Capítulo cuatro

418 41 2
                                    

- ¿Qué haces?.- Preguntó Jughead al ver a la rubia levantarse de la cama.
- Me visto para ir a dormir al sofá, no te atrevas a decirme que duerma aquí y tú allá. ¿No pensaste que luego de esto me dormiría contigo en la misma cama, verdad?.- Se rió.
- Bueno, eso creí.- La miró.
- Jughead, no somos nada, siquiera somos amigos.-
- La Betty de hace unos años atrás se hubiese quedado. De hecho, se quedó.-
- A la Betty de hace unos años atrás la dejaron plantada en el altar, le rompieron el corazón, le mintieron, abandonaron, usaron, básicamente le arruinaron la vida. Ya no soy la misma ilusa que creía que su novio  y su padre la amaban.
La vida te da golpes que te hacen más fuertes.-
- Yo sí te amaba.- Se sentó en la cama.
- Sí, claro, como digas.- Se rió.
- Cómo sea, mañana debo ir temprano a la morgue, quiero descansar para estar preparada para ver la cara de ese hombre. Cuando todo ocurrió juré que jamás volvería verlo, incluso muerto, pero bueno, es la única familia que tenía, no puedo negarle una sepultura, odiarlo por el resto de mi existencia si puedo.-
- ¿A qué hora debes ir?.-
- A las 8:00.-
- Ahora te dejo pensar y razonar lo que acabas de hacer.-
- ¿Qué hice?.-
- Engañaste a Malia conmigo.- Jughead abrió los ojos al darse cuenta.
- Esa era la reacción que esperaba. Me encantaría quedarme toda la noche a ver cómo te torturas, pero tengo sueño.- Salió de la habitación.
- Mierda...- Susurró.
- ¿Jughead?.- Asomó su cabeza por la puerta.
- ¿Sí?.-
- Ni una palabra de esto, a nadie, ni a Bret, ni mucho menos a Archie. No quiero que V se entere.-
- No diré nada.-

🔜🔜🔜

- ¿Estás lista?.- Preguntó cuando Betty le abrió la puerta de la casa.
- ¿Qué haces aquí?.-
- Vengo a acompañarte.-
- Cuando salí de tu apartamento procuré no hacer ruido para no despertarte.-
- No dormí.-
- ¿La conciencia?.-
- Sí.-
- Vaya, veo que ahora tienes una. Felicitaciones.- Aplaudió.
- Deja el escándalo y vamos.-
- No necesito compañía.-
- Eso es lo que crees, y me quieras ahí o no estaré acompañándote.- Entró a la casa.
- No te dejé pasar.-
- Mala suerte.- Se sentó en el sofá.
- Mi taxi está afuera.-
- Vamos.- Se levantó del sofá.
- ¿No tengo opción, verdad?.-
- No, ya deja de quejarte, vamos.- La tomó de la mano.
- Jughead, no me toques.- Le quitó la mano.

🔜🔜🔜

- Creo que sí tenías razón, no debía venir sola.- dijo mientras salían del cementerio.
- ¿Quieres ir por un chocolate caliente?.-
- Me tomaría uno de tus margaritas.- Betty se rió.
- Vamos al supermercado por las cosas. Tú haces las pizzas y yo los margaritas.-
- Está bien.-

- ¿Me harías otra, por favor?.- Pidió la rubia.
- ¿No Crees que cuarto es suficiente?.-
- No. ¿Cuantas llevas tu?.-
- También cuatro.-
- Y ambos estamos bien, sólo una más.-
- Betty, yo resisto más que tú.-
- Jughead, no empieces.-
- Estoy diciendo la verdad.-
- Bien.- Se levantó y fue hacia la cocina.
- Hora de ver quién aguanta más.- Volvió con una botella de tequila llena, limones y sal.
- No tenemos veinte años.-
- No, tenemos veinticuatro.- Le extendió una rebanada de limón.
- Siquiera recuerdo cómo se hacía esto.- Dijo él.
- Sal, tequila, limón.-
- Déjame ir por agua primero.- Se levantó.
- ¿Para qué?.- Preguntó ella.
- Para hidratarnos y evitar que terminemos vomitando o inconscientes.-
- ¡No sería la primera vez!.- Gritó a la cocina.
- Lo sé, lo recuerdo, y por eso no quiero volver a estar ahí.-
- Bien.-

🔜🔜🔜

Ambos se durmieron en el sofá de la sala, pero cada uno estaba para lados distintos.
- ¿Qué estoy haciendo?.- Jughead se preguntó así mismo luego de besar la frente de la rubia y observarla dormir.
- ¿Qué tanto me ves?.- Preguntó la rubia.
- Nada. Solo quiero que me devuelvas mi camiseta para poder ir a darme una ducha a mi apartamento.-
- Antes de la camiseta deberías preocuparte por ponerte la ropa interior. No creo que quieras que la gente te vea así.- Se rió.

Oh no, había vuelto a pasar. Betty no mostraba ningún signo de remordimiento. Jughead extrañamente tampoco, quizás aún no comprendía totalmente lo que estaba había hecho y lo que estaba volviendo a sentir.

- Mi cabeza.- La rubia se llevó las manos a su cabeza.
- Te dije que tomaras agua, pero tú no me hiciste caso.-
- ¿Tienes pastillas?.- Preguntó él.
- En mi bolso que está sobre la cama.-

Después de una hora Jughead se fue a dar una ducha, pero planeaba volver para el almuerzo. Había viajado hasta allí sólo para acompañar y apoyar a la rubia, y claramente no planeaba dejarla. No esta vez.

- ¿Qué estás haciendo?.- Preguntó mirándose al espejo.
- Jughead, nos vamos a casar, no queremos hacerle daño a Malia. Queremos a Malia.- Habló mirándose al espejo.
- Pero no amamos a Malia.- Se tiró a la cama.
- ¿Qué he estado haciendo con mi vida?.- Se golpeó la cabeza.
- Tengo que hablar con Betty. Debo disculparme.-
- ¿Por qué fui tan idiota?.-

- ¿Cómo entraste?.- Preguntó la rubia al ver a Jughead en su cocina.
- Me llevé tus llaves porque supuse que no me abrirías.- Se encogió de hombros.
- Archie me dijo que nos había comprado boletos de avión para mañana. Te enviará tu boleto mañana.- Le restó importancia.
- Betty, quiero preguntarte algo.-
- ¿Qué?.-
- ¿Existe la más remota posibilidad de que algún día puedas perdonarme?.-
- No te daré una respuesta, sería alivianarte la consciencia, así que te diré que no lo sé, vive con eso.-
- Realmente lo siento. Debí quedarme, no debí hacerte esto.-
- Fue duro escuchar frente a todos que no me querías, pero me hizo más fuerte. Yo realmente te amaba.- Le golpeó el pecho.
- Yo también lo hacía, aún lo hago...- Dijo lo último en un susurro.
- Claro.-
- No podía quedarme después de lo que hice. Yo entregué a tu padre.-
- Pues debiste decirme cuando encontraste las cosas en el sótano.-
- ¿Para qué?. La hubieses hecho desaparecer para que nada ocurriera con tu padre.-
-¿Ves?. Claramente no me conoces, Jughead.-
- ¿Entonces hubieses apoyado lo que hice?.-
- Claramente, papá era un asesino, un peligro para la sociedad. ¡Claro que lo hubiese entregado!.- Le gritó.
- Eso significa que me perdonas.-
- No te confundas, Jug. Concuerdo en que tomaste la decisión correcta con papá, no en que hiciste lo correcto al no contarme, al haberme humillado en la iglesia, al dejarme sola.- Lo miró molesta.
- Fui idiota.-
- Eres idiota.- Lo corrigió.
- ¿Qué esperabas que hiciera?. Tenía miedo.-
- Apoyarme, si algo así te hubiese sucedido a ti yo no me hubiese escapado cómo rata, no te hubiese herido aún más. ¿Cómo te hubieses sentido tú de estar en la iglesia, ¡casándote con quien creías era el amor de tu vida!, que en un minuto te dijera que no te amaba y se fuera corriendo, mientras toda la gente veía. Luego, dos minutos después, la policía apareciera y te llevaran a ti a tu padre a prisión, sin tú tener la más mínima idea de que sucedía?.- Preguntó ella y él se quedó en silencio.
- Oh, claro. Cuando al fin entendí que sucedía porque mis mejores amigos me ayudaron, encontré una carta tuya diciendo que todo había sido mentirá y que tú habías entregado a papá.-
- Betty, realmente lo siento, debí decirte todo. No sé porqué te mentí con eso, yo sí te amaba.-
- Si algún día me dieras la oportunidad podríamos volver a...- No siguió hablando porque Betty lo interrumpió.
- No te atrevas, Jughead. No te atrevas.- Lo miró aún más enojada.
- Es cierto.-
- Cuida tus palabras. Será mejor que te vayas.- Señaló la puerta.
- Véte.- Caminó hasta la puerta y la abrió.

- No podré con todo esto sola, necesito terapia.- Se tiró al sofá a llorar.

What the wind brings back Donde viven las historias. Descúbrelo ahora