Capítulo 16

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Narra Lauren

"Gracias, tía, por aceptar venir con nosotros al centro comercial", agradecí mientras estacionaba el auto afuera de la casa de Camila.

"Gracias a ustedes por invitarme", respondió mi tía con una sonrisa.

Marqué a Camila y le dije: "Hola, Cami, ya estoy afuera esperando".

"Tienes que venir a verme, o si no, mi papá no me deja salir", dijo en la otra línea con una voz que no sabía interpretar.

"Listo, lo intentaré o moriré en el intento", respondí con una risa.

Ella rió y terminamos la llamada. Miré a mi tía y dije: "Iré a la guerra si no salgo viva, te quiero, tía". Ella rió y negó con la cabeza.

"No seas dramática", dijo un poco seria.

Bueno, ya voy, salí del auto y la que abrió la puerta fue Sofía.

"Hola, cuñada", dijo saludando. "Ya llamé a mis papás".

Al cabo de unos minutos, salió la mamá y el papá de Camila.

"Hola, señores", saludé.

"Hola, hija", dijo Sinu con una sonrisa.

"Hola, Lauren, más vale que mi hija llegue bien a casa, o si no, te mato", dijo Alejandro serio.

Entonces escuché a alguien reír, era Camila, la cual se veía muy hermosa. Y los papas también rieron.

"Hubiera grabado tu cara", dijo el papá. "Estabas como un papel sin color", acordó Sinu.

Camila besó a sus padres en la mejilla, luego agarró mis manos y me sacó de ahí. Al llegar al auto, el susto se me había pasado. Gracias al beso que me había dado.

La tía y Camila comenzaron a charlar anécdotas de mi vida. Yo manejé lo más rápido que pude. Al llegar, estacioné donde Michelle estaba estacionada. Al bajar del auto, la vi junto a Dani y el profesor Ian. Mi tía se enfocó y cambió de rostro.

"¿Qué haces tú aquí?", preguntó exaltada.

"Me invitaron, pues", contestó él con una sonrisa.

Ella me llevó a un lugar apartado. "Me voy yo, gracias por querer pasar tiempo conmigo".

"Tía, vamos, no seas aburrida", supliqué por favor. "Pasa tiempo con nosotros".

Puse mi mejor cara de pena. "¿Estás consciente de que me estás manipulando?", preguntó.

"Sí", respondí.

Ella aceptó y regresamos después al grupo. A los lejos, vi de nuevo a esa mujer mirándonos. Pero no le di importancia.

Tomamos fotos, mientras otras veces comprábamos. "Anda a pedir los pedidos", dijo Michelle mientras me miraba con mirada burlesca.

"Iré contigo", se ofreció Dani. Michelle era una chica muy celosa y tomó mi lugar.

Estuve sacando conversaciones... y Camila contando sus chistes y yo riéndome de ellos, eran muy buenos. Luego se nos unieron mi hermana y Dani.

"¿No entiendo qué vio Camila en ti?", preguntó Michelle.

"Eres fea, me saco la lengua", respondí con una sonrisa."Lo mismo que vio en ti", la picoteé. Los demás empezaron a reír. "Por si no sabes, somos gemelas".

En ese momento, un grito llamó mi atención. Bueno, no mío, si no de todos.

"Llegó el alma de las fiestas, esto parece velorio", se comenzó a alagar Vero mientras Lucy nos saludaba.

"Extrañábamos la paz", dijo Michelle seria.

"Jajaja, chistosita saliste", dijo Vero para molestarla. "Es raro que hagas chiste hasta que estés en estas reuniones".

"Basta", dije mientras vi como Camila y Dani y mi tía conversaban de otro tema.

Vero tomó asiento al lado de Lucy y de ahí se tranquilizó. El celular de Michelle sonó y fue a contestar a un alejado de nosotros.

"Seguramente no anda en la mafia tu hermana",




Estuvimos charlando, Dani incluía a Ian en conversas y mi hermana llegó.

"Tengo buenas noticias", informó con una sonrisa.

"¿A ver cuenta?", preguntó la tía emocionada.

"Conseguí empleos", dijo, pero luego corrigió: "Nos conseguí empleo".

"¿A quiénes?", preguntó Vero interesada en el tema.

"A ti y a mi hermana", respondió.

Vero comenzó a dramatizar.

Estuvimos en algunos juegos y Vero era como un niño pequeño. Hasta me dan ganas de ser así.

Camila y yo caminábamos agarradas de las manos, sonriendo. Mi mirada fue a un dije.

Mi mente me trajo algunos recuerdos.

"¿Estás bien?", preguntó mi tía.

Asentí con tristeza. El me había regalado uno igual. Si tan solo estuviera aquí.

Decidimos que era hora de regresar, se estaba poniendo muy tarde. Vero venía con un chupete.

"Esto es vida", dijo riendo.

Nos despedimos y salimos como llegamos. Yo tenía que ir a dejar a mi tía. Camila puso música y comenzó a cantar, y mi tía siguió.

Al llegar a su casa, estacioné y me di cuenta de que esa mujer estaba esperando a mi tía. Era la misma mujer del centro comercial.

"¿La conoces, tía?", pregunté de curiosa por la presencia de esa mujer.

"No la conozco, tal vez se equivocó del lugar", dijo nerviosa.

Como tenía que dejar a Camila, no pude quedarme y presenciar la conversación.

"Es raro, Cami", opiné.

"Lo es, pero tal vez se equivocó de lugar", dijo ella.

"Bueno, pensare eso", dije mientras conducía a su casa.

Al llegar, Camila me dio un beso en la mejilla y me dijo: "Gracias por todo, Lauren. Me divertí mucho".

"No hay de qué, Cami. Me divertí mucho también", respondí sonriendo.

Y así, nos despedimos y nos fuimos a nuestras casas, con la esperanza de volver a vernos pronto.

Pero la pregunta seguía en mi mente: ¿Quién era esa mujer y qué quería de mi tía?

You Know  (Camren).  EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora