté.

— No seas tan forro, culia' .— le miró Bokuto mientras reía.— ¡Yo volví a Córdoba para ver a mis abuelos!

Cierto, el de pelo bicolor era cordobés. Nació ahí pero cuando estaba por empezar su tercer año de secundaria, tuvo que mudarse a Buenos Aires por el trabajo de su madre.

— Que lindo, yo tuve que estudiar y rendir con cuarenta grados.— dijo el rubio.— Encima lo tuve que aguantar a éste — señaló a Suna.— en mi casa todo el día.

— Y si te llevaste hasta el recreo, pelotudo.— rió Kuroo.

En ese momento llegó la profesora— la que ellos llamaban "la vieja chota de lengua"— para dar inicio a la primera clase del día.

Atsumu solo miraba su hoja, esperando que este año pasara algo interesante.

•••

Holaa, les presento esta nueva fic que espero les guste.
Hace mucho que quiero hacer una historia donde se traten de varios shipps de este hermoso anime y manga. Aparte de que sean argentinos creo que le da un toque jsjs.

Si hay alguna palabra/expresión que no entiendan, siéntanse libres de preguntar.

También quiero avisar que lo más probable es que vaya a tratar algunos temas fuertes, como la homofobia o el abuso, obviamente poniendo trigger warnings en los capítulos correspondientes.

¡Gracias por leer! :)

Haikyuu argentino;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora