Capítulo 19: El viaje

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Hay un momento de la vida en el cual comenzamos a replantearnos muchas acciones a seguir. Repasamos el pasado, sus repercusiones en nuestro presente y el éxito o el desastre que vendrá a futuro. En mi caso todo era incierto a futuro pero a pesar de esa desazón lucharía por estar al lado de Britt.

- ¿Problemas? -consultó Marcelo mientras me llevaba a casa

- La vida no es fácil, Marcelo, y las personas complicamos todo.

Él asintió con la cabeza dándome la razón.

- Pero en uno está poder cambiar eso -dijo.

- Lo sé... y lo haré -respondí.

No dijimos nada más hasta llegar a casa y pronuncié un sentido "Gracias" antes de salir del auto.

La casa estaba en silencio, la nostalgia me invadió y desee como nunca estar con Britt. subí las escaleras y me dirigí a mi habitación, me puse mi pijama. Miré la enorme cama vacía y la dejé allí. Dormiría con mi abuelo.

Caminé despacio por el pasillo y abrí con delicadeza la puerta de su habitación. Lo que vi me dejó confundida. Mi abuelo dormía y a su lado había una persona que también dormía. Me acerqué sólo un poco para ver quién era. Mi nana, ella dormía al lado de mi abuelo. Salí de la habitación sin que ellos se dieran cuenta.

Estaba muy sorprendida y confundida. Mi nana, mi abuelo ¡Juntos!

Me fui a la biblioteca y allí me recosté en el sofá. Mi celular vibró: "Te extraño. Te amo..." me decía Britt. Le mandé besos y muchos "Te amo" hasta que se durmió. Yo miraba al alineamiento de los libros en el estante pensando en el momento en el cual mi abuelo y mi nana comenzaron a tener esa clase de intimidad. Ella me contó una vez que el único amor de su vida había muerto, no recuerdo de qué pero ellos iban a casarse y él la llevaría a vivir en el campo, lejos del caos de la ciudad. Eran jóvenes y ambos se entregaron uno al otro como promesa de que entre los dos eran un mismo corazón. Recuerdo que ella me contó que al ser tan joven no podía entregarse a un hombre así como así, pero lo hizo por amor y él prometió casarse con ella, "Era un muchacho tan apuesto" me decía ella con rasgos de nostalgia y algunas lágrimas a punto de salir de sus ojos. Pero aquel amor sólo duró poco tiempo y las promesas de casamiento, de una casa en el campo y niños corriendo por doquier no pudieron ser cumplidas. Al morir él también murieron todas las fantasías de ella y decidió cerrar su corazón para evitar más desilusiones. Una vez me mostró una foto de ese hombre apuesto del que se enamoró, guardaba esa foto como un tesoro.

Tal vez la nostalgia de ella por la muerte de él y la nostalgia de mi abuelo por la pérdida de mi abuela los unió. Lo que había de común en ellos era el amor que ya no tenían. Dos personas con ganas de amar están destinadas a estar juntas, no podría culparlos por eso.

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- Hija... despierta -escuché- Santana...

Abrí los ojos y mi nana estaba a mi lado despertándome. La admiré desde la pequeña distancia entre nosotras. "Te hice el desayuno, mi'ja" exclamó y vi la bandeja en la mesa del escritorio. "Desayuna y ve a vestirte" agregó antes de besarme en la frente e irse.

Me senté a desayunar y mi abuelo llegó con el periódico bajo el brazo, sonriendo.

- ¡Son famosas! ¡Tú y Britt! -dijo con efusividad- eso me gusta, hija.

- ¿De dónde sacaste eso? -consulté.

- Salieron en el diario, mira.

Extendió el papel y me vi sonriendo mirando a Britt y ella sonriéndome, el titular decía: "Mujeres al mando". Sonreí y mi abuelo estaba muy contento. "Tal vez ya deba retirarme" dijo sonriendo, lo miré aprobando sus palabras y dijo, "Es un decir". Sabía que sólo era una broma.

La verdad sobre el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora