El amor está en el aire... ¿o acaso es coronavirus?

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–¡Alex! –exclamó una muy enojada rubia desde la "cocina" de su apartamento mientras cerraba con fuerza el refrigerador.

La susodicha se atragantó con el vino que estaba bebiendo, por lo que asentó su copa en la mesa ratona y empezó a darse golpecitos en el pecho mientras tosía. –¿Qué? ¿Qué hice?

Kara se encaminó a la sala donde se encontraba su hermana, aporreando los pies con cada paso. Tomó la botella de vino que estaba en la mesa y la sacudió para comprobar sus sospechas. –¡Te tomaste casi la mitad del vino! –Asentó la botella nuevamente en la mesa y puso uno de sus puños en su cintura–. Necesitaba ese vino –Señaló la botella–, para la cena de ésta noche pero –Señaló a la pelirroja, quien se encogió en su lugar–, ¡casi te lo acabas!

Alex echó la cabeza para atrás, apoyándola en el respaldo del sofá, y dejó salir una gran exhalación. –Ugh, Kara, ¿por qué haces tanto drama? Podemos brindar con el whiskey o el tequila que tenemos, a nadie le importará. –La pelirroja se impulsó con las manos para levantarse de su asiento, tomó su copa y la llevó a sus labios, terminándose su contenido para luego agarrar la botella por el cuello y caminar hacia a la cocina.

Kara se apretó el puente de la nariz con exasperación, desacomodando sus lentes un poco, molesta ante las palabras de la otra mujer. –Ese no es el caso, el vino lo necesito para cocinar, no para beber. –Apartó la mano de su rostro y dirigió una dura mirada a su hermana–. ¿Cómo pretendes que empiece a hacer la cena sin todos los ingredientes? Además, ¿por qué diablos estás bebiendo desde ahora? No es ni siquiera medio día y ya estás ebria.

La pelirroja rodó los ojos mientras le ponía el corcho a la botella y la metía al refrigerador. – No estoy ebria, puedo aguantar mucho más y lo sabes. Solo quería probar el vino y pues... –Se rascó la nuca–. Me gustó mucho así que me serví otra copa... y otra más. Sinceramente no me di cuenta, lo siento.

La rubia suspiró, dejando salir su enojo. –Está bien, no pasa nada, solo tienes que ir a comprar otra botella mientras yo empiezo a hacer la pasta –indicó y caminó hacia la cocina para comenzar a reunir los ingredientes.

Alex frunció el ceño y se recargó contra la encimera al lado de su hermana, apoyando sus codos en el borde. –No iré al supermercado –dijo con una risa al final.

Kara volteó la cabeza e hizo una mueca con los labios, sintiendo el enojo volver a su cuerpo. –Claro que irás. –Picó el hombro de su hermana con su dedo índice, haciendo que ésta se quejara– te bebiste el vino así que –La volvió a picar– irás por más para que pueda preparar la pierna de cerdo.

Sobándose el brazo, Alex se alejó de la rubia para evitar más agresiones hacia su persona. –No puedo conducir, bebí demasiado, tú misma lo dijiste. –explicó con una sonrisa burlona.

–Y me respondiste diciendo que no estás ebria, no puedes decir cualquier excusa según te convenga. –Kara cruzó sus brazos sobre su pecho.

La pelirroja se encogió de hombros y se recargó en el respaldo del sofá. –La realidad es que, legalmente, no debo conducir.

–Pues yo conduciré y tú te bajas a comprar. –Ofreció una solución la hermana más joven.

–¿Qué tal que no hay la misma marca de vino que quieres? No sabré cual elegir si eso pasa. –Trató de zafarse de la situación.

–Entonces me bajaré contigo –replicó Kara, acercándose a la otra mujer.

–Sabes que no podemos hacer eso, solo debe entrar una persona por familia al supermercado. –Señaló la pelirroja con una sonrisa autosuficiente.

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2021 ⏰

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