Cartas Marcadas

Parte 29

"¿Por qué reaccionas de esta manera tan exagerada? Solo me fui unos momentos." Dije mientras miraba fijamente los ojos del orco frente a mí.

"Apareces de la nada, entras al campamento bajo mi supervisión y desapareces en la mañana como si nuca hubieras existido. Mi cuello está en juego asique ¡Por supuesto que reaccionaré de esta manera! Por más que seamos mercenarios tenemos una disciplina muy estricta que seguir. NO puedes irte, así como así" Dijo muy enojado, pero suspiró un poco al final de su monologo en alivio.

Luego de eso buscó una silla para sentarse mientras tomaba un respiro.

"Creo que deberías ir a hablar con el jefe de la compañía. No nos han informado nada todavía, pero de todos modos querrá hablar contigo para ultimar los detalles luego de lo que hablaron anoche" Me dijo y al terminar movió su mano indicándome que me fuera.

Lo primero que hice ni bien salí de la tienda fue ir con el humano pequeño para la armadura. Ya que aún no tengo la insignia de la compañía podrían atacarme en el fragor de la batalla. No es realmente un problema, pero si debo mezclarme mejor hacer como los locales.

Cuando llegué en frente del puesto, el hombre me miró sorprendido.

"Parece que no fue un sueño después de todo. Los Dragonoides no son muy comunes fuera" Dijo mientras miraba mi cuerpo, pero no parece ser algo lascivo en absoluto.

"Ciertamente la gente se alborota o empieza a gritar 'Demonio' cuando me ve" Dije calmadamente.

"Bueno, deberíamos tomarte las medidas, aunque ya tengo una impresión general de que te puede servir, sería mejor tener las medidas exactas" Dijo sacando la cinta métrica.

"Eso no será necesario" Le dije mientras anoté mis medidas en un papel. "Aquí están"

"¿Estás segura? No hay recambios luego" Me dijo, pero yo asentí firmemente con la cabeza.

Él tomó el papel y se fue a la parte de atrás de su tienda de campaña para salir con una camisa naranja y una pollera del mismo color. También tenía una armadura de cuero para el pecho algo desgastada, unas canilleras y unas botas de cuero, así como un casco de cuero también.

"Ya tengo armadura" Le dije.

"Esta es la indumentaria. El primer mes no se te pagará para cubrir tus gastos. Todo esto es tuyo ahora, lo que hagas con eso no me importa" Me dijo.

Tomé todo y lo puse en mi mochila de señora rata.

"Entonces me voy, volveré si necesito tu ayuda" Le dije amablemente.

"Haz lo que quieras, yo estoy adentro hasta que precise ir al baño" Me contestó mientras me iba.

Caminé por el centro de las cabañas parecidas a yurtas y llegué hasta en frente de la cabaña del líder. Uno de los hombres en frente de la puerta me detuvo.

"Espera, veré si puede atenderte" Me dijo. Entró y unos momentos después salió mientras sostenía la cortina y me señalaba con la cabeza para que entrara.

El jefe de la compañía estaba sentado detrás de su mostrador mientras que firmaba unos documentos.

"Bienvenida a la compañía 'invasión del sol poniente', o 'Sunset invasion' Como nos llama el rey. ¿En qué puedo ayudarte esta mañana?" Me dijo sin dejar el papeleo.

"Actur me dijo que me podrían aceptar como mercenaria. Ya ingresé mis armas y me dieron el equipamiento" Dije mientras el firmaba algunas cosas.

"Perfecto. Pon tu nombre en alguno de esos papeles de ahí y procura jurar lealtad a la compañía durante tu estancia en ella y blá, blá, blá. Ahora eres parte. Mientras estés de servicio, seguirás mis ordenes primero, del general de brigada después y del jefe de unidad por ultimo. Está prohibida la retirada, prohibida la venta de información a externos, prohibida las relaciones afectivas entre compañeros. ¿Nos entendemos?" Me dijo serio mientras apartó la vista de los papeles un segundo.