En fuga 2/3.

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Pov. Omnisciente

El oscuro cielo comenzaba a aclararse, el sol adornaba las y el cielo montañas del oeste, las estrellas se ocultaban, los animales cantaban, el bosque se encontraba en calma y el escudo de la escuela restauraba su escencia original, los alumnos se levantaban y pasaban a desayunar. Era fin de semana por lo cual los alumnos descansaban en sus habitaciones, se divertían con sus amigos y los mayores eran acompañados por algunos profesores a la aldea más cercana por lo cual nadie notaba la ausencia de 3 chicos de quinto año. Debido a que aquellas dos chicas se encontraban de regreso en el castillo ambas dormidas en los jardines de la escuela cada una con un brazalete nadie conocía el incidente de la noche anterior.

En las profundidades del bosque, en los límites del territorio en los alrededores de las montañas. En la única cueva oculta por la naturaleza y su ubicación, en el interior de está un joven que se encontraba próximo a cumplir 15 años reposaba inconsciente debido a lo ocurrido horas atrás.

Después de tantas horas de reposo la oscuridad que rodeaba su conciencia se disipaba popo a poco. Aún no contaba con la suficiente energía para mover su cuerpo pero si lo suficiente para sentir todo aquello que se encontraba a su alrededor.

Pov. Yuya.

¿Dónde estoy?, Esa fue mi primer pregunta claro que no logré formularla debido a que por alguna razón mi cuerpo se encuentra apagado. Sin embargo puedo sentir, olfatear y escuchar algunas cosas. Me encuentro sobre alguna especie de cama rústica, siento algún tipo de piel debajo de mi para dar más comodidad aunque me sentía un poco molesto por lo que parece ser paja, extraño mi cama pero esto es mejor que el frío suelo, como sea. Puedo oler un leve olor a humo mezclado con el distinguible aroma de pescado asado lo cual me hace pensar que estoy en alguna casa de un aldeano que no está muy lejos del río y si la memoria no me falla todos los ríos de esta zona desembocan en la laguna de la escuela solo debo pedirle que me muestre por dónde está y llegaré al castillo antes de que se den cuenta de mi ausencia y de que reciba algún castigo por romper las reglas. Mi imaginación fue rápidamente detenida al oír unas pisadas acercándose a mí. Con todas mis fuerzas intenté abrir mis ojos para poder aprecia a mi salvador lo cual me fue imposible. Mi cuerpo no me obedece.

Dejé mi molestia de lado curioso por oír su voz o su próximo movimiento, una vez que los pasos cesaron a un lado de mi sentí como alguien quitaba algo de mi frente, escuché el sonido del agua cayendo junto con una especie de chirrido debido a que lo exprimió antes de colocarlo nuevamente en mi frente dándome una sensación refrescante, después de eso pude sentir como me arropaban una tela ligera antes de percibir como esa presencia se sentaba en uno de los extremos de la pequeña cama, aquella persona acarició con delicadeza y sumo cuidado mi mejilla parecía que tenía miedo de romperme, el toque era reconfortante y me daba tranquilidad apesar de no conocer a la persona. Lo último que logré sentir fue como aquella persona colocaba en mi cuello una especie de hilo que tenía colgando alguna piedra antes de que las pisadas se alejaran en dirección posiblemente a la salida ya que aquel sonido cesó repentinamente.

Después de 5 minutos exactamente mi cuerpo comenzó a despertar lo cual me dió una gran alegría velozmente me senté tirando aquella penda de mi frente, examine el lugar de manera acelerada. Logré observar que me encontraba en una especie de cuenta que se encontraba modificada de tal manera que daba perfectamente la apariencia de ser el interior de una casa muy sencilla. Tenía algunas ventanas, observé la cama encontrándome como lo suponía con una especie de cajón con piel de oveja, al moverla logré percibir la paja. En ese momento observé mi muñeca se encontraba vendada al igual que gran parte de mi brazo lo cual me alarmó vastante por lo cual me incorporo antes de sentir un gran dolor y volverme a mi antigua posición.

