En Yunmeng, Reino de los Tigres perteneciente al Clan Jiang llega una misiva con el sello del Clan Lan, Reino de los Dragones perteneciente a Gusu.
Los dedos del Rey Tigre se crisparon alrededor de la carta al leer su contenido, nunca se esperó tal...
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Hace muchos años atrás, cuatro grandes reinos vivían en armonía en su respectivo territorio, pero dicha paz fue interrumpida por uno de los más grandes clanes llamado Wen del Reino de los Zorros, no era desconocido para nadie que su regente siempre quería más y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para obtenerlo.
Así que en vista de esto, los tres clanes restantes tuvieron que alzarse en contra, pero no contaban con el increíble poder militar que poseía su contraparte, el cual buscaba solamente poder y se dejaba llevar por su ambición y eventualmente su simple mención en cualquier reino hacía temblar hasta al más poderoso ejército y es que ellos eran más fuertes, ágiles, poderosos y muy astutos.
Ellos buscaban la supremacía por encima de los demás reinos, pensaban que lo estaban logrando ya que su actual Rey mató al antiguo Rey Oso del Clan Nie en un duelo y tenía al Rey León del Clan Jin lamiendo sus botas a cambio de un convenio, así que el Rey Zorro tenía al Oeste y el Este en desventaja y a su total disposición, cada vez se hacían de mas territorio y poder. Nadie parecía poder detenerlos.
Sin embargo, en el Norte el Clan Lan no se dejaba amedrentar y no sucumbieron al miedo, lucharon con todo lo que tenían y el Clan Jiang cerca del Sur y dueños de la Zona Marítima más predominante tampoco sucumbió y se mantuvo firme ante sus amenazas; ninguno pensaba que irían a la guerra pero aún así estuvieron preparados para una.
Sólo que no hubo una, el Clan Wen atacó al Reino de los Dragones con la guardia baja, su Rey murió en batalla junto con otros honorables hombres, el Primer Príncipe desapareció en medio de todo el caos y el Segundo resultó gravemente herido. El territorio de Gusu quedó desprotegido y al mando del Consejero Real, Lan QiRen intentó dialogar con quién alguna vez fue su amigo pero ni todas sus súplicas le harían cambiar de opinión.
Y es así como el Reino de los Dragones tuvo que agachar la cabeza ante el Rey Zorro a cambio de salvaguardar lo poco que quedaba de ellos y el Clan Wen demostró ante todos que incluso los rebeldes aprenderán la lección por las buenas o por las malas y el terror comenzó a expandirse por todas partes.
Los creían imparables e invencibles, pero hubo un reino que no se dejó intimidar a pesar de todas las amenazas, luchaban con uñas y dientes mientras protegían sus fronteras de los intrusos, pero todo no impresionó al Clan Wen y sólo estaban convirtiéndose en un muy molesto obstáculo.
Fue así como la caída del Clan Jiang comenzó, los atacaron de imprevisto a pesar de estar siempre a la defensiva y obtuvieron su ventaja, pero aún así los Tigres de Yumeng les hicieron frente con feroz valentía y no dejaron de luchar hasta que el ultimo de ellos sucumbió.
Lastimosamente perdieron, su Rey y Reina lucharon con honor hasta el final de la misma manera que sus subordinados lo hicieron en el campo de batalla, dando su último aliento de vida para defender a su hogar y para darle tiempo a sus hijos de huir a salvo, siendo sus cuerpos sin vida encontrados ensangrentados y tomados de la mano.
