La verdad sobre el amor.

Capítulo 17: Dolores del pasado

Los rayos del sol golpeaban mi cabello, miré a mi costado y los mismos rayos penetraban a través de la cabellera de Britt, encandilándome totalmente. Ambas estábamos rumbo al hotel donde nos hospedaríamos y el lugar de nuestras reuniones de trabajo en Minnesota. La noche anterior Britt durmió en su casa y yo ni dormí extrañándola, sentirla a mi lado se estaba volviendo una necesidad en mí. A pesar de saber que sólo estaríamos apenas unas horas separadas, todo mi cuerpo reclamó su presencia. Daba vueltas en la cama, intenté calmarme escuchando música pero las canciones que habitaban en mi celular me recordaban a su ausencia, a mi exilio voluntario lejos de ella y de todo lo que me recordase a su dulce existencia. Dejé de lado la música y me puse a pensar en Puck, en Sam. Puck notó lo que había entre Britt y yo y los demás no, o tal vez lo notaban y no decían nada, sin embargo lo más probable es que no se dieran cuenta, lo cual despertaba más mi curiosidad, ¿cómo es posible que una persona que nos conoce hace días se diera cuenta de algo que tratamos de no mostrar durante tanto tiempo?

Puck sólo piensa en sexo, tal vez notó la tensión sexual entre Britt y yo, es observador pero de esos que buscan una presa, en su caso una mujer a la cual llevar a la cama, las mujeres destilan su aroma a feromonas por el aire, la pasión y el deseo pueden sofocar en un instante a una persona sedienta de sentir ese placer. Puck es un eterno buscador de placer, lo sexual es lo suyo pero sabe que todo ese deseo acumulado no era dirigido hacia él.

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Desnuda en mi cama desperté buscando a Britt, ella no estaba a mi lado. Abrumada por mi soñolienta situación me senté en el borde de la cama reconociendo la habitación del hotel y escuché su voz, hablaba con su madre, la vi sentada en el sofá de la sala contigua al dormitorio, ella estaba vestida con la sábana como una especie de túnica, sonreía y agitaba sus manos mientras hablaba, notó mi presencia y me sonrió, su sonrisa siempre me paralizaría, causaba ese efecto en mí. Me acerqué, mientras ella hablaba retiré la sábana de su cuerpo, cerró los ojos ante mi acción, besé su vientre y se recostó, me puse encima de ella, yo estaba desnuda y nuestros cuerpos volvieron a reencontrarse, "No mami, ya ha despertado" la miré a los ojos y besé su nariz mientras escuchaba la voz de Nicole a través del teléfono "Dale mis saludos, cariño", sonreí porque no hizo falta que Britt hablase, dejé un camino de besos por su cuello y me detuve en sus pechos, marcando con las yemas de mis dedos cada centímetro de piel desnuda a mi paso, "Mamá debo colgar" dijo y cerré mis ojos mientras besaba su vientre y acariciaba sus muslos, sentí el sonido del botón del celular, su cuerpo vibró ante mi lento avance por debajo de su ombligo, suspiró mi nombre y estoy segura que se perdió en una nube de placer como lo estaba haciendo yo al llegar a ese lugar que tanto me gustaba explorar.

Luego de un buen tiempo Britt me besaba con dulzura, yo era feliz al ser dichosa de recibir sus caricias y su amor incondicional, sentirme amada y amar, algo que veía imposible de concretar estaba dándome los momentos más felices en años.

- San, deberíamos prepararnos para la reunión.

- Lo sé... pero no quiero dejar de abrazarte...

Permanecimos abrazadas, me imaginé en un instante una vida con ella, despertando viéndola y besándola sin temor alguno, deseaba poder tener esa libertad pero fantasmas internos me hacían cobarde, la abracé más y hundí mi rostro entre su cabello, sonrió, ese leve sonido me daba vida, era imposible vivir sin ella a mi lado, ya forjaba en mi mente esos deseos de tenerla sólo para mí, admirando lo que ella desease hacer, acompañándola en cada decisión; la veía y el futuro se tornaba palpable, alegre, esperanzador.

El sonido de mi celular me hizo volver a la realidad, gruñendo me alejé de Britt y me dirigí a la habitación en busca del aparato, ella por su parte se metió en la ducha.