En fuga 1/3.

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El oscuro cielo comenzaba a aclararse, el sol salía por las montañas del Este, las estrellas se ocultaban, los animales cantaban,  el bosque se encontraba en calma y el escudo de la escuela comenzaba a volver a la normalidad, los alumnos se levantaban y pasaban a desayunar era fin de semana por lo cual los alumnos descansaban en sus habitaciones, se divertían con sus amigos y los mayores eran acompañados por algunos profesores a la aldea más cercana por lo cual nadie notaba la ausencia de 3 chicos de quinto año. Debido a que aquellas dos chicas se encontraban devuelta en el castillo ambas dormidas en los jardines de la escuela cada una con un brazalete.

Sin embargo nuestro trío se encontraba muy lejos de los terrenos de la escuela y cada uno por su cuenta.

Pov. Yugo

No recuerdo mucho de lo que pasó o lo que hice, recuerdo estar en el frío y duro suelo y mi mojada ropa en combinación con el aire frío. Pero en este momento me encuentro en una muy, muy cómoda cama, con cobijas muy suaves las cuales cubren todo mi cuerpo . . . ¡DESNUDO!. Abrí mis ojos de par en par mientras levantaba levemente las frazadas.

El de mechones rubios soltó con rapidez la tela con un tenue rosa adornando sus mejillas, estaba por levantarse para salir de la cama pero se detuvo al oír pisadas cercanas a la puerta por lo cual intento adoptar la postura que tenía al estar dormido (porque no recuerda su poción original) segundos después se escucharon pisadas en la habitación las cuales se movían por esta, solo podía escuchar como se extendían las cortinas, el cerrar de la ventana y el sonido del colchón hundirse cerca de él no lo ayudaba, intentaba respirar con tranquilidad. Una fría mano tocó su cuello provocando un poco de sorpresa en él, más no abrió los ojos. Remarcaba las facciones de su rostro con delicadeza mientras revolvía su cabello para después depositar un rápido beso en su cabello para posteriormente retirarse de la habitación, la puerta se cerro. Se levantó de un salto mientras se envolvía con la frazada, abrió con cuidado la puerta observando un pasillo lleno de luz, se escabulló con sigilo, se encontraba en el final de la escalera dispuesto a bajar.

—Soy el maestro del sigilo—

Piso por descuido la tela antes de rodar por las escaleras hasta llegar al final de estas.

—Soy un ninja—

Se incorporó adolorido volviéndose a cubrir antes de observar la parte baja, la casa estaba impecable y con varías macetas con diversa flora, miro de reojo el exterior de las ventas encontrándose con su ropa colgada la cual se encontraba en el sol. Extendió su mano alcanzando su ropa interior la cual se encontraba húmeda, se la termino colocando apesar de la incomodidad. Salió de la cabaña con sumo sigilo observando el magnífico paisaje percatandose  que se encontraba en un claro rodeado por el bosque del lado Este más allá de los límites del castillo.

~¡¿Cómo carajos termine tan lejos?!~

Se preguntaba mentalmente el joven mago demasiado preocupado por el castigo que le impondría tanto el director como el jefe de su casa, por no mencionar las obvias burlas de Yuya y los comentarios de Shun. No tardo ni un segundo en suspirar mientras negaba con la cabeza. Giro sobe si mismo observando el otro extremo del bosque el cual cubría el lado trasero de la vivienda, no le tomo mucha importancia, procedió a quitar su uniforme antes de detener su acción. Volteó nuevamente a la parte trasera observando como los árboles se tambaleaban levemente, la tierra se sacudía y los pájaros que descansaban en los pinos tomaban vuelo.

No dudo en aproximarse al lado contrario apesar de solo tener una tela cubriendo su ser. Apenas se adentro al bosque escucho el rugido de uno de los seres más temidos y poderosos de ese mundo. Regresó su vista rápidamente admirando a un magnífico dragón, más no duró demasiado al observar como este lo observaba antes de lanzar nuevamente un rugido.

Pov. Yugo.

Esto es tan terriblemente aterrador, tengo tanto miedo que mi mente dice corre pero mis piernas no responden, me equivoqué, debo salir rápido de este lugar. Si no mal recuerdo los mapas de geografía que suelen darnos. El castillo debe estar a unos 5 km, eso no sirve de nada. La laguna debe estar a 3 km si logro entrar en este y nadar como si mi vida dependiera de ello, porque así es, podría entrar dentro de la barrera y salvar mi trasero. Si eso es buen plan.

Pov. Omnisciente.

El de copete rubio siguió corriendo antes de que la tela fuera atrapada por las ramas por las ramas de uno de los árboles, rápidamente se liberó de la tela continuando con su carrera, en todo el recorrido el bosque intentó detenerlo, raíces sobresalían donde no había nada y las ramas bajaban rápidamente y en movimientos bruscos. Apenas lograba esquivarlos recibiendo ligeros raspones y cortes en su cuerpo lo que le importo poco, estaba por llegar a su meta.

El sonido de agua fluyendo provocó en el bicolor una enorme tranquilidad que se demostraba con esa pequeña sonrisa que se marcaba en su rostro. Salto rápidamente en el lago para posteriormente comenzar a nadar lo más rápido que su cuerpo le permitía, salió por un momento a tomar otra bocanada de oxígeno, volteó con prontitud encontrándose nuevamente con el imponente ser el cual se lanzó al ataque sobre el pequeño Omega, solo cerro los ojos mientras se cubría esperando su final el cual no llego, abrió sus iris con temor mientras se descubría. El imponente ser se dió un duro golpe con la barrera la cual le obligó a darse la vuelta mientras sacudía un poco su rostro por el dolor.

–¡Ja, ya no eres tan violento o sí!– se burló de aquel ser olvidando que se trataba de un dragón.

Un violento gruñido fue la respuesta ante aquella burla antes de golpear el escudo con su cola como si de un violento látigo se tratará, mientras rasgaba el escudo con sus garras. La sonrisa desaparecio de su rostro siendo reemplazado por una nueva de temor.

–Mas vale aquí corrió que aquí murió– comento antes de sumergirse nuevamente para alejarse lo antes posible de aquel animal.

Estaba en la costa de otro lado del lago, estaba por salir cuando fue golpeando por un cuerpo el cual lo hundió nuevamente.

–¡Qué dem...!– reclamó antes de sonreír –¡Yuya!– exclamó con una sonrisa.
–¡Yugo!– imitó a su hermano

Ambos estaban por abrazarse antes de ser interrumpidos por otra presencia la cual callo en medio de los dos la cuál salió rápidamente provocando más alegría a los Sakaki.

–¡Shun!– gritaron los dos antes de abrazarlos.

–¿Yuya?, ¿Yugo?, ¿Qué hacen aquí?– pregunto serio.
–Eso debería preguntar yo, ¿Cómo es qué terminaron aquí?– pregunto.

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