Ese día, me lo pasé junto a Stan, podría decirse que fue perfecto.
Primero, fuimos por las calles de su vecindario (barrio privado) de la siguiente forma: él iba en su bicicleta y yo me agarraba de una cuerda que atamos al asiento, íbamos calle abajo, él desde la bici y yo en mi skate hasta que llegamos a un parque, donde allí, compramos perritos calientes y comenzamos a comer, pero terminamos en una guerra de comida de la cual un anciano nos retó porque nos tropezamos con su perro.
Luego, Stan quiso ir a la playa y allí estábamos ahora.-Iré al agua- dije suspirando.
-¿Por qué?- preguntó acostado en la arena. El cielo estaba naranja, estaba por anochecer y ya no había gente en la playa.
-Pues, es divertido- dije parada a su lado.
-Emma, por favor- pidió sentándose- No…- pidió y lo miré. Estaba como indio así que, simplemente me senté en su regazo y nuestros rostros quedaron unidos.
-Debes superar tu miedo- dije firme mirándolo y miró al mar.
-Ya salté por ti una vez- dijo un tanto ronco, pasando su mano por mi espalda. Sin decir nada, atrapé sus labios en los míos en un beso.
-Pero esta vez no será para salvar mi vida- dije sobre sus labios mientras respiraba agitado.
-Te amo Emma- dijo de la nada. Me quedé en shock- Tanto años me sentí perdido…
-Tambien te amo- dije y sonrió. Pero, de la nada, me levanté de su regazo.
-¿A dónde vas?- preguntó mientras yo me quitaba la remera quedando en bra- Emma- dijo casi que en un regaño- ¿Qué haces?- preguntó mientras me quitaba el short.
-Voy al agua- dije tomando el camino al agua.
-No, no, por favor- pidió levantándose rápidamente. Intentó detenerme tomándome de la mano – Emma- llamó molesto.
-¿Qué tiene de malo Stan?- pregunté dándome la vuelta- solo es agua- dije mirándolo y suspiró.
-Por favor Emma- pidió y me solté de su agarre para correr al agua. AL principio estaba fría pero luego de meterme debajo, se me fue. El agua estaba calma, como una piscina. Nadé un poco mirando el cielo, no escuchaba nada, estaba demasiado tranquila allí.
Me levanté un minuto para mirar a Stan que estaba en la orilla, parado, mojando solo sus pies, mirándome y alarmado como si algo fuese a suceder.
De verdad no le gusta que esté aquí, así que, decidí salir. Caminé a la orilla hasta encontrarme con Stan y me paré frente a él.-¿Vez que no era para tanto?- pregunté desafiante y no me dijo nada, solo tensó su mandibula y abrió mi camisa de jean que me queda muy larga. No contesté, solo me la coloqué y me dio la espalda caminando a la arena donde se acostó en el suelo y yo hice lo mismo.
-¿nunca tuviste un sueño?- preguntó mirando el cielo.
-Mmm… Creo que, siempre quise ser algo así como…- lo pensé mejor- No lo sé, cambiar la vida de alguna persona…- dije y tomé su mano- ¿Tu?
-Siempre quise escribir un libro- dijo suspirando- De hecho… Comencé a escribir uno…- dijo avergonzado.
-¿De verdad?- pregunté sentándome.
-Es patético, lo sé…- dijo riéndose de si mismo- Pero… me gustaría publicarlo algún día… Saber que opina la gente- dijo y se rió- Pero nunca nadie lo leería…
-Stan… Si no te arriesgas, no sabes…- dije acurrucándome en su pecho-Algún día creceremos y no tendremos mucho tiempo para arriesgarnos, tendremos otras preocupaciones…