cap.14 despertar

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Ambos amantes estaban recostados en un árbol, sesshomaru con su pecho totalmente descubierto y kagome con la parte superior del taje de su amado que le cubría perfectamente sus atributos, su ropa se mojo accidente por el mayor quien la tiro al lago con esta puesta.

Pero quien culparía a ese tierno lord, porque si se había vuelto el hombre más sonriente y cursi que se puedan imaginar al lado de ella, y aunque en público no lo demostraba él es tan feliz a su lado.

Conversaban de cosas triviales y se reían de cualquier cosa, sesshomaru acariciaba sus mechones del cabello húmedo aun por el agua para verla con tanto amor que ella se derretía por dentro.

-y entonces sota no contuvo la risa y escupió su malteada saliéndole por la nariz también- kagome se reía mientras contaba hazañas de  su época, el lord no entendía muchas de esas palabras extrañas pero igual sonreía al tenerla entre sus brazos.

-algún día quisiera poder conocerlos- susurró a su oído haciéndola sentir un nudo en su estómago, en su época los yokais dejaron de existir y todo lo sobrenatural, kagome ahora temía que algún día perdería a sesshomaru.
Se abrazo a el mientras rogaba en su mente a quien la escuchara “por favor nunca me separen de su lado", y algo en él sabía bien los miedos de su amada pero ya su destino estaba sellado, moriría salvándola y a los demás, más esa batalla daría el final de todos los yokais.

Sus visiones eran cada vez más claras y sabia bien que en un momento sus poderes se fusionaran en una ola que destruirá cada ser sobrenatural de la tierra, esa será la última batalla que el gran sesshomaru luchara.

Beso su frente para abrazarla dulcemente colocando su barbilla en su cabeza.

De pronto apareció ah-un con una carta en su osico, sesshomaru la agarro y reconoció la letra de su madre “querido hijo solicito tu presencia y la de mi adorable esta tarde para tomar el té, complace a tu adorable madre o sufre las consecuencias”, los escalofríos recorrieron su cuerpo al imaginar la cara de su madre molesta.

Le dijo sobre la invitación a kagome quien emocionada corrió a la casa en busca de su mejor kimono haciéndolo reír, ambos se vistieron rápidamente para que sesshonaru la cargara en brazos yendo a la casa de su suegra.
Irasue como toda mamá queriendo impresionar a su nuera se vistió lo más formal posible , se arreglo perfectamente y busco una posición perfecta para estar, al sentir las presencias de su hijo y de la mujer se emociono.

Bajaron frente a ella  y con suavidad bajo a kagome para ver como su madre la abrazo casi tirándola en el suelo, agarraba sus mejillas mientras la miraba totalmente y le daba vueltas para apreciarla, el lord estaba con un tic nervioso en el ojo mientras no sabia quien era esa mujer en esos momentos.

-madre ya déjala la vas a marear- en efecto la pobre estaba descompuesta en los brazos de su madre por tantas vueltas, irasue se rehusaba a soltarla y se hizo una campaña global entre madre eh hijo para ver quien la soltaba primero.

Las chispas salían de sus ojos para chocar, pronto una sirvienta salió diciendo que estaba listo el té haciendo a irasue la perdedora soltándola, hizo un puchero y saco la lengua a hijo para entrar a su hogar.

Cuando la pobre de kagome se repuso admiro la elegancia de el castillo, tuvieron una charla amena hasta el atardecer, irasue los llevo a  el patio trasero.

Pronto vieron como ella tomaba una espada muy parecida a tokiyin y sin previo aviso la arrojo al pecho de sesshomaru haciéndolo caer al suelo, kagome se quedo congelada al ver tal escena, él no se movía y la espada resplandecía.

-es hora de que vuelva todo tu poder mi pequeño- coloco su mano en la de él quebrando aquel sello, el poder que emanaba era abrumador, un rugido de dragón sonó por todo el mundo viendo sorprendida kagome como el espíritu de un dragón tan blanco como la nieve entró en sesshomaru fusionándose con él.

La espada empezó a palpitar y el lord a despertar, kagome solo podía llorar al ver todo eso, sesshomaru saco su espada y vio que no tenia ninguna herida en su cuerpo, las lágrimas recorrieron su cuerpo mientras soltaba un desgarrador grito de dolor.

Lo supo en el momento que la espada traspaso su cuerpo la vio a su amada nana frente a él con una hermosa sonrisa.

“vive por mi sesshomaru y se feliz”

Esas fueron sus últimas palabras, sus manos temblaban por el dolor haciéndolo recordar como esa mujer pasó toda su vida, si los recuerdos de su maestra y ahora entendía que para ella él fue el ser que más amo sobre la tierra sacrificando su propia vida para salvar a su querido sesshomaru.

Kagome lo abrazo para ser correspondida, ella jamás había visto llorar pero compartiría su dolor hasta el fin de los tiempos.

Cuando se marcharon irasue miro la espalda de su hijo y noto por un segundo como inu se reflejaba en él, tembló con miedo.

-no puedo perderte a ti también- susurró mientras entraba a su castillo.

-----en otro lugar alejado-----

Aquel ser con el alma de inuyasha se encontraba en su tumba sintiendo ese poder lo retaba a pelear, oh si su sobrino recupero todo su ser.

Y el también miro su espada hasta que escucho el rugido de su amor.

-ryu me declaras la guerra a mi- sonrió para sus adentros- hasta después de muerta eres increíble.

Se levantó y quebró el cuerpo vacío de kikyo, era barro en su totalidad como una vez fue, el la había engañado no era una humana por eso no podía tener bebes, su cuerpo era una farsa y sus sentimientos también el implantó todo en ella.

-veremos quien sobrevive al final mi querido sobrino- se río para marcharse de ese lugar con el grato logro de encontrar aquello que una vez perdió.

Ryu fue astuta pero no tanto, su espada puede ser llamada si su alma y cuerpo se conectan, aunque sean el polvo de sus huesos.






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