Narra Luke:
Al abrir mis ojos, estaba abrazado a Emma. Afuera ya salía el sol y había una gran calma.
Miré una vez más a Emma y besé su frente. Se veía hermosa durmiendo, más de lo normal.
Simplemente me levanté de la cama y me puse mi ropa, para luego, sin hacer un solo ruido, salí por su ventana dejándola allí sola.
Caminé por las veredas de ese pueblo hacia mi casa donde al llegar, estaba mamá fregando platos.
-Luke- dijo con una sonrisa.
-Mamá- la saludé caminando hacia ella y besé su mejilla.
-¿Dónde andabas?- preguntó confundida.
-Solo fui a caminar- dije sentándome en la mesa de la cocina, mirándola. Ella es la única mujer en mi vida, no puedo enamorarme, no puedo tener una novia… Debo seguir con ella, debo cuidarla y cuando cumpla la mayoría de edad, buscar un buen empleo y comprarle una casa.
Emma:
Me desperté y busqué a mi alrededor; estaba sola.
Me sentía mal, muy mal. Para empezar tenía toda mi piel pegajosa del sudor ya que hacía calor, y digamos que Luke no era nuevo en esto lo que hizo que en parte, me duela un poco físicamente.
Me senté en la cama y miré la ventana abierta, las cosas de Luke ya no estaban así que, suspiré cansada.
Miré mi teléfono que tenía unos cuantos mensajes de Lena pero no los leí, primero abrí los de Stan de los cuales el primero que fue a las once de la noche decía:
“Emma, me gustaría verte ¿Puedo ir a tu casa?”
El segundo a las once y media:
“Por favor, te necesito.”
Y el ultimo a las tres de la mañana que decía:
“Si me buscas estaré en la playa”
Suspiré estresada al leer sus mensajes. Y luego leí los dos de Lena que solo decían
“Perra, me borras de tu vida como si nada, eso si duele”
Y el otro que decía:
“¿Tienes algún problema conmigo Emma?
Mierda. Ahora, todos están mal.
Desesperada, corrí al baño donde me metí en la ducha. Primero encendí el agua caliente pero, me daba otra vez esa sensación de querer arrancarme la piel, así que la puse un poco fría, pero luego la pasé a helada. Así me sentía mejor.
Estuve allí unas horas y cuando salí, me coloqué una pollera mini falda de Jean y una musculosa justa a mi cuerpo de color gris.
Sequé mi cabello y me hice un moño arriba de mi cabeza para luego bajar a desayunar.
Allí, estaba solo Avril con cara de morgue.
-Hola- le dije y me sonrió.
-Emma- dijo feliz.
-¿Dónde está papá?- pregunté preparándome un café con leche.
-Fue al hospital con Harry, harán las pruebas de ADN que les darán en tres días…- dijo firme y yo tragué nerviosa- Emma…- dijo mirándome- Con tu padre hemos estado pensando en algo…- dijo mirándome con ojos bien abiertos y yo me di la vuelta girándome en mis tobillos.
-¿Disculpa?- pregunté mirándola como si en cualquier momento le fuese a meter la cuchara que tenía en mi mano en su boca.
-Bueno, lo hemos considerado…- dijo suspirando.
-No, no, no- dije rápidamente- Avril, me agradas pero, prefiero que sea lo que sea, me lo diga papá- dije y me di la vuelta.
Salí de la casa y monté mi Skate para ir a casa de Stan, donde allí, me atendió Valerie y me dijo que él no estaba, que se fue en la noche y que pronto volvería.
