un corazón roto el cual se cansa de siempre ser débil decide volverse el más fuerte de todos, busca ayuda con alguien que jamás imaginó que la ayudaría brotando algo inimaginable para ambos.
Descripción:
- +18 años
-puede contener contenido violento...
Irasue estaba tranquila en su recamara cuando un viento helado recorrió todo su cuerpo, cerro sus ojos para exhalar aquel aliento helado.
-deja de esconderte inu siento tu desagradable presencia cerca mío- susurró mientras miraba hacia el lugar que apareció su ex esposo.
-tan perspicaz como Cariño- ella chasqueo los dientes ante esa palabra.
-que haces entre los vivos, tiene que ser algo muy grave- el sonrió para sentarse a su lado.
-sesshomaru me necesita, mi hermano despertó luego de miles de años y quiere un cuerpo digno de el- soltó con un suspiro tan pesado.
-para eso necesita un alma tan pura la cual este llena de tanto dolor que sea corrompida hasta sus cimientos- en ese momento irasue recordó que existe un alma así en este mundo- la sacerdotisa rencarnada- inu asintió para hacerla sentir intranquila.
-kikyo es su salida pero para lograrlo aun necesita tiempo y al lograrlo matara a al único que puede detenerlo, debes de despertar el poder de sesshomaru antes de que muera en sus manos, por favor te lo suplico irasue salva a nuestro cachorro- el cuerpo de inu se estaba desvaneciendo poco a poco- al parecer mi tiempo se agoto en este mundo, irasue lo siento por hacerte sufrir siempre fui un tonto al no notar la hermosa mujer que tenia a mi lado- así con lagrimas en los ojos desapareció de ese mundo al ver por última vez a su amor.
Irasue lloro desconsolada claro que lo amaba aun después de su engaño lo siguió amando y esperando tales palabras, su corazón aun latía por el único yokai que alguna vez la hizo sentir mariposas y no lo culpaba el había encontrado alguien que lo amaba por como era y no era tan fría y arrogante como ella, pero aun así dolía.
-sigues siendo un idiota aun después de tu muerte inu- susurró limpiando sus lágrimas y sonriendo para si misma.
---con sesshomaru---
El lord estaba de regreso de la aldea de la vieja kaede cuando sintió una presencia extraña en los alrededores, investigo un poco viendo como aquella sacerdotisa estaba algo extraña susurrando palabras aun inaudibles para el hacia su medio hermano quien había perdido su presencia hace mucho tiempo.
-esa mujer se ah vuelto muy peligrosa- se devolvió a la aldea pero esta vez a la residencia de sango quien lo miro asombrado.
-lord sesshomaru que hace usted por aquí?-pregunto entre asombrada y curiosa.
-necesito que se alejen hacia la aldea de los exterminadores con rin y la anciana lo más pronto posible, pongan un campo de energía y no vuelvan hasta que yo se los ordene- sin más se marcho dejando a la pobre confundida, pero la cazadora sabia bien que el yokai no le mentiría así que eso haría.
----con kagome---
Fue hasta la aldea más cercana a aprovechando su apariencia aun humana, compro unos víveres y vendía unas pieles para conseguir dinero, la aldea era tranquila más que estaba protegida por su compañero y ella lo cual los aldeanos estaban tan agradecidos que siempre les regalaban comida o ropa.
Kagome miro un lindo kimono rosa con flores realmente hermoso y unos hermosos accesorios para su cabello en forma de flor.
-Señorita kagome le gusta el vestido?- pregunto la vendedora, una muchacha joven, de cabellos negros como sus ojos y piel blanca.
-es hermoso pero no podría pagarlo, necesito decorar mi casa, de casualidad tienes algunas pieles gruesas que sirvan como cama- la joven asintió y la llevo haciendo lo que deseaba.
Al final de sus compras llego a su casa donde al estirar la piel curada que compro el kimono junto a los accesorios cayeron de el junto a una nota la cual levanto.
-talvez no lo recuerde joven kagome pero usted salvo a mi esposo de un monstruo hace poco y este es nuestro regalo para usted y su esposo- se sonrojo acaso toda la aldea pensaba que sesshomaru es su esposo.
Pero sin más sonrió el kimono era hermoso y era un obsequio que sabía q no le permitirían devolver.
Miro el cielo y aun faltaba para que sesshomaru volviera así que tomo un relajante baño para probarse el kimono y peinarse lo mejor que podía, vio su reflejo detenidamente en el espejo sin creer lo que veía.
-te vez hermosa- la voz seductora del yokai la hizo voltear, sonrió y coloco su mano en su barbilla.
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-tu crees no soy la odiosa miko que siempre decías- dijo burlonamente para ver que se acercaba para colocarse frente a ella.
-quiero retractarme de todas esas palabras que dije alguna vez- ella río y se levanto para quedar frente a el.
-hasta lo de verme hermosa- río juguetona mente para verlo suspirar.
-de eso no, kagome tu quieres ser mi mujer?- soltó sin chistar sus palabras para ver como sus ojos se abrían y sus mejillas se sonrojaban.
