𝒯𝒽ℴ𝓂𝒶𝓈 ℋℯ𝓌𝒾𝓉𝓉

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¡Hola, mis bebés! ¡FELIZ AÑO NUEVO!

Jope, cuantísimo tiempo ha pasado desde que escribí... He decidido cambiar los Slashers que aparecerán en esta historia, porque no tenía ninguna idea para Ghostface ni Penny. Solo aparecerán: Michael, Jason, Freddy y Thomas.

PEEEEEEEEEEEEEROO

Pero, si quieren otro Slasher, díganmelo en los comentarios con:

-Nombre del Slasher

-Película en la que aparece

-Información sobre él para yo poder conocerlo y adaptarlo


Y yo les haré un capítulo especial solo para ustedes.

Sin más que decir, les dejo leer este capítulo.


...

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--Agh... -- Te quejaste al rozar la herida de tu hombro por el colchón sin querer. Suspiraste mientras cerrabas los ojos. Chasqueaste la lengua y te diste la vuelta bajo las sábanas para ver la hora.

04:18 am

--Joder... --Murmuraste molesta por estar despierta a una hora tan temprana. Te quitaste las sábanas de encima sin tener conciencia de que dormías acompañada.

Un gruñido llamó tu atención. Te levantaste rápidamente y cubriste a tu compañero con las cobijas, rezando a Dios porque no se hubiera despertado. Debías dormir con esa máquina de matar "retrasada", según tú; porque Drayton Sawyer estaba encarcelado junto a Nubbins y Chop-Top, por lo que nadie podía cuidar de él. Conocías a Drayton desde muy joven, y este confió en ti para cuidar de Thomas mientras él no estaba... Tenías que vivir junto a ese gigante hasta conseguir el suficiente dinero trabajando en la gasolinera del señor Sawyer y poder largarte de allí de alguna forma...

Podrías haber rechazado la propuesta de Drayton; pero, no sabías cocinar, no tenías casa y mucho menos un auto, por eso no te quedó más remedio que quedarte con su hermano pequeño.

Fuiste a la cocina, frotando tus ojos con el puño de tu mano derecha junto a un bostezo. Abriste un cajón para sacar un vaso y llenarlo con agua del grifo para así saciar tu sed. Sentiste cómo el frío líquido bajaba por tu garganta, quitándote poco a poco esa necesidad de beber... Hasta que un golpe demasiado cercano para tu gusto te asustó y por ello te atragantaste. Dejaste el vaso sobre una mesa y empezaste a toser, queriendo volver a respirar bien de nuevo lo más pronto posible. Te recuperaste poco después. Suspiraste aliviada y levantaste la cabeza, molesta, encontrándote con quien te esperabas. Frunciste el ceño.

--¡¿Pero tú eres imbécil?! ¡Casi me ahogo! ¡¿Alguna vez serás capaz de aparecer sin dar portazos?! -- Le gritaste. No era la primera vez.

Él se te quedó mirando mientras daba zancadas hasta llegar a ti. Echaste tu cabeza hacia atrás para verle a la cara.

--¿Piensas quedarte callado como siempre? -- Rodaste los ojos sabiendo que no recibirías respuesta. Ibas a apartarte para volver a la habitación y no seguir discutiendo con un mudo, cuando Thomas agarró tu brazo repentinamente, sobresaltándote. Temblaste un poco, eras consciente de que un bofetón suyo podría dejarte atontada, su fuerza sobrepasaba la tuya con creces. La idea de que podría ponerte una mano encima por primera vez te aterrorizaba. --Th-Thomas, suéltame. --Pediste, rogando que te hiciera caso; pero, no fue así.

Te obligó a sentar en una silla, se alejó de ti para arrancar un trozo de papel considerable del rollo de cocina y lo mojó con el agua del grifo. Se acercó, se arrodilló y posó el papel empapado sobre tu herida, dando algunos toques.

Te quedaste callada, enternecida porque se hubiese preocupado por ti. Analizabas sus ojos, los cuales estaban concentrados en lo que estaba haciendo. Esa vocecita de tu cabeza hacía que te arrepintieras de haberle gritado, en el fondo era buena persona... Además, tuviste suerte de que no te hubiera pegado.

Subiste tu otro brazo y acariciaste su hombro, llamando su atención. Te observó, y dejó lo que estaba haciendo.

--Ya estoy bien... Gracias. -- Sonreíste un poco, aún sintiéndote culpable. Él se incorporó y tiró el papel a cualquier lado. Caminó en dirección a la puerta y allí se detuvo, mirándote. Durante unos segundos no conocías la razón por la que se quedó ahí, hasta que finalmente lo comprendiste. Te paraste y, tras acariciar su brazo, saliste de la cocina. Él te seguía, asegurándose de que volvías a la cama.

Sonreíste al recordar esos ojos concentrados, nunca le habías visto tan tranquilo ni tan cerca... Una sensación de escalofrío apareció en tu estómago al rememorar su gran mano atrapando tu pequeño brazo... Un momento... ¿Te... te estaba empezando a gustar?...


···

Espero que les haya gustado, mis niños.

Nos vemos en el próximo capítulo.

Slashers are the type of boyfriend...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora