Capítulo 5: la verdad siempre se sabe.

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Desperté temprano, los sábados algunos iban a la oficina, sólo si había alguna reunión o temas importantes a tratar. Ese día decidí trabajar todo el día. Carla dejó los trabajos pendientes organizados de acuerdo a lo más importante. Mi abuelo estaba en su oficina charlando con algunos socios, Harry llegaría unos minutos después, escuché su voz y una sonrisa tonta mostraba mi rostro, él automáticamente me hacía pensar en Brittany, y en la noche anterior. No sabía cómo seguiríamos pero al parecer todo iba por buen camino.

Hice algunas llamadas, cercioré que algunos papeles estuvieran correctos, y me dediqué a corroborar el avance de los negocios que estaban a mi cargo, las ganancias y las perdidas. Se sentía raro trabajar en total silencio, me acordé de Brittany y puse un poco de música, las canciones pasaban una tras otra, cerca del mediodía alguien llamó a mi puerta, pensé que sería Fabiola, teníamos un almuerzo juntas.

- Adelante -dije.

- Hola, ¿necesitas ayuda?

Esa voz recorrió todo el ambiente y endulzó a su paso cada objeto que allí había. Brittany estaba con su cabeza dentro de mi oficina y su cuerpo fuera.

- Pasa...

- ¿Necesitas ayuda?

- Realmente no, ya casi termino, por ahora, a la tarde seguiré. Me retrasé bastante pero todo se normaliza de a poco.

- Eso es bueno, me alegra que sigas aquí y no hayas decidido irte. Me retiro, entonces.

- Espera...

No quería que se fuera, pero no sabía cómo hacer para que se quedara un poco más, ella me miraba esperando que le dijera algo pero nada se me ocurría. Lo pensé y lo mejor era dejarla ir, no la podía tener sólo para mí. "No, nada, puedes irte". Ella sonrió y cuando estaba por salir Fabiola entró y dijo, "¿Lista para almorzar?" vio que no estaba sola y saludó a Brittany. Se despidieron y yo quedé con las ganas de pasar más tiempo con esa rubia.

Con Fabiola fuimos a un restaurante no muy lejos de la empresa, ella estaba de humor, me comentaba sobre cómo era trabajar con mi abuelo en comparación de un bufet de abogados y cosas así, yo la escuchaba pero extrañaba a Brittany, no sé por qué pero lo hacía, deseaba que ella estuviera conmigo, tal vez eso debí decirle, que me acompañara a almorzar, pero en lugar de eso no le dije nada. Me arrepentía pero por otro lado, tenía que alejarme de ella, sino me volvería loca; esta sensación de querer estar a su lado no era buena... "¿Santana?" dijo una voz femenina, miré a mi costado y era Marcia, me miraba a mí y a Fabiola.

- ¿Ella es Brittany?

- ¿Qué? No, ella es abogada, trabaja conmigo en la empresa.

- ¡Ah! Claro...

Ellas se miraron y dirigieron sus miradas a mí, sólo estas cosas me pasaban a mí, a nadie más.

- Santana, ¿podemos hablar en privado un momento? -dijo Marcia, me levanté y nos apartamos un poco- ¿Quién es ella?

- Eso no te importa, dime, ¿qué quieres?

- ¿Andas con ella? ¿Y la tal Brittany?

- No metas a Brittany en esto, no ando con nadie, y no tengo por qué darte explicaciones de lo que hago...

- Ok... no te enojes, pensé que podríamos tener algo.

- Sabes muy bien que eso no sucederá.

- Pero con la tal Brittany si pasará o ¿me equivoco?

- Cállate, ¿qué dices?

La verdad sobre el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora