Capitulo 25

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Lamentablemente no he podido ir a la escuela por el resto de la semana, pero por suerte ya estaba mucho mejor el sábado, tuve un leve resfriado, pero eso fue todo. No podía esperar para ir a la casa de Amelia por primera vez. Me preguntaba acerca de su gusto en la decoración, el color de su habitación, la sensación de su cama.
No tuve que esperar mucho tiempo, ella vino y me recogió a las 16:00, nos aseguramos de tener una coartada con Marina, si mi papá preguntaba donde andaba, decíamos que nos dirigimos a su casa. Entrelazamos nuestra mano mientras ella conducía y pronto llegamos a un camino. No vive tan lejos de mí, tal vez como a quince minutos en coche.
-Wow, me gusta tu casa. -sonreí. Era linda. Era pequeña pero impresionante, los colores de las flores en su jardín delantero, me hicieron apreciar su belleza aún más.
Ella tomó mi bolsa de viaje desde el coche y como una dama la llevó dentro, ya que era bastante pesada. Me sorprendí de inmediato cuando vi una bolita de pelo negra corriendo hacia mí, hasta que me golpeó en las piernas cuando Bar abría la puerta.
-¡Tiger! ¡Ya!
-Había olvidado que tenías un perro. -grité y me agaché para acariciarlo, él era tan lindo. Me reí cuando se las arregló para saltar sobre mis rodillas dobladas, luego saltó y lamió mi cara, haciéndome caer sobre mi trasero. Vi a Amelia reír y luego sonreír burlona.
- ¿Por qué me miras así? -le pregunté, mientras Tiger continuaba con su lengua en mi boca.
-Supongo que debería haberte dicho. -resopló, tratando de contener la risa.
- ¿Decirme qué? -fruncí el ceño tratando quitar a Tiger de mi cara, pero a pesar de que era un perro pequeño, era fuerte.
-Um... Cuando se emociona... Él se hace pis.
Detuve todos los movimientos y tentativamente miré mi ropa. Estaba cubierta de pis. Inmediatamente comencé a sentir náuseas, el olor a pis atacó mi nariz. No pude manejarlo y tenía miedo de vomitar, así que rápidamente comencé a quitarme la ropa mientras Amelia me miraba con los ojos muy abiertos.

Cuando quedé en ropa interior, me di cuenta de lo que acaba de hacer. Giré y vi los ojos de Ameli vagando por todo mi cuerpo. Me han dicho constantemente chicos y chicas que tengo una figura increíble, y parecía que ella pensaba lo mismo, pero yo estaba un poco avergonzada de estar medio desnuda en su casa, así que me cubrí con las manos y logré romper su línea de visión. Amelia se aclaró la garganta con torpeza.
-Um, lo siento, uh...
-Pervertida. -sonreí y vi un rubor en sus mejillas
-Voy a... Um, voy a darte un poco de ropa. Supongo que querrás una ducha. Te voy a mostrar donde está. -dijo mientras me llevaba por las escaleras.
Ameli echaba miraditas hacia atrás mientras subíamos, y supongo que mi sujetador no estaba haciendo un buen trabajo al contener mis pechos, porque vi cómo se mordía el labio. Bueno... Probablemente yo haría lo mismo si ella estuviera desnuda, así que no fui mala con ella. Se detuvo junto a una puerta y mantuvo los ojos abajo, el rubor siendo prominente en su cara. ¡Ella era tan adorable!
-Amelia no tenes que ser tímida. Yo sólo estaba bromeando acerca de lo de pervertida. -sonreí. -Recuerda, soy tuya. -le di un guiñó y me fui al cuarto de baño.
-Voy a estar en la planta baja, trajiste pijamas, ¿cierto? Supongo que te lo podés poner. -dijo mirándome a los ojos, pero pronto se sintieron atraídos por mis pechos de nuevo.
-Está bien, nos vemos pronto. -sonreí y cerré la puerta.
Yo no sé si alabar u odiar a Tiger. Alabarlo por permitirme estar medio desnuda, burlarme de Amelia en su propia casa y también tener la oportunidad de usar sus cosas, u odiarlo por orinar en mí.
Bueno, los pros ganaron claramente a los contras así que me aseguré de darle un poco de atención cuando volví abajo. Vi que el pis había sido limpiado y la ropa tomada del lugar, probablemente la había llevado a lavar.
La vi en el sofá con un gran abrigo en su regazo y me senté a su lado para ver la televisión. Me dio el abrigo y en realidad era el mismo que me había dado en el coche, aquella vez que lastimó mi corazón por andar coqueteando con el profesor de educación física.
Lo recibí y sonreí mientras me lo puse, asegurándome de inhalar su olor embriagador y de inmediato sentir un escalofrío por mi espalda.

La profesora de ingles - LuimeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora