Capítulo 15: La vuelta

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Los nervios crecían en mí ante cada paso, bajé las escaleras y mi abuelo estaba sentado en la sala, me vio y fijó sus ojos en mí.

- Santana, ¿cenamos? Quinn, acompáñanos por favor... -dijo él.

- Gustavo, -dijo sonriendo y mirándolo primero a él, después a mí- cenaremos en casa, Rachel y Britt están esperándonos...

- Ellas pueden venir también, deseo estar con mi nieta esta noche.

No pude decir nada, ambos me miraban esperando una solución de mi parte, no sabía qué hacer.

- Tengo una idea, ven a cenar con nosotras... San, tu nana también puede ir, cenaremos todos juntos.

- Me parece una buena idea Quinn, le diré a Marcelo que nos lleve, busca a tu nana, hija...

..............................

- ¿Nerviosa?

- Quinn, veré a Britt. Por supuesto que estoy nerviosa....

- Que vaya tu abuelo no ayuda, ¿verdad?

- No... pero tal vez sea lo mejor.

Quinn conducía por la ciudad, íbamos solas en su auto y detrás venía Marcelo, junto con mi abuelo y mi nana. Los nervios no abandonaban mi cuerpo, deseaba verla pero nada de lo que estaba sucediendo estaba en mis planes, absolutamente nada.

Mi estómago dio un vuelco al ver el edificio de Quinn, lentamente fue llegando y se adentró en el estacionamiento. Mi abuelo y mi nana se bajarían en la entrada y nos esperarían en el vestíbulo. "Tranquila, todo saldrá bien", dijo Quinn.

Bajamos del auto y entramos al edificio, estaba a metros de Britt.

Quinn dio vuelta la llave, abrió la puerta y entró con soltura a su casa, como debe ser, di unos pasos temblorosos y atravesé la puerta, mis ojos radiografiaron la sala del departamento y allí estaban, Rachel se puso de pie para verme y recibir un beso de Quinn, Britt estaba allí sentada en el sofá, ¡Dios! su aspecto, lucía triste y nerviosa, pero a pesar de eso, su belleza seguía intacta, mi estómago dio un vuelco y mi cuerpo no reaccionaba, ambas nos miramos con detalle, recorriendo cada parte de nuestra anatomía, las lágrimas comenzaron a invadirnos, pero ninguna se movía, sólo nos mirábamos detenidamente.

Sus ojos se dirigieron por unos instante hacia mi lado, allí estaba mi abuelo sonriendo junto a mi nana. Britt se paró, hubo un saludo de cordialidad entre ellos pero yo estaba en otro mundo, donde el terror me invadía y los nervios me debilitaban. Rachel se acercó a mí con rapidez y me abrazó, sentí la fuerza de sus pequeños brazos en mi espalda "Volviste..." dijo emocionada y conectamos nuestras miradas, ella lucía esperanzada.

Y el momento que tanto temía llegó, Britt se acercó con los ojos rojos y su semblante triste, "Santana" fue lo que dijo al estar frente a mí, los pares de ojos que había en el departamento se centraron en nuestro encuentro, me paralicé, lucía hermosa y la opresión en mi pecho crecía, mis manos sudorosas temblaban, mis piernas querían fallarme y lanzarme al suelo, deshaciéndome en polvo que el viento lleva en cada brisa de aire. Britt se lanzó sobre mí y la abracé, mis brazos rodearon su cuerpo, mis manos se posicionaron en su espalda, sentí el calor de su piel en la mía, el perfume que sentí en mi habitación se instaló en esa breve distancia que había entre su rostro y el mío, la abracé con fuerza y sentí su sollozo, mis lágrimas ya inundaban su espalda, de repente su llanto fue lo único que se escuchó en la sala, un llanto fuerte, desesperado e incontrolable, quise separarme de ella pero no me lo permitió, ¡Oh Dios! ambas sufríamos, nuestras lágrimas ahogarían a los demás; mi Britt...

La verdad sobre el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora