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Resumen: Tal parece que las cosas no van muy bien para Lan WangJi hasta ahora.
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El antiguo Rey Dragón se levanta al amanecer como todos los días pero aún así permanece en su habitación ya qué las personas del Reino de Yunmeng comienzan sus actividades un poco más tarde, pero antes de comenzar a alistarse se toma un momento pa...

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El antiguo Rey Dragón se levanta al amanecer como todos los días pero aún así permanece en su habitación ya qué las personas del Reino de Yunmeng comienzan sus actividades un poco más tarde, pero antes de comenzar a alistarse se toma un momento para apreciar a través de su ventanal el hermoso y pintoresco paisaje que caracteriza a su nuevo hogar.

Debe de admitir que al principio le costó adaptarse al nuevo ambiente pero en pocos días logró acostumbrarse, despertarse con el canto de la aves y con el exquisito aroma a lotos es algo que a cualquiera le gustaría, sin mencionar que la presencia de su atractivo anfitrión y encantador prometido hace que sus días en Yunmeng sean espléndidos. Para Jiang Cheng ese sitio es su hogar así que para él también lo es.

XiChen sonríe ante eso y se retira de la ventana con la intención de alistarse e ir a las habitaciones privadas del Rey Jiang, intuye que éste estará despierto así que se tomará la libertad de pedir que lleven su desayuno hasta allá, en ocasiones le sorprende lo natural que le resulta dictarle órdenes a los sirvientes, tal vez se siente cómodo con ello debido al hecho de que a ellos pareciera no importarles siempre y cuando él se encargué de mantener feliz a su regente; obviamente el Lan no es consciente de ello.

- A-Cheng, ¿Estás despierto? - Le llama suavemente y recibe una afirmación - ¿Puedo entrar? - Inquiere y a cambio lo escucha gruñir en acuerdo.

- ¿Hasta cuándo continuarás siendo tan cortés? Ya prácticamente estamos casados - Bufa el hombre sentado frente a un espejo mientras lucha con el nido de pájaro que tiene en la cabeza.

- Son viejas costumbres, A-Cheng - Se excusa el contrario, escondiendo su risa detrás de su manga - Permíteme - Le dice acercándose a él por la espalda.

Jiang Cheng lo mira a través del espejo por un momento antes de entregarle el cepillo con un pequeño resoplido, XiChen sonríe feliz y procede a desenredar sus finos cabellos con bastante paciencia, luego se concentra en cepillar esas hermosas hebras azabaches con mucho amor para después comenzar con su tarea de trenzar su cabello, decidiendo que dejaría el cabello de su A-Cheng suelto.

- Haz practicado - Le halaga el menor, observando el peinado con un poco de sorpresa.

- Si pienso vivir en Yunmeng debo aprender a hacer trenzas - Le responde, pasando sus dedos libremente por esas sedosas hebras.

- ¿Quién te dijo eso? - Inquiere, alzando una ceja a través del espejo.

- A-Xian me lo dijo - Dice tranquilamente, encogiéndose de hombros.

- Ese idiota tiene una boca muy suelta - Murmura entre dientes, cruzándose de brazos mientras chasquea la lengua.

- También me contó que fuiste tú quien personalmente trenzó su cabello cuando lo nombraste como tu mano y cuando se casó con WangJi - Comenta el mayor entre se concentra en atar el listón morado que generalmente usa en el alto moño de su cabeza.

Cortejo (XiCheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora