Él será la nueva destrucción, él será el nuevo comienzo.
Kilian, un ser que acabaría con todo el mundo mágico sin saber que lo haría.
¿Cómo es eso posible? Averigualo.
¿Habrá secretos? ¿Muerte? Siempre.
~Obra total y completamente mía, prohibida s...
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La reina miraba fijamente a Kilian, lo hacía con deseo, uno muy macabro. Si tenía al joven de su lado, no habrían criaturas más poderosas que ellos dos y las hadas gobernarían a todo el mundo mágico.
Ensimismada en sus pensamientos, no lograba ver lo que ocurría en el interior de Kilian.
El haber adelantado los planes del universo, acarrearía graves consecuencias, no sólo para la reina, sino para Kilian también.
Kilian sufría una transformación apresurada, un proceso extremadamente doloroso para los Farkas que habían recibido su naturaleza en tiempos de antaño. El problema era que Kilian estaba recibiendo todo de golpe y eso, podía provocar su muerte.
Cada segundo que pasaba era una tortura para el chico. Sus venas estaban marcadas en su piel, hilos de sangre salían de varias partes de su cuerpo. Sus latidos aumentaban a un ritmo sorprendente, podía sufrir un paro cardíaco en cualquier instante.
Pero la reina no veía eso, visualizaba su futuro mirando hacia la ventana, donde se podía observar una tormenta arrasadora.
¿Sería la muerte queriendo buscar a Kilian?
Gritos de dolor llenaban la habitación, que con desesperación intentaban pedir ayuda.
La reina reaccionó, dando una media vuelta fijó su asquerosa mirada en Kilian. Una sonrisa apareció en su rostro y sin un toque de bondad, fue a sentarse en su sillón para disfrutar el show que veían sus ojos.
A veces la vida no es como queremos.
Fue sorprendida por unas manos, que sin pudor se ajustaron a su cuello.
- ¿Ki-Kilian? Sueltame en este instante.
El agarre fue más fuerte.
- Kilian, por favor ya déjame. Me estás haciendo daño.
Sus súplicas no fueron escuchadas.
De pronto, su vista comenzó a nublarse y lágrimas salían de sus ojos. Su resistencia era casi nula y sus párpados comenzaban a cerrarse.
La reina cayó al suelo, su corona se alejó de ella, al igual que la vida.
Mentira, sólo se había desmayado.
Mientras tanto, Kilian versión Farkas, miraba con neutralidad a la mujer que yacía en el suelo. No había un ápice de remordimiento.
Creo que todos la miraríamos de la misma forma.
En fin, su faceta cruel no duró mucho. Al igual que la reina, Kilian se desplomó contra el duro suelo y ninguno lograría volver a la conciencia por unas horas.
《《•》》
La manada se preparó rápidamente para un posible ataque y para un rescate. Niños y ancianos debían resguardarse, mientras los jóvenes y adultos se preparaban codo a codo para poner en marcha ambos planes.