Con más calma me quite aquella tela mientras sacaba mis piernas por uno de los extremos del cajón de madera entonces lo pude observar, mis pies se encontraban vendados uno en el tobillo (derecho) y el otro tenía vendado la parte media del dorso y planta (izquierdo). De ahí vamos a mi abdomen se encontraba de un color morado debido a alguno de los golpes, mi hombro izquierdo tenía un vendaje simple lo más probable es que solo sea un corte, fue en ese momento que observé el collar que colgaba de mi cuello era un péndulo que poseía una hermosa piedra color azul. Vi mi camisa y chaleco en una pequeña mesa a mi lado la cual tome para comenzar a vestirme tirando accidentalmente un pequeño plato de metal, lo recojí una vez vestido y lo utilice de espejo encontrándome con unos leves cortes en mi mejilla junto con una venda en la parte alta de mi cabeza, suspiré un poco más aliviado mientras dejaba el "espejo" en su lugar antes de ponerme de pie y caminar con un poco de dolor. Camine hasta la salida del lugar donde se encontraban mi capa y zapatos, me coloque mi calzado y tome mi prenda en manos.

Con lentitud salí del lugar en busca de mi varita ya que planeaba esperar a mi salvador y agradecerle mientras me guía al río. Con curiosidad me acerque a los árboles que se encontraban rodeados de hojas, busqué entre aquel montón encontrando mi varita, la revise y me alegré aún mas al verificar que no estaba rota.

Con tranquilidad me puse de pie dispues a entrar nuevamente a aquel escondite cuando un sonido llamo mi atención.

Pov. Omnisciente.

Aquel joven levantó su vista rápidamente encontrándose con la figura de un dragón que volaba a toda velocidad en esa dirección, el chico palideció del miedo por unos segundos antes de adentrarse al bosque sin pensarlo dos veces. El chico corrió por algunos minutos antes de detenerse al sentirse cansado y hambriento. Estaba por continuar su camino con calma cuando un sonoro rugido alertó al muchacho el cual volteó encontrándose con el dragón.

Rápidamente olvidó su dolor y hambre antes de correr el doble de veloz de lo que había hecho hace unos momentos.

–¡Alejate de mi, te lo aseguro no tengo buen sabor!– le gritó a aquella bestia intentando convencerlo de que se olvidara de el.

La bestia ignoro totalmente la petición del pequeño mago, choco contra algunos árboles provocando que cayeran y el herido se detuviera. Sin embargo eso solo empeoró más los nervios del contrario el cual alzó sus brazos mientras lágrimas caían de su delicado rostro.

¡Ah! ¡Porque esto solo me pasa a mí!– grito aterrado mientras los árboles caían bruscamente detrás de el.

El de quinto año corría sin control mientras tenía su mirada sobre aquella criatura, gracias a su distracción su pie se terminó enredando en una de las ramas provocando de el chico fuera atraído por la gravedad golpeándose contra el suelo y como si el destino estuviera en su contra termino rodando por el terreno de la colina, al observar esto la criatura intento seguir el paso.

En un juego del destino una piedra en el final del risco se encontraba inclinada funcionando como rampa por la cual salió disparado el chico, la criatura freno al en el límite imitiendo un sonido de tristeza mientras observaba como aquella persona parecía una pequeña estrella mientras se alejaba aunque cambio su expresión al observar la capa del chico la cual atrapó con sus garras antes de regresar por su camino.

Por su parte el chico se encontraba en los terrenos de la escuela y se detuvo al chocar bruscamente contra un cuerpo provocando que ambos se hundieran.

–¡Qué dem...!– reclamó aquella persona molesta pero se detuvo mientras ayudaba al más pequeño a ponerse de pie –¡Yuya!– exclamó aquella voz sorprendienda.
–¡Yugo!– imitó a su hermano mientras lágrimas salían de sus ojos y con una gran sonrisa.

Ambos estaban por abrazarse antes de ser interrumpidos por otra presencia la cual callo en medio de los dos la cuál salió rápidamente provocando más alegría a los Sakaki.

–¡Shun!– gritaron los dos antes de abrazarlo.

–¿Yuya?, ¿Yugo?, ¿Qué hacen aquí?– pregunto serio mientras devolvía la acción.
–Eso debería preguntar yo, ¿Cómo es qué terminaron aquí?– escucho el reclamo de su hermano.
–Es una larga historia– respondió con cansancio mientras sus piernas comenzaban a flaquear debido al dolor que había ignorado en la carrera.

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