Capítulo veinte: Muñecas y Narcisos

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Narciso: Haciendo referencia a la historia de Narciso, regalar ésta flor puede indicar a quien la recibe que a pesar de que lo aman, su comportamiento ha sido demasiado vanidoso, egoísta o cruel

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Narciso: Haciendo referencia a la historia de Narciso, regalar ésta flor puede indicar a quien la recibe que a pesar de que lo aman, su comportamiento ha sido demasiado vanidoso, egoísta o cruel.

Las muñecas siempre causan sensación a la persona que las desea. Anhela aquella figura con ansias, esperando un día poder tenerla y mostrarla al mundo como un logro cumplido.

Pero se nos enseñó a que no podíamos estar conformes con lo que tenemos, siempre buscando y pidiendo más de lo que había frente a nosotros. Una muñeca mucho más nueva y glamorosa causa conflicto en la niña, deseando poder estar en la vida de quien poseyera la mejor versión, la versión soñada, la idealizada.

Nos enseñan a desear una vida que no es nuestra y odiar a quien la tiene.

En algún punto establecimos lo que la vanidad hace en las personas y cómo afecta a su alrededor. El egoísmo no es más que otra forma de vanidad muy corrupta. La envidia se desprende del egoísmo, como una hermana todavía más cruel.

No solo es desear algo que no es nuestro, va mucho más allá. Hay también una intención de posesión que hace aquello doblemente valioso a los ojos de la persona. El deseo de tener una persona para uno era lo incorrecto en todo esto.

Sungchan tenía la muñeca más bella de todas. Sin embargo, la que más deseaba ya reía con alguien más.

Miró a Shotaro bajarse de la ruidosa e intimidante motocicleta de un chico pelinegro que en su vida había visto. El japonés bajó con las pienrnas temblorosas mientras el otro muchacho le ayudaba a pisar tierra firme. El mayor parecía feliz y algo mareado.

Envidió las pálidas manos sosteniendo el cuerpo de Shotaro.

Mark silbó con asombro al mirar el vehículo detenido frente a la entrada de la universidad. Causaba el mismo efecto en todos, provocando que los estudiantes se detuvieran a mirar.

—¿Y ese quién es? —preguntó el canadiense a Sungchan que miraba la escena como si estuviera grabando cuadro por cuadro cada expresión, respiración y gesto de Shotaro.

—No tengo idea. Pero se ve como un idiota pretencioso —Mark le miró de reojo, sin realmente extrañarse ante la respuesta hostil.

—Nah, es el chico con el que Shotaro ha estado saliendo —Lucas apareció sobresaltado a Mark y a Sungchan.

—Te juro por mi colección de Spiderman que si vuelves a hacer eso eres chino muerto —amenazó Mark. Lucas soltó una carcajada fuerte.

—Aw, pero si vienes en tamaño llavero, ¿qué daño podrías tú hacerme?

—Te voy a dar tu llavero a ver si así se te quita.

save your tears ; sungtaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora