ADVERTENCIA: Lemmon
(Este capítulo será bastante más largo que los hechos anteriormente.)
(Me costó bastante, espero que lo disfruten)
···
Te colocaste una bata delgada por encima de tu cuerpo semi desnudo recién secado con una toalla. Diste un par de pasos hasta llegar a ver tu reflejo en el espejo y suspiraste, cansada. Había sido un día algo pesado para ti, tuviste que cocinar, limpiar algunas habitaciones, ordenar la comida que había traído el camión y seguir las reglas de Brahms, quien, para colmo, no cooperaba, pues su comportamiento infantil y consentido te hacía las cosas difíciles.
--Brahms. -- Le llamaste mientras hacías un nudo con el cinto de la bata para asegurarte de tapar tu cuerpo. Saliste del baño y, con paso confiado, caminaste hasta su habitación. Tocaste su puerta con el hueso de tu dedo índice para llamar su atención. --Brahms, es tu turno de ducharte, haz el favor de no hacerme esperar. --Unos segundos tardó en girar el pomo y abrirte. Te miró fijamente bajo esa sucia máscara de porcelana. Levantaste las cejas, sorprendida por su rápida reacción, normalmente se tomaba su tiempo para hacerte caso. Ya no soportabas el mal olor que desprendía y la falta de higiene, siempre que se te acercaba debías aguantar su olor y eso ya te estaba cansando. En la mañana le habías dejado claro que, si no te hacía caso, no recibiría el beso de buenas noches como castigo. --Ve al baño a quitarte esa ropa. Yo te buscaré un pijama. --Pensabas que obedecería, pero no. Se quedó quieto en medio de la puerta, impidiéndote el paso. --Brahms, ya hablamos de esto. No puedes seguir sin tener higiene, no solo por el mal olor, es malo para la salud... Sabes que no recibirás tu beso de buenas noches si sigues apestando. --Te cruzaste de brazos, mirándole a los ojos seria, dándole a entender que no era un farol. Asintió despacio al cabo de lo que te pareció una eternidad y caminó en dirección al baño sin prisa.
Suspiraste de alivio. ¡Menos mal, por fin podrías acercarte a él sin tener que aguantar la respiración!
Entraste rápidamente en su cuarto antes de que se arrepintiera o se fuera por las paredes, y buscaste en el armario un pijama.
Mientras, Brahms se quitaba su chaqueta, dejándola arrugada en el suelo del baño. Solo quería terminar todo de una vez para recibir ese beso que jamás le habías dado... Siempre hacía algo mal que te servía de excusa para negárselo. A veces intentaba chantajearte con que sería un niño bueno si le consentías, pero no dio resultado. La última vez, cansado de no recibir su beso de buenas noches, te agarró fuerte de la muñeca, insistiendo que le dieras lo que te pedía con esa voz que ponía de niño inocente... pero lo único que consiguió fue uno en la frente sobre la porcelana.
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Slashers are the type of boyfriend...
RandomLos Slashers no se pueden enamorar, eso está claro... Pero... ¿Qué pasaría si, por cualquier motivo, cayeran rendidos a los pies de una persona por amor?... ❤️❤️