En Yunmeng, Reino de los Tigres perteneciente al Clan Jiang llega una misiva con el sello del Clan Lan, Reino de los Dragones perteneciente a Gusu.
Los dedos del Rey Tigre se crisparon alrededor de la carta al leer su contenido, nunca se esperó tal...
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El paisaje a su alrededor se desvanece repentinamente, los frondosos árboles y el canto de las aves desaparecen, sus hermanos ya no están a su lado y él ya no tiene su forma animal, en cambio se encuentra en el lago, sobre un bote y con el cielo oscuro. Sabe lo qué es esto, está pesadilla o recuerdo ha estado incrustado en su subconsciente desde hace mucho tiempo.
Se siente tan mareado y no sabe sí es por el balanceo del bote o por el escenario que se desarrolla enfrente de él, no puede moverse ni hablar, solamente observar sin poder hacer algo al respecto. Observa como su antiguo hogar es consumido hasta las cenizas por las llamas abrazadoras provocadas por sus enemigos.
Sabe lo que sucede pero aún así trata de moverse o de hablar, lucha por ello con demasiado afán, porque quiere ir allá y salvar las memorias de su infancia y juventud, salvar de una muerte segura a sus compañeros y amigos, quiere salvar a sus padres sin importar qué, cueste lo que le cueste desea con todo su ser el poder hacerlo, pero hasta su subconsciente parece estar consciente de que nunca será capaz de hacerlo.
Es irónico, pero maldice con todas sus fuerzas que ni en sus sueños pueda salvar a las personas que ama, siente su cuerpo entumecido y su garganta seca, incluso respirar para él es difícil. Carraspea y abre la boca pero nada sale de ella, llama y llama en su mente pero su voz no se hace escuchar, como le aterra eso.
- ¡Madre! - Llama en sus pensamientos, pero no hay respuesta - ¡Padre! - Intenta pero no hay respuesta, otra vez. Llama y llama pero no hay absolutamente nada.
Solamente una abrumante oscuridad que lo abarca todo y le deja con nada.
- ¡Madre! ¡Padre! - Jiang Cheng exclama y se levanta rápidamente con la respiración agitada.
- Ngh... - Wei WuXian gruñe en molestia, dice algo inentendible y luego se da la vuelta para seguir durmiendo.
Jiang Cheng suelta un suspiro lleno de cansancio y se frota los ojos al igual que las sienes con sus dedos ejerciendo fuerza, hace mucho tiempo que no tenía ese tipo de pesadillas. Pero desde que se convirtió en Rey apenas y ha podido conciliar el sueño, Wen Qing ha sido la encargada de hacerle dormir con un té especial, el mismo con el que le tranquilizo cuando se conocieron y estaba pasando por una crisis nerviosa.
Los hermanos Wen siempre han sido de ayudar a otros, su profesión como médicos no le permite ignorar a un herido, así que cuando Wen Ning los encontró a ambos escondidos y malheridos entre los escombros no dudo en ayudarlos a pesar de que claramente ellos eran el enemigo e intentaron lastimarle, todavía puede oír el regaño de Wen Qing hacia su hermano y recuerda la facilidad con que los inmovilizó con sus agujas. Sin embargo, ella no era como los demás miembros de su clan y les ayudó a pesar de que todos a su cargo podían morir si los descubrían.
Nunca podrá olvidar ese gesto de amabilidad y desinterés que recibió de unos completos extraños, nada podrá hacerle cambiar de opinión o le persuadirá de darle la espalda a quienes le juraron lealtad cuando no tenia nada, ni siquiera ganas de seguir viviendo.
